En entrevista con Rebelión, Edgar Castro Zapata (1981), historiador y presidente de la Fundación Zapata, denuncia: «Acompañé a mi abuelo a la ceremonia de entrega del Archivo de Anenecuilco en 1991, me impactó ver las cajas negras, los documentos pasaron por un proceso de conservación, pero los custodios del Museo Casa Zapata no hicieron un […]
En entrevista con Rebelión, Edgar Castro Zapata (1981), historiador y presidente de la Fundación Zapata, denuncia: «Acompañé a mi abuelo a la ceremonia de entrega del Archivo de Anenecuilco en 1991, me impactó ver las cajas negras, los documentos pasaron por un proceso de conservación, pero los custodios del Museo Casa Zapata no hicieron un trabajo de difusión, hay un hermetismo para corroborar si los Documentos están en el Museo Casa Zapata. Como historiador y familiar me interesa ver los Documentos Primordiales de Anenecuilco expuestos, o los facsimilares, para saber en qué estado se encuentran, cuestionar a las autoridades de Morelos y hacer una auditoria: ¿dónde está la memoria escrita de Anenecuilco?, sabemos que Guillermo Sotelo Inclán le vendió los Documentos a Carlos Salinas, no me equivoco: Salinas sí compró el Archivo de Anenecuilco».
El historiador Edgar Castro Zapata prepara la conmemoración del centenario luctuoso del líder revolucionario: «Aparte de ser familiar del general Zapata, tengo un compromiso como historiador. Aparte del Archivo de los veteranos, tengo el archivo personal de mi abuelo -de 1917 a 2007-, conservo los registros de todas las luchas que emprendió a favor de los campesinos y los veteranos, voy a ofrendar el próximo año a la memoria del general Zapata y su hijo Mateo, publicaré el libro iconográfico: Emiliano Zapata. Cien años, sobre la construcción que el mismo sistema político mexicano ha tergiversado para la manipulación de los campesinos, quiero hacer el recorrido histórico, un análisis sobre la imagen de Zapata -sigue siendo incómoda para el sistema político, a ellos les conviene manipular la imagen de Zapata-«.
También planea reivindicar al autor de Raíz y razón de Zapata: «Creo que en 2019 podemos reunir a los zapatólogos y sumarlos a la conmemoración del 30 aniversario luctuoso de Sotelo Inclán, me gustaría animar a los académicos que conocieron a don Jesús para una organizar una mesa de debate y rendirle homenaje. Tal vez me estoy adelantando: quisiera develar un busto de Sotelo Inclán en el Museo Zapata, uno de los objetivos de Raíz y razón de Zapata era recuperar la casa natal de Zapata en 1943, don Jesús quería destinar las regalías de la reedición de su libro para rehabilitar el jacal de la familia Zapata Salazar». El homenaje sería al margen de la familia Sotelo Inclán, Edgar Castro Zapata reprocha el egoísmo y la rapiña de Alfonso Inclán: «Los sobrinos de Sotelo Inclán no deben acaparar la información que dejó don Jesús, su archivo no le pertenece a un sobrino, si él quiere sacar un beneficio económico que lo diga abiertamente, lo importante es reconstruir la biografía del biógrafo de Zapata».
MC.- Edgar, hace un par de años me comentaste que en tu niñez le preguntabas a Mateo Zapata: «¿quién es el mariachi de la foto?», tu abuelo te regaló «Raíz y razón de Zapata» para que entendieras quién era su padre Miliano Zapata. ¿Cuándo decides estudiar historia y especializarte en el zapatismo?
ECZ.- Influyó el regalo de mi abuelo, Raíz y razón de Zapata fue el primer libro que leí en la secundaria, me marcó mucho el libro de Sotelo Inclán, comprendí que Emiliano Zapata no era el «mariachi» que imaginaba que estaba cantando en la Alameda de Cuautla, entendí que era un personaje verídico con una clara visión de la justicia social para su pueblo. También influyeron las tardes de los fines de semana que estaba con mi abuelo Mateo y lo entrevistaba, él sabía que todas las entrevistas que grabamos las presentaría hasta egresar de la carrera de Historia. Desgraciadamente mi abuelo no me acompañó en la graduación como licenciado en historia, mis estudios sobre el zapatismo son un homenaje a la memoria de mi abuelo Mateo porque me heredó toda la admiración a su padre, pero te aclaro que mi abuelo no quiso idealizar a Emiliano Zapata, me dio las herramientas para que yo cuestione al personaje histórico, eso me favoreció.
MC.- Hemos conversado sobre el miedo que tenía tu abuelo de niño por la persecución al zapatismo, sin embargo, ¿qué te decía Mateo Zapata sobre su padre?
ECZ.- Mi abuelo tenía 2 años cuando asesinaron a su padre en Chinameca, Mateo nació el 21 de septiembre de 1917, lo que logró reconstruir, por los testimonios de su madre María de Jesús y de su abuela Petra, es que el día que nació en la hacienda de Temilpa en Tlaltizapan, Emiliano Zapata se trasladó de su cuartel en Tlaltizapan a la hacienda para estar en el parto, el general se emocionó de tener un varón y le puso su nombre: «Mateo Emiliano», en sus ratos de asueto durante la revolución iba a visitar a la familia y le exigía a doña Petra que montaran al niño en su caballo, para llevarlo a pasear por los campos de Temilpa con su hijo Mateo Emiliano. Posteriormente llegó la invasión de los carrancistas, fue la última vez que vieron al general Emiliano Zapata.
MC.- Al pasar los años, tu abuelo fue recolectando testimonios de los zapatistas, compró libros sobre la revolución y recuperó algunos objetos personales de su padre. ¿En qué consiste el archivo de Mateo Zapata?, ¿cuándo comenzaste a trabajar en el legado de tu abuelo?
ECZ.- El archivo que construyó mi abuelo durante una vida, comenzó en la década de 1940, cuando se formalizó la creación del Frente Zapatista de la República, en Cuautla, con los sobrevivientes del Ejército Libertador del Sur, en 1945 estaban: los generales Genovevo de la O y Francisco Mendoza Palma y el doctor José G. Parres, los hijos del general Zapata eran miembros honorarios del Frente Zapatista, eso le permitió a mi abuelo recopilar la información para que tuvieran herramientas legales para exigir pensiones para los veteranos de la revolución. Posteriormente se dio a la tarea de validar a los veteranos que sí estuvieron dentro del Ejército Libertador del Sur, ese mismo archivo se ha incrementado con el transcurso de los años porque de 1945 a 2011 solamente tenían el beneficio de la pensión los veteranos, pero de 2011 a la actualidad se amplió el beneficio a las viudas hijos y nietos de la revolución. Lo enriquecedor es saber que las familias morelenses todavía tienen la conciencia y el orgullo de que un pariente suyo fue zapatista, se sienten orgullosos de tener en las venas la sangre de un veterano revolucionario.
Lo que ahora hacemos en la Fundación Zapata es difundir el archivo, digitalizarlo, porque desgraciadamente si descuidamos un archivo se puede perder o deteriorar, en la actualidad nos vinculamos con instituciones académicas para la difusión y digitalización del archivo que inició mi abuelo Mateo.
MC.- ¿Cuándo iniciaron las actividades de la Fundación Zapata?, ¿cómo lograron extender el beneficio de las pensiones para las viudas de la revolución?
ECZ.- Iniciamos a trabajar con la Fundación Zapata en 2009, pero la lucha por la pensión para los veteranos y sus viudas se dio en el Instituto Pro Veteranos de la Revolución que se creó en 1981, posteriormente mi abuelo llegó al Instituto en 1989 hasta su fallecimiento en 2007. Llevaron el trabajo de gestoría social a favor de los veteranos y viudas, al morir Mateo Zapata yo continué con su labor en activar las pensiones, porque cuando falleció mi abuelo gobernaba el PAN, ellos cancelaron las pensiones a las viudas, exigimos a la Federación la activación de las pensiones para las viudas de los veteranos, afortunadamente están activas sus pensiones federales. Todo es una continuidad del trabajo de mi abuelo, lo voy intercalando con trabajo social y académico.
MC.- Conmemoramos el centenario de Mateo Zapata en 2017, estamos en la víspera del centenario luctuoso del general Emiliano Zapata, ¿cuáles serán las iniciativas de la Fundación Zapata en 2019 y qué harás en el ámbito académico?
ECZ.- Aparte de ser familiar del general Zapata, tengo un compromiso como historiador. Aparte del Archivo de los veteranos, tengo el archivo personal de mi abuelo -de 1917 a 2007-, conservo los registros de todas las luchas que emprendió a favor de los campesinos y los veteranos, voy a ofrendar el próximo año a la memoria del general Zapata y su hijo Mateo, publicaré el libro iconográfico: «Emiliano Zapata. Cien años», sobre la construcción que el mismo sistema político mexicano ha tergiversado para la manipulación de los campesinos, quiero hacer el recorrido histórico, un análisis sobre la imagen de Zapata -sigue siendo incómoda para el sistema político, a ellos les conviene manipular la imagen de Zapata-. En el libro abordaré los 100 años del asesinato de Emiliano Zapata y la visión de uno de sus hijos, creo que Mateo Zapata fue una piedra en el zapato para el gobierno de su tiempo, porque el menor de los hijos del general fue el más intransigente en defender a los veteranos y campesinos. El libro iconográfico será mi aporte para el centenario luctuoso, también abordaré aspectos de la vida personal del general Zapata, reuniré los relatos vistos por los veteranos de la revolución. Será un libro para entender al general Zapata y ver cómo han tergiversado su historia a 100 años de la emboscada en Chinameca.
MC.- Para que no pierdas la brújula entre la objetividad histórica y la apología del árbol genealógico, creo que ha sido importante tu trabajo con académicos de otras generaciones, pienso en Laura Espejel, Salvador Rueda, Francisco Pineda, Carlos Barreto y John Womack Jr. ¿Qué rescatas de las colaboraciones con los zapatólogos?
ECZ.- Es muy valioso rodearme de estos académicos especialistas en el zapatismos, han influido en que sea objetivo, porque desgraciadamente puedo caer en una subjetividad en hablar bien de Zapata y dejar de lado los aportes de los campesinos de la revolución suriana. Los académicos me permiten conocer sus archivos, el doctor Francisco Pineda me ha dado miles de documentos del Cuartel general zapatista, eso me ha permitido conocer más al personaje Zapata en su contexto histórico.
MC.- Al digitalizar los archivos del Frente Zapatista veo la reciprocidad con los académicos que permiten el acceso de sus archivos. Recuerdo que en la visita de John Womack al COLMEX, tú presentaste la página web con parte del archivo.
ECZ.- Coincidimos en la reciprocidad para engrandecer la historia del zapatismo, es una historia incómoda porque exigía la justicia social y la seguimos esperando, se cumplirán 100 años del asesinato de Zapata y seguimos esperando la justicia social. Creo que nos identifica uno de los pioneros del estudio del zapatismo -Jesús Sotelo Inclán-, luego llegaron los jóvenes académicos -Laura Espejel, Salvador Rueda, Carlos Barreto y John Womack-, creo que las dos generaciones le dieron una visión más analítica al zapatismo y reivindicaron a los campesinos y veteranos. Al compartir la lectura del zapatismo no podemos ser egoístas, no debemos esconder nuestros archivos.
MC.- ¿Tienes mayor empatía con los académicos que con otros bisnietos de Zapata?, ¿hasta qué punto trabajarás con tu familia en el centenario luctuoso del general?
ECZ.- La familia es muy extensa, en Cuautla siempre han dicho que la familia Zapata está desunida, estaba, porque con la iniciativa que hemos tenido algunos miembros al convivir y unificarnos, creo que antes del centenario luctuoso hablaré con las diferentes ramas de la familia Zapata para montar una exposición fotográfica, porque cada una de las ramas resguarda su archivo fotográfico. Creo que independientemente del perfil de cada integrante de la familia Zapata -sean agricultores, maestros, o comerciantes-, cada uno tiene la responsabilidad de rendir homenaje a Emiliano Zapata por su centenario luctuoso, no necesariamente tienen que ser académicos.
MC.- La desunión de la familia Zapata Salazar data del asesinato de Chico Franco a manos de Nicolás Zapata en 1947. La hija de Chico Franco responsabilizó al hijo de Zapata por el crimen. Edgar, al ser historiador y sobrino de la víctima y del victimario, ¿desmientes la denuncia o tienes algún antecedente?
ECZ.- En las entrevistas que grabé con mi abuelo Mateo tocamos el tema del asesinato de Chico Franco, conversamos sobre los detalles del crimen, mi abuelo Mateo dijo: «desgraciadamente el asesino fue mi hermano mayor, por una denuncia de mala fe, en aquella época Nicolás era diputado y pretendía extender sus tierras en Anenecuilco». El periodista Mario Gill denunció el asesinato de Chico Franco en el reportaje «Zapata: su pueblo y sus hijos» (Historia mexicana, diciembre de 1952), debo decir que después del asesinato de Zapata algunos veteranos se pelearon por el poder político y económico de Morelos, también la misma familia Zapata entró a la disputa. El general Emiliano Zapata combatió en la revolución para el beneficio del pueblo, no de su familia, Nicolás Zapata quería apropiarse de todo el ejido de Anenecuilco, siendo el primogénito de Zapata se sentía ungido por su padre, el error histórico de Nicolás fue querer beneficiarse él mismo, en vez de beneficiar al pueblo de Anenecuilco. Lo dicen el periodista Mario Gill y el historiador Alan Knight ( La revolución cósmica , 2015), Nicolás Zapata abusó de la imagen del general revolucionario, dinamitó la grandeza de su padre y asesinó al coronel Chico Franco.
MC.- Los ancianos de Anenecuilco le dieron los Documentos Primordiales a Zapata en 1909, el general se lo dio a Chico Franco y el coronel se los dio a Sotelo Inclán. Al morir el historiador en 1989 los Documentos Primordiales fueron vendidos a Carlos Salinas por 9 millones de pesos. ¿Cuál es tu opinión sobre la rapiña que hizo la familia Sotelo Inclán?, ¿cuál debería ser el destino de los Documentos de Anenecuilco?
ECZ.- Acompañé a mi abuelo a la ceremonia de entrega del Archivo de Anenecuilco en 1991, me impactó ver las cajas negras, los documentos pasaron por un proceso de conservación, pero los custodios del Museo Casa Zapata no hicieron un trabajo de difusión, hay un hermetismo para corroborar si los Documentos están en el Museo Casa Zapata. Como historiador y familiar me interesa ver los Documentos Primordiales de Anenecuilco expuestos, o los facsimilares, para saber en qué estado se encuentran, cuestionar a las autoridades de Morelos y hacer una auditoria: ¿dónde está la memoria escrita de Anenecuilco?, sabemos que Guillermo Sotelo Inclán le vendió los Documentos a Carlos Salinas, no me equivoco: Salinas sí compró el Archivo de Anenecuilco. Lo bueno que Salinas devolvió los documentos al Museo Casa Zapata.
MC.- ¿Lo bueno?, nunca hemos visto los Documentos Primordiales desde 1991.
ECZ.- Lo bueno es que no se los quedó Salinas en su archivo personal, lo malo es que no hay una difusión del legado, ni una veracidad: ¿están o no están en el Museo Casa Zapata?, mi postura es exigir al gobierno de Morelos que exhiban la memoria viva de Anenecuilco en el centenario luctuoso de Emiliano Zapata, porque fue el motivo del levantamiento armado de la región sureña en 1911, fue la raíz y razón de Anenecuilco, creo que para entender a Zapata tenemos que ver de viva voz esos documentos que le costaron la vida a Chico Franco y a una generación que luchó con Zapata.
MC.- Insisto en la rapiña de Guillermo Sotelo Inclán y su sobrino lejano Alfonso Inclán, ¿cuál ha sido tu experiencia con los dos carroñeros y falsificadores de la historia?
ECZ.- Hablé con Guillermo, quería conocer el archivo de su hermano, pero me comentó que ya no tenían nada, hablé por teléfono con Guillermo hace más de 10 años. Creo que debemos estudiar la vida de Jesús Sotelo Inclán, porque fue uno de los pioneros estudiosos del zapatismo, para honrar su memoria debemos leer «Raíz y razón de Zapata», pero también debemos conocer la biografía de don Jesús. Los sobrinos de Sotelo Inclán no deben acaparar la información que dejó don Jesús, su archivo no le pertenece a un sobrino, si él quiere sacar un beneficio económico que lo diga abiertamente, lo importante es reconstruir la biografía del biógrafo de Zapata.
MC.- ¿Conservas alguna foto de Mateo Zapata y Jesús Sotelo Inclán?, ¿cómo describirías su amistad?
ECZ.- Era una amistad muy respetuosa, lo curioso en la vida pública de mi abuelo, siempre llegaban personajes a visitarlo -en este caso el profesor Sotelo Inclán-, se iban a su oficina y nunca sabíamos de qué temas conversaban. El nivel de respeto se refleja en la dedicatoria que le escribió don Jesús a mi abuelo en Raíz y razón de Zapata.
MC.- Finalmente, en abril de 2019 conmemoramos el centenario luctuoso de Zapata y en octubre conmemoramos el 30 aniversario luctuoso de Sotelo Inclán, ¿qué iniciativa podrías impulsar en memoria de don Jesús?
ECZ.- Cada personaje tiene su importancia, te lo digo como historiador: me gustaría analizar la obra de Sotelo Inclán, homenajear al biógrafo. Creo que en 2019 podemos reunir a los zapatólogos y sumarlos a la conmemoración del 30 aniversario luctuoso de Sotelo Inclán, me gustaría animar a los académicos que conocieron a don Jesús para una organizar una mesa de debate y rendirle homenaje. Tal vez me estoy adelantando: quisiera develar un busto de Sotelo Inclán en el Museo Zapata, uno de los objetivos de Raíz y razón de Zapata era recuperar la casa natal de Zapata en 1943, don Jesús quería destinar las regalías de la reedición de su libro para rehabilitar el jacal de la familia Zapata Salazar. Quisiera instalar un busto de Sotelo Inclán, ya que no se hizo nada en diciembre de 2013, espero que lo hagamos en su 30 aniversario luctuoso.
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