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García Linera: El neoliberalismo agoniza

Fuentes: Prensa Latina

Al evaluar el primer año de mandato de Morales, el cual se cumple este lunes 22, García lo define como un período de grandes cambios estructurales del país, cuyos resultados hay que esperar más tiempo para que se sientan con más fuerza. En el recuento que hace -durante un extenso diálogo sostenido con el diario […]

Al evaluar el primer año de mandato de Morales, el cual se cumple este lunes 22, García lo define como un período de grandes cambios estructurales del país, cuyos resultados hay que esperar más tiempo para que se sientan con más fuerza.

En el recuento que hace -durante un extenso diálogo sostenido con el diario El Deber-, el funcionario subraya como en el aspecto económico se ha «cambiado la matriz productiva del país».

En 2005 recibimos un país en que el Estado participaba o controlaba entre el siete y el ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en la actualidad es un 18 ó 19 del PIB, comunicó.

Manifestó que el objetivo es administrar el 25 por ciento del PIB en el 2007, al tiempo de asegurar que se ha pasado de una economía en manos de sectores externos a una en la que el Estado se ha convertido en el principal sector empresarial.

García admitió que el salto se debe básicamente al control que tiene hoy el gobierno sobre los hidrocarburos, luego de su nacionalización y la firma de nuevos contratos con transnacionales extranjeras, beneficiosos para la nación andina.

El vicepresidente identificó como el segundo cambio más importante es este proceso, lo que llamó la «multiculturación» del Estado boliviano.

Teníamos un Estado en el que sus instituciones y sus gobernantes eran monoculturales y monoétnicas, hoy se ha diversificado, pero no sólo desde el punto de vista declarativo, sino práctico, incluidos desde la presidencia hasta el chofer, precisó.

Asimismo, señaló que el tercer logro podría denominarse la constitución de un Estado social, que define políticas en base a consultas y deliberación.

Este es el primer gobierno -opinó- que tiene la capacidad de ir construyendo en la informalidad una especie de consejos económicos sociales con los diferentes sectores organizados: empresariales, campesinos, indígenas.

En este sentido mostró su interés que la práctica se institucionalice.

Descartó que solo sea un mecanismo para sectores sociales, esto va -aclaró- para empresarios, exportadores, ganaderos, indígenas y campesinos entre los que se consulta y se delibera sobre demandas que luego se convierten en políticas de Estado.

García se negó a profetizar el tiempo que le tomaría a Bolivia salir del neoliberalismo, y se limitó a decir que llevará unos dos años desmontar los componentes secundarios y periféricos de ese proceso, así como los ámbitos legales.

A renglón seguido afirmó que el Estado es lo único que puede unir a la sociedad, dada su característica de asumir la síntesis de la voluntad general y planificar el marco estratégico económico, como primer vagón de la locomotora.

Indicó que en dicha estructura estratégica de la economía del país, le siguen la inversión privada boliviana, la extranjera, la microempresa, la economía campesina y la economía indígena.

García no se cortó para señalar que el gobierno ha tenido un buen desempeño económico y un regular desempeño político.

Si me pregunta cuál fue nuestra peor flaqueza política: no liderar el pedido de unas autonomías solidarias, en el marco de la unidad, del equilibrio, del conocimiento de las regiones y de los pueblos indígenas, autocriticó.

Reconoció que tras esa bandera «algunos prefectos (gobernadores) -y no quiero poner nombres- se atrincheraron en las prefecturas para bloquear al Gobierno».

Dijo que el gobierno tomó conciencia y decidió que las autonomías se harán.

El presidente está trabajando un conjunto de medidas para el tema de las autonomías, en las que habrá tres niveles de régimen: el departamental, el municipal y el indígena-regional, precisó García.