El plantón se constituyó el día 5 de mayo de 2006 para apoyar a las personas represaliadas por los acontecimientos de los días 3 y 4 de mayo de 2006 en San Salvador de Atenco, donde el aparato gubernamental del estado mexicano llevó a cabo una salvaje represión en la que hubo muertos, torturados y […]
El plantón se constituyó el día 5 de mayo de 2006 para apoyar a las personas represaliadas por los acontecimientos de los días 3 y 4 de mayo de 2006 en San Salvador de Atenco, donde el aparato gubernamental del estado mexicano llevó a cabo una salvaje represión en la que hubo muertos, torturados y presos políticos.
Actualmente se encuentran en prisión treinta y una personas, varias de las cuales están en un penal de alta seguridad.
Ya son casi diez meses el tiempo que llevan los compañeros resistiendo tanto dentro como fuera de la prisión de Almoloya de Juárez, en el que se han sucedido las amenazas de desalojo del plantón y el hostigamiento por parte de las fuerzas de «seguridad» mediante grabaciones y tomas fotográficas de las personas que allí se encuentran, además de los continuos y amenazantes «paseos» de la policía estatal por la noche. Pero estas situaciones no hacen más que aumentar la fuerza y el coraje de los compañeros que están allí.
El día a día en el plantón no es nada fácil pues el cansancio, el frío, el calor o el viento hacen que la estancia sea difícil, pero el apoyo mutuo y la solidaridad constituyen la base de esta resistencia.
Los sábados y domingos son los días que los familiares pueden ir a visitar a las personas secuestradas por el estado en el penal de Santiaguito y es cuando más trabajo hay.
Los compañeros del plantón vienen desarrollando unos talleres conjuntamente con los niños y niñas que van a ver a sus familiares secuestrados, en los que se intenta desarrollar la autonomía de los niños mediante la participación activa de éstos en los talleres, incluso son ellos quienes proponen los tipos de actividades a realizar, a la vez que fomentan una propaganda positiva del plantón, ya que si los niños que asisten están contentos y aprendiendo, así se lo transmitirán a su circulo familiar y vecinal y de esta manera se consigue un apoyo mas fuerte y real por parte de la gente.
El plantón también cuenta con un servicio de guardarropas, de cooperación libre, pues hay muchos objetos que no dejan introducir a los familiares en el penal. Este servicio y la solidaridad de los diversos colectivos y personas constituyen el modo de financiación del plantón.
Los jueves se realiza una audiencia fuera del penal en la que los compañeros que estuvieron presos tienen que ir a firmar cada quince días y a la que tendrían que ir a declarar los policías, pero éstos no suelen presentarse, por lo que el proceso judicial cada vez se alarga más y de los 4.500 policías que intervinieron sólo se ha imputado en el proceso a 44; y sólo a uno se le acusa de abuso de autoridad. En vez de acusaciones de abusos sexuales, se les acusa de «actos libidinosos» y, aunque el delito de tortura está reconocido en México desde 1953, hasta la fecha no hay ninguna sentencia por este delito.
La situación legal de los compañeros presos es bastante dura, pues se les acusa de diversos delitos como delincuencia organizada, secuestro equiparado, desórdenes públicos y ataques a las vías de comunicación, entre otros, y el juez no personaliza los delitos, sino que acusa a todos de lo mismo, salvo a los compañeros presos en el penal de alta seguridad a quienes se les imputa el liderazgo del movimiento.
Resumiendo podemos decir que el proceso judicial está totalmente manipulado por el estado, que continúa la represión y que esto no va a parar hasta que todos nos concienciemos de que está en nuestra mano invertir este proceso de injusticias contra los pueblos y de que podemos llegar a construir verdaderos sistemas de participación directa en los que todas las voces sean escuchadas.