Se estrena este viernes su más reciente cinta La ciencia del sueño, dirigida por Michel Gondry «Si hacer lo que me gusta es ser exitoso, sí, lo soy», dice en conversación con La Jornada
Gael García Bernal, actor mexicano reconocido internacionalmente e incipiente director (acaba de rodar su opera prima), opina tajante: «La realidad del país es un desmadre tremendo. Todos estamos siendo atropellados por esa hecatombe de desgracias, de violencia, de ejecuciones y de falta de confianza en las instituciones y en los líderes». Considera que «la cultura es el único vínculo entre el desarrollo social y el económico: es un punto que por desgracia los contadores no entienden; espero que el próximo gobierno no sea de contadores, sino que apele a la espiritualidad de las ganas de soñar».
Gael comenta lo anterior a La Jornada como preámbulo al estreno, este viernes, de su reciente trabajo, La ciencia del sueño, un «respiro» ante la «avalancha de personajes densos que desfilan por la realidad nacional».
Este ejercicio cinematográfico, lúdico y poético, escrito y dirigido por el francés Michel Gondry narra una «fantasía romántica que tiene lugar en el cerebro de un excéntrico joven (Gael), quien constantemente cruza la vida real y los viajes oníricos».
El actor, quien expresa abiertamente sus opiniones sobre temas políticos y sociales, asegura que no todo es malo ante esta convulsión. «Está la otra parte, como la del concurso de cortos que hicimos, cuyo proyecto ganador se proyectará antes de la película. Recibimos 250 cortos de todas partes de México, incluso de Oaxaca (por mencionar un lugar que ahora está convulsionado), y eso habla de que no perdemos la esperanza de soñar con algo como el cine».
Industria autosuficiente
Para Gael, lo mejor que puede ocurrir en el país es que se busque el vínculo entre el desarrollo social y económico. Justamente el punto de encuentro entre las dos cosas. Donde se genere cultura, no sólo artes plásticas o arte en general, sino una cultura de respeto al prójimo. En cine más que apoyos económicos se necesitan facilidades, leyes; no es un asunto de lana: ya tendríamos una industria cinematográfica autosuficiente si hubieran leyes que la favorezcan.
Sobre La ciencia del sueño opina: «El cine es artificio, son elementos ficticios que convergen y crean una realidad particular. A veces es muy difícil trazar una línea sobre lo que acontece en esta realidad. En lo personal, ante semejante bombardeo de cintas que traen la realidad bajo el brazo, me decidí a tirar todo por la ventana e ir a contar una historia sobre los sueños, una historia de amor que nunca sucedió ni sucederá, pero contarla con todos los elementos del cine.
«Eso es un respiro, un alivio para el actor, porque se convierte en algo más teatral y, por ende, te hace comprender más lo que es el cine. Así lo descubrieron personajes como George Melies o los hermanos Lumiere, quienes supieron que el cine se hacía con estos experimentos, como la súper imposición de imágenes, las disolvencias, las animaciones de cuadro por cuadro. Así entiendes lo que es el concepto práctico y abstracto del cine.»
Antes de filmar La ciencia…, Gael venía de hacer La mala educación y El rey, «cintas densas». Recientemente terminó de rodar en México su opera prima, que hasta el momento lleva por nombre Déficit. Está en posproducción. «Para mí fue una vacuna, pero hay que chingarse porque los apoyos no son fáciles, y eso no sólo se da en México».
El cabalístico 13
Gael suma ya 13 filmes, que lo han hecho ser uno de los actores jóvenes mexicanos más reconocidos en el mundo. Un actor exitoso. «Si hacer lo que uno quiere hacer radica ser exitoso, sí, lo soy, porque hago lo que me gusta. Jamás soñé con hacer cine porque no era una posibilidad.
«El cine se me dio por accidente. Ahora, hacer lo que te gusta es en cualquier parte. Yo hago lo que me gusta porque actúo y vivo de esto. Si estuviera actuando en teatro comunitario sería feliz también porque haría lo que me gusta. Actuar es lo que me gusta, me encanta el proceso, el acto de fe que es hacer una cinta u obra de teatro. Pero el éxito se traduce en cualquier profesión si eso representa hacer lo que a uno le gusta. Entonces, que bueno que el éxito sea asequible, que no sea tan lejano.»
Ahora que es más popular, un hombre más asediado, ¿la popularidad no ha transformado su entorno?
Eso no te puede afectar de otra manera más que de la buena. Tiene sus lados flacos, como la percepción acartonada de verte en las revistas, pero que no tiene nada que ver con lo que es uno. Existe algo más integral: el trabajo, algo que no te pertenece, sino que uno pertenece a éste. Un pedazo de tu epidermis, un cacho de hígado está ahí, o amores perdidos que se quedan congelados. El entorno inmediato cambia pero de manera muy rápida, y al final nos damos cuenta de que somos los mismos.
«La función del cine es enseñarte que ése que está lejos de tí no es tan distinto. Es lo mismo que cuando se rompe el esqueleto de la fama.»