Ser sano, honesto, estar con el pueblo, es perder visa a Estados Unidos, denunció el presidente de Bolivia tras asistir a una reunión del Parlamento Indígena de América. Washington había negado el visado de entrada al viceministro René Orellana, en uno más de los continuos incidentes diplomáticos que está provocando el gobierno de Bush. Evo […]
Ser sano, honesto, estar con el pueblo, es perder visa a Estados Unidos, denunció el presidente de Bolivia tras asistir a una reunión del Parlamento Indígena de América.
Washington había negado el visado de entrada al viceministro René Orellana, en uno más de los continuos incidentes diplomáticos que está provocando el gobierno de Bush. Evo pidió al embajador norteamericano que le entregue una relación de los ciudadanos bolivianos a los que no se va a permitir la entrada en los EEUU.
Así rechazarán las invitaciones que les lleguen del Norte. «Se trata de defender la dignidad de nuestros pueblos». «A Estados Unidos entran los que roban a Bolivia, los que masacran al pueblo boliviano; ni siquiera tienen visa, sino protección del gobierno de Estados Unidos». En otro orden de cosas el gobierno boliviano cesó y procesó a un viceministro acusado de pedir un soborno a una empresa.
El presidente Evo Morales advirtió que hará pública una lista de norteamericanos impedidos de entrar a Bolivia, en cuanto Estados Unidos le entregue una nómina de los bolivianos cuyo ingreso es vetado por Washington.
El mandatario planteó así claridad y reciprocidad en el tema, tras negar el consulado norteamericano la visa de ingreso a ese país al viceministro de Servicios Básicos René Orellana, actitud atribuida por la embajada norteamericana a un supuesto error.
Morales manifestó abiertamente su malestar por esa situación, al ser el segundo caso, pues semanas atrás le fue negada la visa norteamericana a la senadora y luchadora social Leonilda Zurita, cercana colaboradora del Presidente.
«Ser sano, honesto, estar con el pueblo, es perder visa a Estados Unidos», denunció el mandatario tras asistir a una reunión del Parlamento Indígena de América.
El Jefe de Estado pidió al embajador norteamericano, David Greenlee, que elabore y presente una lista de todas las autoridades de gobierno y legislativas que no tienen visa de ingreso al país del norte, a fin de rechazar invitaciones de esa nación.
Advirtió al mismo tiempo que «en el momento en que me den la lista de quienes no tienen visa, yo también pasaré al Embajador de Estados Unidos la lista de los norteamericanos que no tienen visa para Bolivia».
«Se trata de defender la dignidad de nuestros pueblos», argumentó, a tiempo de deplorar que Washington niega la visa a luchadores sociales y al mismo tiempo protege a elementos involucrados en corrupción y violencia.
Aludió así a la protección de Estados Unidos al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y sus colaboradores, radicados en ese país y procesados aquí por las muertes de 67 personas en la represión de una rebelión ciudadana que lo obligó a renunciar en 2003.
A Estados Unidos entran los que roban a Bolivia, los que masacran al pueblo boliviano; ni siquiera tienen visa, sino protección del gobierno de Estados Unidos», expresó.
Añadió que «no porque somos un país subdesarrollado vamos a someternos frente a esta clase de humillaciones (…) Somos dignos, honestos, sanos, vamos a enfrentar y si esto es un problema para Estados Unidos sera un problema de ellos, no de nosotros».
El embajador Greenlee había negado que el rechazo de visa a Orellana se deba a motivos políticos y lo atribuyó a supuestas fallas técnicas en el sistema informático de su representación diplomática.
El diplomático informó por otra parte que está en preparación un viaje del vicepresidente Alvaro García a Estados Unidos, eventualmente a fines de junio próximo.
García proyecta viajar junto al canciller David Choquehuanca, y sus pares de Colombia, para solicitar a Estados Unidos que suspenda por al menos cinco años la apertura del mercado colombiano para la soya subsidiada de Estados Unidos.
Esa producción desplazará a las oleaginosas bolivianas de su principal mercado, por efecto de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Bogotá y Washington.