El presidente boliviano, Evo Morales, reconoció que la crisis financiera mundial afectará a la renta petrolera y minera debido al descenso en el precio del barril de petróleo y la cotización de los minerales en el mercado internacional. Consideró que a diferencia de otras naciones de la región, Bolivia tiene cierta ventaja en el sentido […]
El presidente boliviano, Evo Morales, reconoció que la crisis financiera mundial afectará a la renta petrolera y minera debido al descenso en el precio del barril de petróleo y la cotización de los minerales en el mercado internacional.
Consideró que a diferencia de otras naciones de la región, Bolivia tiene cierta ventaja en el sentido de que, para encarar la crisis ya no depende de forma directa de las políticas financieras internacionales diseñadas por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Indicó que los efectos de esta crisis, que se generó en Estados Unidos, podrán ser aminorados en el país con las reservas internacionales que acumuló el Banco Central de Bolivia en los últimos años, cuyo monto sobrepasa los 7 mil millones de dólares, citó radio Erbol.
En tanto, la marcha de organizaciones sociales que exige al Congreso la aprobación de la convocatoria para el referéndum sobre el proyecto de nueva Constitución Política del Estado, ha recorrido ya más de la mitad de los 200 kilómetros de su camino hacia la sede de gobierno desde que arrancó de Oruro el lunes, y suma ya más de 10 mil manifestantes.
El presidente de la Coordinadora Nacional para el Cambio, que convocó a la marcha, Fidel Surco, informó que esta noche pernoctarán en Patacamaya -ubicada a unos 90 kilómetros al sur de La Paz-, y allí esperarán los resultados de la sesión de Congreso, convocada para mañana en la tarde, que tratará el tema de la citada convocatoria.
Si ésta no se aprueba, advirtió, la marcha instalará una vigilia en torno al Congreso que podría trocarse en cerco. «Vamos a presionar, a exigir lo que creemos que es nuestro derecho», señaló a su vez el dirigente de la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos de Bolivia, Isaac Ávalos.
Sobre esta marcha, que la oposición de derecha considera una «presión indebida» de los sectores populares afines al proyecto de «refundación» de Bolivia del presidente Morales, la representación aquí de la Organización de Naciones Unidas abogó por un diálogo «sin amenazas ni presiones» y llamó a los marchistas a que «den el tiempo y el espacio necesarios para que el diálogo se dé en un ambiente de tranquilidad» en el Parlamento.
En ese contexto, a una semana de instalada una Comisión de Concertación en el Congreso entre el gobierno y los tres partidos de oposición para lograr destrabar la aprobación de la ley de convocatoria, se informó que se logró consenso en tres puntos a «corregir» para superar contradicciones, de los 11 que la oposición observa en la nueva Constitución.
Hubo consenso en la inclusión de la palabra «república» en el texto del proyecto; la delimitación de la jurisdicción de las justicias comunitaria y ordinaria, respectivamente, y el compromiso de especificar que el requisito de que la propiedad privada debe cumplir una función social sólo será necesario para la propiedad rural pero no para la propiedad urbana.
El senador del gobernante Movimiento al Socialismo, Antonio Peredo, recordó que, como lo estableció el derechista opositor Poder Democrático y Social, ninguno de esos consensos se puede considerar acuerdo hasta que se concrete en la Comisión de Concertación.