Medio millar de policías que responden al represor gobierno de Roy Nikisch, atacaron a balazos de goma y palos a unas doscientas familias sin techo, que habían ocupado un complejo habitacional en la ciudad chaqueña de Puerto Vilelas ante la falta de respuesta a sus reclamos de una vivienda digna para sus hijos. Pocos […]
Medio millar de policías que responden al represor gobierno de Roy Nikisch, atacaron a balazos de goma y palos a unas doscientas familias sin techo, que habían ocupado un complejo habitacional en la ciudad chaqueña de Puerto Vilelas ante la falta de respuesta a sus reclamos de una vivienda digna para sus hijos.
Pocos minutos después de las 8, unos 400 policías pertrechados con equipos antimotín derribaron la barrera humana que las personas de Vilelas habían armado para resistir el desalojo de las viviendas que ocupaban desde que un temporal en diciembre derribó sus precarias casas.
Según afirmaron fuentes policiales, el operativo estuvo a cargo del comisario inspector Juan Carlos Martinota, mientras que la orden represiva fue del Juzgado de Garantías Nº 1, a cargo de Héctor Geijo.
Efectivos de la montada y del Comando de Operaciones Especiales (COE), mas cientos de policías de distintas seccionales del Gran Resistencia bajaron de la avenida San Martín hacia la primera barrera, y sin titubear, abrieron fuego con balas de goma haciendo camino para que entre en acción la montada.
En la balacera resultaron heridos jóvenes y mujeres, periodistas y vecinos que por curiosidad estaban en el lugar. El primer objetivo estaba cumplido, pero al ingresar al barrio, la policía volvió a reprimir a los sin techo que lograron resistir en barricada hasta que las balas de goma comenzaron a impactar en sus cuerpos.
Diseminados los grupos que resistían, se hicieron presentes en el lugar tres oficiales de justicia para comenzar el desalojo vivienda por vivienda.
Vale decir que no hubo una notificación previa del desalojo a las familias, tampoco hubo presencia judicial en el inicio del procedimiento y tampoco hubo una mediación que intente dar solución pacíficamente al conflicto.
El pánico generalizado se apoderó de los niños y ancianos. Viviendas adentro, la imagen era de espanto. Pequeños abrazados a su hermano mayor debajo de la cama, ancianos encerrados en el baño, mujeres envueltas en bronca e indignación.
En el lugar estaban presentes el diputado provincial Daniel San Cristóbal, los concejales de Vilelas, Carlos Segovia y José Luis Rodriguez. Los ediles adelantaron que pedirán la renuncia del intendente Alfredo Ortigoza, promoviendo a la vez un juicio político.
En la primera vivienda desalojada, en presencia de los oficiales de justicia Lidia Lentati, Mario Gerometa y Ernesto Anzorandia, la policía abrió fuego con postas de goma contra una ventana de vidrio, sin saber quienes estaban adentro.
En ese instante también apareció en escena el juez de paz de la localidad, Alfredo Martínez.
Allí comenzó el desalojo vivienda por vivienda, pero a la vez, varias familias decidieron encadenarse a la «ilusión» del techo propio. Sin atender sus reclamos por una casa digna, el oficial de Justicia pidió a la policía que corte las cadenas para continuar el desalojo.
La tensión fue disipándose poco a poco, pero la calma no llegaría tan fácil mientras continúe el desalojo. De cada vivienda emergían los mismos rostros de indignación, miedo, bronca o resignación.
Alguna familias fueron alojadas en una escuela pública de Vilelas, otros volvieron a sus casas transportando sus cosas en camionetas 4×4, unas cuantas se refugiaron en una construcción cercana y otros, sin mas posibilidades, quedaron con sus muebles, electrodomésticos y ropas en las veredas del barrio.
Fuente: Diario la Región
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MAS DE 60 HERIDOS «SIN REPRESION»
Lo afirmó el jefe de la Unidad Regional 1 de la Policía del Chaco, Julio César Marín, un sinvergüenza que tuvo cara para ofrecer una conferencia de prensa y negar todo lo sucedido en Puerto Vilelas. La represión terminó con 6 personas detenidas, y más de 60 heridos, entre mujeres, jóvenes y periodistas.
En una conferencia de prensa brindada en la Jefatura de Policía, el jefe de la Unidad Regional 1, Julio César Marín, manifestó desconocer que existan más heridos que el reportero gráfico de diario Norte Germán Pomar, contrastando con las imágenes y registros periodísticos que recorrieron el país.
Ante la consulta periodística sobre la desmedida represión, Marín sorpresivamente señaló que «No me consta», argumentando que «La resistencia ostensible que se obtuvo en varias barricadas fue receptada en forma muy agresiva hacia el personal», explicó Marín, y agregó que «tal es así, que a este momento, de acuerdo a lo que tenemos reportado, tenemos 17 policías lastimados, y se tuvo que hacer uso de la fuerza pública, en la medida de la necesidad, para poder disuadir el lugar» (sic), concluyó.
El operativo terminó con 6 personas detenidas, y más de 60 heridos, entre mujeres, jóvenes y periodistas. A casi 24 horas de la represión, las familias aún esperan una respuesta
Fuente Diario La región
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PERDIODISTA RECIBIÓ 17 BALAZOS DE GOMA
Durante el brutal desalojo policial de más de 200 familias que ocuparon un barrio en Puerto Vilelas, luego de que un temporal destruyera sus viviendas, el fotógrafo Germán Pomar recibió 17 impactos en su pierna izquierda. Una locura.
Durante el brutal desalojo de más de 200 familias que ocuparon un barrio en Puerto Vilelas luego de que un temporal destruyera sus viviendas, numerosas personas resultaron heridas por impactos de balas de goma, entre ellas el fotógrafo de NORTE, Germán Pomar, quien recibió 17 impactos en su pierna izquierda.
Pomar, que a simple vista exhibía su pantalón ensangrentado y desgarrado por las balas, estaba abrumado por las escenas que tuvo que vivir junto a otros trabajadores de prensa que también fueron golpeados por la policía montada.
«Por las circunferencias de los perdigones y la cantidad de impactos creo que el disparo se produjo desde muy cerca. Sentí el impacto fuerte mientras estaba haciendo imágenes de la represión. Más allá de que se pueda llegar a tomar como un error no hay nada que justifique esta situación», reconoció Pomar.
«Claramente estoy identificado como hombre de prensa y si bien hay un riesgo en nuestra profesión, lo que pasó no debería existir, quiero suponer que fue un error».
Durante las dos primeras horas del operativo solamente una ambulancia se presentó en el lugar, donde fue atendido Pomar. La doctora se negó en todo momento a ingresar al barrio sosteniendo que no estaban dadas las condiciones de seguridad para que ellos puedan brindar asistencia. Insólitamente la policía le ofreció a la facultativa un chaleco antibalas para que pueda asistir a las personas.
Otros trabajadores de prensa también recibieron golpes por parte de la policía que intentaba evitar se muestren las imágenes de lo que estaba ocurriendo.
En un informe oficial difundido por la Casa de Gobierno, se señala con detalle las heridas sufridas por los policías, pero nada se dice de las personas que recibieron los impactos de balas de goma y no se hace mención a los golpes proporcionados a los hombres de prensa.
Fuente: Diario Norte