El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó hoy al embajador estadounidense Philip Goldberg de liderar una conspiración interna y externa contra el proceso de cambios sociales que impulsa su gobierno. El mandatario reiteró su denuncia al reunirse con representantes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia y la Central Obrera Regional de El Alto, […]
El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó hoy al embajador estadounidense Philip Goldberg de liderar una conspiración interna y externa contra el proceso de cambios sociales que impulsa su gobierno.
El mandatario reiteró su denuncia al reunirse con representantes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia y la Central Obrera Regional de El Alto, defensores de la propuesta de texto constitucional atacada por la embajada norteamericana.
«Informaré con la verdad cómo conspiran algunos agentes internos y externos encabezados por el embajador de Estados Unidos, que rechazan los cambios profundos planteados en la nueva Constitución para buscar la igualdad en el país», aseguró el Jefe de Estado.
Señaló que Goldberg incurre en una constante y abierta injerencia en Bolivia a través de acciones políticas destinadas a desacreditar la carta magna aprobada en diciembre último por la Asamblea Constituyente.
Dicho texto prohíbe la instalación de bases militares extranjeras en Bolivia, por ello Estados Unidos financia campañas difamatorias a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Morales advirtió que el gobierno y las organizaciones sociales frustrarán las intenciones de la misión diplomática de Estados Unidos de impedir el éxito de los cambios estructurales estipulados democráticamente por la nueva Constitución.
En tal sentido, demandó al Congreso Nacional la pronta aprobación de los referendos necesarios para definir el futuro del latifundio y refrendar el mencionado texto constitucional.
«Todos tenemos derecho a diferir, pero que sea el pueblo con su voto quien decida si sirve o no la nueva Constitución», enfatizó.
Este mes Goldberg fue llamado a declarar a la Cancillería por su financiamiento a grupos irregulares de inteligencia y los actos de espionaje instigados por su asesor de seguridad, Vincent Cooper.