En entrevista con Clarín.cl, Adrián Ramírez López, presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, habla del trabajo y la conmemoración de la LIMEDDH: «Hace varios años comenzamos a ensayar la poesía, como una forma de expresión en la lucha por los Derechos Humanos. Me llamó la atención cuando Javier Sicilia […]
En entrevista con Clarín.cl, Adrián Ramírez López, presidente de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, habla del trabajo y la conmemoración de la LIMEDDH: «Hace varios años comenzamos a ensayar la poesía, como una forma de expresión en la lucha por los Derechos Humanos. Me llamó la atención cuando Javier Sicilia declaró que no volvería a escribir poesía, sin embargo, todo lo que dice y hace es poesía, es transformación del dolor en la palabra, en expresión; hay que recuperar el ‘honrar la palabra’, como lo hace el Movimiento por la Paz en sus caravanas, es importante comprometer la palabra con la acción. Fue así como llegamos al 26 aniversario de la LIMEDDH con el libro Poemas Disonantes (2011, prólogo de Carlos Montemayor), lo que nos acercó a otros sectores y a través de la poesía damos esperanza, Poemas Disonantes es la voz que depositaron las víctimas en nosotros, es la forma de conciliar el dolor de los testimonios, para llorar en colectivo, reflejamos el dolor y el temor, el miedo no nos paraliza, desde la poesía también se trabaja por la defensa de los Derechos Humanos».
MC.- Adrián, el año pasado la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos cumplió su primer cuarto de siglo, ¿cuál es la historia de la LIMEDDH?
AR.- Estamos conmemorando el 25 +1, aunque no celebramos con fastuosidad este aniversario; la LIMEDDH nació en 1985 con el esfuerzo de muchos sectores de la población que hacía denuncias sobre las violaciones a los Derechos Humanos y a partir de ahí vivimos un proceso de evolución hasta plantearnos objetivos muy precisos y determinados, hacia la lucha contra la impunidad: nos dedicamos a la promoción y defensa de los Derechos Humanos, a promover la cultura, a acompañar a las víctimas, al litigio de sus casos ante el sistema nacional e internacional, a la promoción de denuncias ante los organismos de Derechos Humanos gubernamentales y no gubernamentales; por otro lado, también hacemos investigación, propuestas de iniciativas de Ley, atención a víctimas a nivel médico y psicológico, sin dejar de mencionar que hacemos servicios periciales para determinar casos de graves violaciones a los Derechos Humanos; participamos en diversos foros y contribuimos a la armonización del derecho internacional de los derechos humanos y el derecho interno. Es una labor muy grande, la LIMEDDH se ha mantenido independiente durante 26 años, al no estar vinculada con partidos políticos, ni organismos gubernamentales -tampoco aceptamos financiamientos que en un momento puedan poner en duda la credibilidad- todo esto nos hace vulnerables. Sin embargo, el esfuerzo ha sido reconocido, formamos parte de diversas organizaciones internacionales, gozamos del Estatuto Consultivo ante las Naciones Unidas, ante la OEA y el Consejo de Europa -somos parte de la Federación Internacional de los Derechos Humanos y de la Organización Mundial contra la Tortura y estamos asociados a Agir Ensemble pour les Droits de l’Homme-; a lo largo de estos 26 años hemos tenido la participación de cientos de personas colaborando en la LIMEDDH, en diferentes estados de la República y hemos generado una red de monitores de Derechos Humanos que comienzan a tener un fruto muy importante que no se logra visibilizar, puesto que, es el hecho de que en muchas marchas y movilizaciones de riesgo, la presencia de nuestros monitores disuade a la autoridad de cometer una violación o represión, es uno de los grandes éxitos de la LIMEDDH pero como no pasa nada, no se visibiliza tal éxito. La red de monitores ha permitido obtener tempranamente, hasta 90% de las evidencias para la demostración de violaciones graves a Derechos Humanos, ahora los monitores recaban las pruebas y la información, ayudan a dar contención a las víctimas y nos dan una alerta temprana; ha sido un programa muy exitoso y si bien a lo largo de 26 años logramos tener 21 oficinas filiales al interior de México, hoy nuestra presencia y coordinación con otras organizaciones aumentó y nuestra red de monitores creció; también las redes sociales nos dan una caja de resonancia muy importante. Nos preguntamos ¿Dónde radica la fuerza de la LIMEDDH, cómo es posible que una organización pequeña logre la interlocución con altos servidores públicos, como un Procurador de Justicia, gobernador, presidente, jefe de Estado o con un experto del derecho internacional?, la fuerza emana de la legitimidad que dan las propias víctimas a la LIMEDDH. Celebramos los 25 + 1 de la LIMEDDH con júbilo de estar en una actitud propositiva, a pesar de la situación inédita que vive México, en los casos que intervenimos logramos cambiar el curso de la acción y esto da confianza a las víctimas, contribuyendo para que el Movimiento por los Derechos Humanos se incremente.
MC.- Durante 26 años han visto y denunciado de todo: guerras de baja intensidad, rasgos del terrorismo de Estado y violaciones diversas; por cuestiones de tiempo no podemos hacer el revisionismo de los 25 años, quisiera limitarme al «sexenio luctuoso» del régimen de Felipe Calderón y sus 60,000 muertos, ¿qué hacer en el contexto de una Emergencia Nacional y el holocausto mexicano?
AD.- Hay un hilo de continuidad entre el pasado y el presente: la impunidad; los torturadores y violadores de los Derechos Humanos del pasado, hoy fungen como asesores -aunque ya no estén vinculados directamente a la nómina del Estado-, varios de los viejos represores continúan funcionando en la lógica de la Seguridad Nacional del Estado; desde aquellos años al presente, la participación de Estados Unidos en la guerra interna de México no ha cesado, hay un hilo de continuidad -por ejemplo, en la desaparición forzada de Rosendo Radilla en 1974, la negativa del gobierno de acatar la resolución de la Corte Interamericana y la gran cantidad de nuevos desaparecidos que se presentan en la guerra de Calderón-, el presidente llegó al poder por una elección cuestionada -hubiera sido sencillo abrir los paquetes electorales de 2006, para contar voto por voto- y prefirió apoyarse en las Fuerzas Armadas, lamentablemente comenzó a gobernar -renunciando a su investidura como presidente- para hacerlo como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, y con su declaración de guerra a la fecha son casi 60,000 muertos y, por lo tanto, el gobierno de Calderón pasó a convertirse en un «sexenio luctuoso»; nos preocupa además, la recesión mundial, la vecindad con Estados Unidos -un país cuya economía se sustenta en el armamentismo- que nos impone la guerra, ha quedado demostrado que las armas, el trasiego, el lavado de dinero, benefician a las grandes empresas vinculadas a este negocio y que al mantener el Secreto Bancario se permite un flujo de capitales sin poder evidenciar si su procedencia es ilícita o no, eso nos genera una situación gravísima. La alta responsabilidad del gobierno de Estados Unidos y de Felipe Calderón fue aceptar convenios con la DEA, la CIA y el Departamento de Estado y su injerencia directa, no sólo en el diseño de políticas o en la colaboración internacional, en la acción de intervención.
En el 2000, nos alarmamos con las muertas de Ciudad Juárez, hoy esas mujeres que migraron a Ciudad Juárez han generado hijos que son asesinados en el «juvenicidio nacional», es decir, la generación de niños que hoy son jóvenes sin opciones de estudio o trabajo, su única oportunidad es integrarse al crimen organizado y/o a las Fuerzas Armadas porque no tienen otras expectativas.
MC.- La segunda parte de la pregunta, tiene que ver con el quehacer de las Organizaciones No Gubernamentales en Defensa de los Derechos Humanos, ¿qué hacer en conjunto?, ¿cómo coordinar el trabajo de la LIMEDDH con otras organizaciones afines?
AR.- Primero, desde la LIMEDDH hemos declarado desde 2005 al 2015: la Década en la lucha contra la impunidad, nuestro eje central es documentar los casos para exigir Justicia en materia de los Derechos Humanos. El segundo punto es lograr la vinculación en la integridad de los derechos -entendiendo que la violación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, conlleva a los grupos a protestar y en respuesta sufren la grave represión del Estado-. Tercero, nuestro esfuerzo es válido, pero pequeño, y requiere la vinculación con otros grupos -no sólo con las ONG’s- gremios y universidades, que hemos intentado durante años. Hemos propuesto que las Organizaciones No Gubernamentales -junto a las universidades y colegios- articulemos dos períodos de sesiones al año, para la realización de Encuentros nacionales y rotativos en el país y conformar grupos de trabajo temáticos, para contabilizar la realidad en las violaciones a los Derechos Humanos, para generar elementos de política pública y atender los temas acuciosos de forma efectiva; esto nos permitiría estandarizar cifras, cotejar información, establecer protocolos de intervención más adecuados y por lo tanto, el gobierno estaría obligado a cuidar sus estadísticas y políticas. Cuarto, desde el Acuerdo de Cooperación Técnica entre el Alto Comisionado de Naciones Unidas y México, planteamos sin éxito, la creación de un Consejo Nacional de Derechos Humanos, es decir una estructura republicana donde estuvieran representados los tres poderes y los tres niveles de gobierno, este Consejo, no tendría impactos presupuestales, porque sería una articulación de esfuerzos con las instancias estatales y de la sociedad civil, pero en materia de DD.HH. el gobierno optó por generar otra Comisión de Política Pública. Nuestra idea era -a partir del Consejo Nacional de DD.HH.- que ésta tuviera competencia para atender los temas urgentes y casos de alto impacto como realidad concreta, con Mesas de Negociación y Trabajo multidisciplinarias, intersecretariales, interestatales, permitiendo desarticular de forma rápida situaciones que ponen en riesgo al país en materia de Derechos Humanos, y propiciar el diseño de políticas públicas que garantizarán los Derechos Humanos, mediante una Ley General de Derechos Humanos, no basta con hacer modificaciones nominativas a la Constitución Política, hay que dotarla de dientes para castigar a los responsables de las violaciones y a los criminales de lesa humanidad. México debe cumplir con los estándares internacionales en materia de realización de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, para permitir la lógica progresiva de los Derechos Humanos, de lo contrario, en la política del Estado mexicano a pesar del superávit por el petróleo, todo el dinero va para la represión, las Fuerzas Armadas, las policías y el enriquecimiento de los funcionarios o los beneficios para los poderosos. Quinto, la vigilancia y transparencia de los recursos es un elemento fundamental, es decir vigilar el presupuesto y su gasto. Sexto, en el trabajo a la protección de los Defensores de Derechos Humanos, creemos que no somos atacados por ser defensores en sí, sino por el caso que llevamos; la mejor forma que tiene el gobierno para protegernos es atendiendo y resolviendo el caso específico por el que recibimos la amenaza. Además de que deberíamos tener espacios públicos donde sin cortapisas diéramos a conocer -directamente a la opinión pública- lo que está pasando, asumiendo la posibilidad de nuestros actos.
Hoy hay un gran movimiento de víctimas que transitan por el país, caminando en la búsqueda de Justicia, buscando respuestas, pero lo que encuentran es un diálogo de sordos o el lucro político del régimen que se toma la fotografía con las víctimas, haciéndolas creer que atenderá sus problemas. Si pudiéramos organizar un Encuentro Nacional entre las víctimas y las organizaciones que tienen herramientas para documentar los casos y llevarlos más adelante en el camino, no sólo en el diálogo privilegiado de casos «VIP», puestos en la voz del presidente Calderón, como si él fuera ministerio público (fiscal), policía, juez y parte, diciendo que personalmente se ocupará de algunos casos; se trata de que el presidente sepa la delegación de responsabilidades y funciones.
Si bien la víctima busca Justicia y el resarcimiento del daño, en la LIMEDDH creemos que la responsabilidad penal debe sancionarse, en ese sentido el gobierno de Calderón tiene responsabilidad por omisión y por comisión, por haber utilizado y dispuesto de las Fuerzas Armadas, por recurrir a su facultad de crear iniciativas de Ley que permiten la violación a los Derechos Humanos, incluso a pesar de recientes reformas constitucionales en materia de derechos humanos; no podemos perder de vistas que las reformas constitucionales del 2008, han sido gravísimas y regresivas en materias de DD.HH. por otro lado se cierna sobre nosotros un Código Federal de Procedimientos Penales que impone el cateo sin orden judicial, la detenciones arbitrarias, las intervenciones telefónicas, es decir, la suspensión de garantías individuales fue legitimada desde una norma interna.
MC.- Adrián, mencionaste las propuestas legislativas y operativas de la LIMEDDH, en paralelo ustedes organizaron los Juicios Populares, ¿podrían actualizarse y reeditarse los Juicios Populares?
AR.- La experiencia de los Juicios Populares no ha sido exclusiva de México, sino a lo largo de la historia se han impulsado; nuestra Constitución permite la existencia de Jurados Populares, en ese sentido, ensayamos 5 Juicios Nacionales Populares, y recientemente el Juicio de la Guardería ABC, promovido por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza Javier Sicilia- por ejemplo-, cada Juicio Popular forma parte de la estrategia en la lucha contra la impunidad, no solo se hacen por el impacto mediático, ni por catarsis. Aunque reconocemos que el encuentro de las víctimas en un espacio público genera la posibilidad de reconocerse, escucharse y acompañarse para darse solidaridad; se trata de unificar modelos, patrones de conducta y posibilidades de articulación de esfuerzos, porque en una Tribuna Pública se presentan infinidad de casos, se deben dividir y agruparlos para darles un tratamiento; en nuestra experiencia del Juicio Popular Nacional teníamos un equipo de psicólogos que ayudaban a la contención de las víctimas, porque ésta se quiebra, su voz refleja el dolor, lloran y re-traumatizan, se deprimen ante la injusticia y se nublan por el coraje.
Los Tribunales Populares hacen una especie de ejercicio de recuperación de los casos para determinar hacía dónde irían las denuncias: si a la justicia nacional o al sistema interamericano o a la Corte Penal Internacional; porque la lucha contra la impunidad requiere de un esfuerzo superior: sistematizar y organizar para llevar a litigio. Creemos que si no hay un concierto de organizaciones, con grupos de trabajo en sesiones amplias todo se dificulta; vivimos una situación inédita, son demasiados muertos, torturados y desaparecidos, son demasiadas personas detenidas injustamente, pensamos que la responsabilidad de Felipe Calderón podría llegar a la Corte Penal Internacional, no basta el juicio político y como son delitos contra la humanidad, no hay inmunidad, son crímenes que no prescriben y no hay amnistía que valga para Felipe Calderón y diversos servidores públicos, incluso tendría alcances en contra de los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque ellos permitieron -mediante la interpretación de la Ley-, por ejemplo, que el Ejército hiciera funciones de policía, también los legisladores son responsables de las reformas penales regresivas.
MC.- Desde cada perspectiva hacemos críticas al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, ¿cuál es tu lectura?, ¿y qué dices ante la ruptura de las Mesas de Diálogo, una vez que el régimen de Felipe Calderón pateó el tablero?
AR.- Hay una nobleza que emana del dolor de las víctimas, los familiares y sobrevivientes miran la opción de buscar una forma pacífica para recomponer el tejido social, hay una posición no violenta del movimiento que encabeza Javier Sicilia; pero el diálogo estaba roto desde el principio, el tablero fue pateado desde el inicio, el gobierno te apunta con sus armas y te trata como sospechoso -en cuanto tú no demuestres lo contrario-, mientras la Caravana del Consuelo caminaba a Ciudad Juárez la Policía Federal allanó el Centro Paso del Norte, el gobierno no tiene vocación ni voluntad para dialogar; es decir, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad intenta hacerse escuchar y obligar al gobierno a escucharlos, desde el dolor y las propuestas; el gobierno manipuló a los medios de comunicación que van dejando al Movimiento por la Paz en páginas interiores, mientras la violencia reina y sigue siendo titulares de primera plana, pero sosteniendo que son «los malos, los delincuentes, los que propician la violencia»; no es posible desdeñar, por ejemplo, que antes de la reunión de Procuradores de Justicia se exhibieran 35 cadáveres como señal y amenaza, o que el atentado contra el Casino Royale de Monterrey, esos hechos indican el fracaso, pero las autoridades en cambio, utilizan estos hechos para endurecer más la política y para secuestrar a la opinión pública, entonces podrán restringir, aún más las libertades fundamentales y los Derechos Humanos.
No perdamos de vista que las sentencias de la Corte Interamericana no están siendo cumplidas y es responsabilidad del actual gobierno, es decir, los hechos ocurrieron bajo otras administraciones, pero quienes deben perseguir y castigar los delitos del pasado son estas autoridades y éstas cierran las puertas. La lectura es grave, lamentablemente hay una habilidad discursiva en el manejo de los datos y en lugar de propiciar condiciones para resolver los problemas internos de fondo, el gobierno de México invierte recursos para promover el turismo.
A lo largo de más de una década, observamos en relación a los temas de la delincuencia organizada, que existía cooperación entre los cárteles de las drogas, pero se infiltran desertores de los grupo de élite del Ejército mexicano, guatemalteco y salvadoreño y rompen las alianzas entre los cárteles del trasiego de las drogas, generando una grave crisis; además de los asesores de Estados Unidos y del mossad israelí, y Colombia. La cooperación del Plan Colombia en México, que hoy tiene su correlativo con el Plan Mérida, es sumamente grave, estamos viendo una situación corregida y aumentada como la que vivió Colombia.
No podemos dejar de mencionar que la presencia de grupos paramilitares que han existido y combaten a las organizaciones sociales, en el sexenio de Felipe Calderón se fortaleció la presencia de grupos paramilitares, a pesar de que el gobierno trate de negarlo.
MC.- ¿Cuáles serían algunos elementos de solución ante la Emergencia nacional?
AR.- El cambio de la política integral, creación de empleo, fortalecimiento de la educación y cultura; hoy vivimos una generación Nintendo & PlayStation, habituada a la sangre y la violencia extrema mediante sus consolas de videojuego, incluso los índices de suicidio entre los jóvenes es muy alto, estamos en un proceso de descomposición dramático, al amparo de la industria de la guerra y la impunidad; toda la cooperación que brinda Estados Unidos a México pasa por la militarización, imponiendo la tecnología y política de la guerra, por otro lado equipara la migración como un problema de Seguridad Nacional, esto nos da el panorama de crisis humanitaria que sufren los migrantes centroamericanos.
MC.- Finalmente, no quiero irme sin preguntar, ¿cómo concibes la Poesía Disonante?
AR.- Hace varios años -en la LIMEDDH- comenzamos a ensayar la poesía, como una forma de expresión en la lucha por los Derechos Humanos. Me llamó la atención cuando Javier Sicilia declaró que no volvería a escribir poesía, sin embargo, todo lo que dice y hace es poesía, es transformación del dolor en la palabra, en expresión; hay que recuperar el «honrar la palabra», como lo hace el Movimiento por la Paz en sus caravanas, es importante comprometer la palabra con la acción. Fue así como llegamos al 26 aniversario de la LIMEDDH con el libro Poemas Disonantes (2011, prólogo de Carlos Montemayor), lo que nos acercó a otros sectores y a través de la poesía damos esperanza, Poemas Disonantes es la voz que depositaron las víctimas en nosotros, es la forma de conciliar el dolor de los testimonios, para llorar en colectivo, reflejamos el dolor y el temor, el miedo no nos paraliza, desde la poesía también se trabaja por la defensa de los Derechos Humanos.
MC.- Además de la edición impresa, el sábado grabarán una versión de poesía en voz alta, ¿el copyright del audio quedará libre?
AR.- Los derechos de autor del libro están reservados para el fondo de apoyo a víctimas, por otro lado, se ha colgado el audio de algunos Poemas Disonantes, incluso musicalizados, mañana grabaremos algunos poemas de forma profesional para ofrecerlos a radios alternativas; cuando terminamos el libro le preguntamos a Carlos Montemayor si los Poemas Disonantes tenían valor, leyó los manuscritos, hizo un par de recomendaciones literarias y fue el último prólogo que escribió, es un orgullo para nosotros que Montemayor reflejó en su prólogo el compromiso militante con la defensa de los Derechos Humanos. La disonancia no está en los poemas, sino entre lo que dice y hace una autoridad, y la consonancia de nosotros con el sentimiento humano de luchar por los demás. Poemas disonantes es un homenaje a Carlos Montemayor y a todas las víctimas y sobrevivientes de las violaciones a los derechos humanos y a quienes les acompañamos en su defensa.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.