Álvaro García Linera (AGL), en folleto titulado «Identidad Boliviana. Nación, Mestizaje y Plurinacionalidad» (Vicepresidencia del Estado Plurinacional, febrero de 2014), sostiene, al igual que el ultra indigenismo, que Bolivia fue una República etnocida, hasta su reemplazo por un Estado Plurinacional, a partir de promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), el 07-09-09. El […]
Álvaro García Linera (AGL), en folleto titulado «Identidad Boliviana. Nación, Mestizaje y Plurinacionalidad» (Vicepresidencia del Estado Plurinacional, febrero de 2014), sostiene, al igual que el ultra indigenismo, que Bolivia fue una República etnocida, hasta su reemplazo por un Estado Plurinacional, a partir de promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), el 07-09-09.
El preámbulo de la NCPE omite mencionar entre los acontecimientos centrales del país a la Revolución del 9 de abril de 1952, que eliminó al «pongueaje» (o servidumbre de la gleba), decretó el voto universal, nacionalizó las minas y distribuyó entre los campesinos los latifundios del occidente boliviano. Como estas medidas no condicen con una República etnocida, los ignora, a fin de eliminarlos de la memoria colectiva. El ocultamiento del 52 y la existencia de una supuesta República etnocida son inseparables.
Sobre el tema, AGL, dice: … «no es el Estado (en Bolivia) el que deviene en nación unificada… Acá son las naciones indígenas, resistentes a la Colonia y a la República etnocida, las que devienen Estado» (Página 44). Esta lectura contrasta con la de Carlos Montenegro, para quien en una vereda están los continuadores del coloniaje y en la otra el pueblo indo mestizo que defiende la viabilidad de Bolivia.
LA CEGUERA PACHAMAMICA
El ultra indigenista no admite que los conquistadores encontraron un conjunto de sociedades y grupos étnicos en diversos estadios de evolución, en los que convivían astrónomos y caníbales, tribus trashumantes e imperios altamente organizados, como el Inca y el Azteca. Estas culturas fueron sometidas por el avance tecnológico de ejércitos enfermos de codicia, sin que faltaran algunos místicos que defendieron a los indios.
Lo concreto es que el continente conquistado carecía de una conciencia integral de su existencia. Los cientos de lenguas impedían la comunicación mutua. Por estas razones, hablar de que la América pre colombina era una «Nación unificada», a la que el pachamamismo denomina «Abla Yala», es una impostura.
En vastas zonas de la América hispana se sufrió el implacable exterminio (similar al que los británicos desataron en sus colonias del norte). En otras, la necesidad de mano de obra indígena, como ocurrió en Potosí, generó un creciente mestizaje cohesionado por el idioma, sin ignorar la enorme importancia de culturas milenarias, como la aymara y la quechua.
No obstante, negar la importancia del mestizaje, al que debe sumarse la importación de esclavos africanos y el arribo de oleadas de inmigrantes europeos, implica in viabilizar el anhelo de la Patria Grande.
CATEGORIAS EUROPEAS
Los pachamámicos afirman que las categorías «nación», «soberanía» o «geopolítica», al provenir de Europa, deben ser rechazadas por los pueblos indígenas. Cabe recordar que antes de la Conferencia de Berlín (del 15-XI-1884 al el 26-II-1885), en el África sub sahariana existían comunidades negras de enorme peso poblacional, las que fueron atomizadas y dispersadas por el reparto colonial y el tráfico de esclavos.
Desde entonces, los países africanos necesitan de las categorías «nación», «soberanía» o «geopolítica» para reconstituir sus comunidades y avanzar en el magno proyecto de la unidad africana. A esas categorías recurrió Mandela para que Sudáfrica se consolide como nación independiente y libre del apartheid. ¿Es honesto condenar a Mandela por utilizar conceptos acuñados en Europa para llevar adelante su propio proceso de liberación nacional?
En Latinoamérica sucede lo mismo. Nuestros pueblos requieren utilizar selectivamente categorías del pensamiento universal, para avanzar en la multi polaridad y defenderse del asfixiante poder mundial, conformado por Bancos, Paraísos Fiscales (encubridores del tráfico de drogas, armamentismo y trata de personas), y transnacionales principalmente mineras, petroleras y agrícolas.
Lo anterior no quiere decir estancarse en conceptos euro céntricos e ignorar, por ejemplo, los luminosos aportes sobre «la otredad» desarrollados por Tzvetan Todorov o Enrique Dussel, menos aún en momentos en que Europa está agotada, razón por la que el mestizaje latinoamericano es capaz de ofrecer nuevos horizontes a la humanidad.
El mestizaje no es un concepto estático. Cada país latinoamericano es una síntesis de sus mestizajes interiores, lo que permite diferenciar «lo boliviano», de lo «argentino» o «lo venezolano».
En América Latina existe, en consecuencia, un pluri mestizaje, resultado de mestizajes anteriores, crecientemente fusionados con las culturas de los pueblos indígenas, lo que genera nuevos escenarios fraternos. Lo anterior provoca el malestar de los descendientes de Gobineau, para quien la historia de la humanidad debe continuar siendo la historia del dominio de las razas superiores sobre las razas supuestamente inferiores.
AGL Y LA DISGREGACION DE BOLIVIA
AGL defendía la inviabilidad de Bolivia es su época guerrillera. Ahora, como Vicepresidente, mantiene su propósito. En su libro: «La Transformación Pluralista del Estado» («Muela del Diablo Editores», agosto de 2007), en la NCPE, en cuya redacción influyó de manera importante, y en su folleto que estamos glosando, postula la existencia de 36 naciones indígenas, con autodeterminación política, territorios ancestrales, propiedad sobre los recursos naturales renovables y justicias comunitarias de igual jerarquía a la de la Corte Suprema de Justicia.
En su reciente folleto, dice que las naciones indígenas han ayudado a consolidar el Estado Plurinacional y han logrado la unidad de la identidad estatal boliviana. (Página 22). El enunciado confunde causas con resultados. Como producto de la Revolución del 52, los pueblos originarios fueron ocupando cada vez más espacios en la administración estatal, pero no es cierto que Bolivia hubiera conquistado su viabilidad sobre la base de los pueblos indígenas, sino que los pueblos indígenas se identificaron cada vez más con la raíz indo mestiza que los guerrilleros de la independencia legaron a la nueva patria.
Esa raíz trató permanentemente de ser arrancada por el bloque oligárquico minero-terrateniente, vinculado a capitales foráneos, hasta la derrota que sufrió con el ascenso de Evo Morales a la Presidencia.
EL CENSO QUE DEJO EN EL AIRE A LA NCPE
La NCPE sostiene que Bolivia es un país indígena, porque la mayoría de su población es indígena. Esa conclusión fue obtenida después de que en el Censo del 2001, el 64 % de la población se adscribió a alguna de las etnias o pueblos originarios existentes en el país. Logró su propósito manipulando groseramente el censo del 2001, en el que se obvió la posibilidad de identificación con el mestizaje.
En el censo del 2012, pese a que la manipulación se mantuvo inalterable, la mayoría del país encontró la forma de declararse mestiza al responder que no se identificaba con ninguna de las naciones indígenas. Esta fue la respuesta del 60 % de la población De está manera, la NCPE plurinacional quedó en el aire, pese a que Xavier Albó aseguraba que las identidades indígenas se mantenían incólumes entre los migrantes a las grandes ciudades. Ocurrió exactamente al revés, ya que los migrantes olvidaron progresivamente sus lenguas nativas. Por su parte, la socióloga Silvia Rivera aún pide «indianizar a los mestizos», lo que equivale a pretender que un río caudaloso fluya en sentido contrario.
Sin embargo, la declaración de Estado Plurinacional jugó importante papel simbólico en la determinación nacional de acabar con prácticas colonialistas internas, sobre todo culturales, traducidas en malos tratos e injusticias cotidianas contra indígenas, los que, a su vez, terminaron de tomar conciencia de los derechos ciudadanos que conquistó la gesta de abril. De esta manera, los enunciados del plurinacionalismo (autodeterminación política, territorios ancestrales, justicias comunitarias y propiedad sobre recursos naturales) quedaron en enunciados.
AGL ¿ES AHORA EUROCENTRISTA?
Nunca ha sido posible entender los giros ideológicos de AGL. Inclusive como vicepresidente no vaciló en transitar del capitalismo andino amazónico al socialismo comunitario. Pasó también de defensor de la ruptura que implica consolidar a 36 naciones indígenas a pronunciar estas palabras: «Es un alevoso crimen intentar fracturar esta Patria que hemos heredado de nuestros antepasados y que heredaremos a nuestros hijos» («Los Tiempos», 07-04-2014).
Ahora busca unir lo plurinacional con la unidad latinoamericana, con base pluri étnica. Su planteamiento demuestra su desconocimiento de los postulados de Bolivar, Simón Rodríguez, Manuel Ugarte, Enrique Rodó, José Vasconcelos, Abelardo Ramos o Alberto Medthol Ferré en torno al mestizaje, como base de la Patria Grande.
Es correcta la preocupación por rescatar valores, idiomas y cosmovisiones dentro de las culturas latinoamericanas. Lo que es un exceso es creer que las visiones indígenas reemplazarán a la concepción latinoamericana que ha permitido resistir los intentos anglosajones por destruir nuestra identidad.
Pero como las sorpresas no tienen fin, ahora resulta que AGL se volvió euro centrista. En efecto, en discurso pronunciado en el «Encuentro de la Izquierda Europea» (Madrid, del 13 al 15 – XII – 2013), el Vicepresidente dijo lo siguiente a los izquierdistas europeos: «No nos dejen solos, los necesitamos a ustedes, más aún a una Europa que no solamente vea a distancia lo que sucede en otras partes del mundo, sino nuevamente a una Europa que vuelva a iluminar el destino del continente y el destino del mundo» (Revista «América XXI. Marzo de 2014).
¿No era que el indigenismo considera a Europa el autor de la noche tenebrosa que sobrevino a muestro continente después del viaje de Colón?