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Carestía, mar no soberano y narco

General, por si fuera insuficiente

Fuentes: Rolando Carvajal

La pugna entre dos grupos de intereses dificulta la gestión económica y conduce al fracaso al mayor anhelo de la bolivianidad, mientras el narcotráfico corroe a policías y campesinos, y el revocatorio ya seduce a algunos como alternativa al cambio ¿Arrastrará el Presidente a más del 51 %, nuevamente? ¿Cuánto sabe, significa y calla la esposa del policía involucrado?

¿Quién admitió la designación del general René Sanabria en el comando de espionaje estatal?: A la manera de un moderno «Oscar Eid», Felipe Cáceres se arroga que fue él.

Pero sólo lo asume -«yo recomendé al Ministro» que lo nombrara jefe de inteligencia, dice el «zar» antidrogas-, en tanto que para el senador Roger Pinto el ministro de Gobierno fue advertido por el vicepresidente Alvaro García del seguimiento al denominado «narcogeneral». Irritado, el segundo mandatario lo ha desmentido, lo que supone también que él desconocía las intrincadas actividades de Sanabria.

Mientras la cuestión se dilucida,  otra, más importante, es lo que hará un país  cuya Policía y partes de sus raíces ancestrales -ayllus guerreros, campesinos, dirigentes- son carcomidas de a poco por el narcotráfico que ha convertido, por ejemplo, al pueblo de Challapata, en la orilla este del lago Poopó, en el principal centro de venta de autos «chutos» introducidos por rutas de la cocaína, y a ciertas comunidades  del norte potosino y de la provincia Avaroa en emporios de fabricación de droga especialmente los últimos tres años desde que el 2009 se incautara droga en Condorfugio, Verengera y Amachuma.

Especialmente el distrito indígena Qaqachaca es considerado por la fuerza antidroga como una «zona roja», donde los narcotraficantes permanecen sólo días fabricando cocaína mediante el «método colombiano», sin «pisacocas». Y Sacasaca, Uncía, permanece desde hace 10 meses como la marca viva de linchamientos a causa de negocios con los estupefacientes.

En general, pese al empoderamiento de los movimientos sociales, los saldos en contra no son pequeños, a cinco años de gobierno y uno de la segunda gestión: para empezar, el grupo de inteligencia palaciega ha sido destruido (aunque comienza a ser conformado otro, de «contrainteligencia») subsistiendo, empero, los tres antiguos de los militares, los dos de los policías, el del Ministerio de Gobierno y el de la Vice (con Raúl a la cabeza) además de los de la Embajada de EEUU (NAS, ILN, etc.) de los venezolanos y de los cubanos (pese a la distancia que han tomado éstos en  los últimos meses).

Para seguir, las patadas bajo la mesa son cada vez más notorias, afectando a una gestión gubernamental que ya tiene sus propios problemas de eficiencia, idoneidad, burocracia, corrupción, obsecuencia y transfugio, agravados por el gasolinazo que derivó en alzas y desabastecimiento, en el marco de la cuestionada restauración neoliberal y sus secuelas en las economías familiares.

Para terminar, los aprestos de denuncias de corrupción bullen entre los dos bandos enfrentados anticipadamente en pos de la sucesión presidencial agitando en las sombras, ambos, la idea de la revocatoria del mandato, al tiempo que el fracaso de la agenda con Chile es tan ostensible que ni el anunciado reclamo ante el Tribunal internacional de La Haya puede redimirlo (aún tornando lo bilateral en multinacional, «judicializando» el tema marítimo, cosa que no parece asustar a Santiago pero si interesar al cónsul San Miguel), una vez que -no uno sino hasta varios- los enclaves por 99 años, sin soberanía, no son la solución al 130 años de anhelos por acceso marítimo soberano.

Tal fracaso no correspondería, paradójicamente,  tan sólo a la gestión del canciller David Choquehuanca sino a la Vicepresidencia del Estado, encargada por la nueva Constitución de  participar conjuntamente con el Presidente «en la formulación de la política exterior, así como desempeñar misiones diplomáticas», según dispone el artículo 174 de la CPE.

El grupo que controla el 85 por ciento del Gabinete y la neoburocracia estatal pero que carece de respaldo de las organizaciones sociales, ya ganó una de sus primeras refriegas con la sustitución de la viceministra Mónica Soriano por Juan Carlos Alurralde,  antiguo directivo de Agua Sustentable, una ONG del sector (y asesor en las negociaciones para vender el 50 % de las aguas del Silala a Chile sin cobrar la «deuda histórica»), recuerdan fuentes diplomáticas en torno al nuevo vicecanciller, allegado, aseguran, a los embajadores Pablo Solón y Carmen Almendras.

El resultado de las gestiones frustradas comprende por otro lado el desgaste presidencial al punto que La Moneda y los parlamentarios chilenos ya no consideran a Evo Morales  el «interlocutor válido» de hace meses, habida cuenta de su baja en los sondeos de respaldo interno.

Incide también el hecho de que ya no cuenta con el 15 % del MSM de Juan del Granado ni  del pequeño pero valioso 3 % con que otros sectores aparte del MAS le apoyaron para conseguir el histórico 67 % de diciembre del 2009, una especie de cheque en blanco constitucional que, sin embargo, como la piel de zapa, va encogiéndose cada mes y con cada error o circunstancia adversa, pero puede estirarse al influjo del caudillo y su arrastre entre  las masas.

UNA INTERNA PRECOZ

Cifradas las esperanzas de que entre julio y agosto del 2011 se decida la revocatoria del binomio presidencial, permitiendo la opción de suceder a Morales en la jefatura del Estado Plurinacional, los dos grupos de interés (casi diluido como está un tercero presumiblemente encabezado por Luis Arce que junto a Viviana Caro no pudo defender las razones del gasolinazo, dicen observadores) pueden no salir ganando ninguno, mientras que el ex ministro Juan Ramón Quintana parece merodear a la distancia, y los militares atentos, planteando acaso, si se requiriera, una «pacificación» entre los contendores.

 «La crisis interna se apodera de las filas oficialistas, lo que se traduce en conflictos en la burocracia de gobierno (pugna Choquehuanca-San Miguel, intento de desplazamiento vía revocatorio de García Linera, etc.) y en enfrentamientos ideológicos como los que han fracturado al grupo Comuna», señala Emilio Martínez, un uruguayo-boliviano que desde posiciones conservadoras, sigue los pasos del evismo.

Por lo pronto, en contra de la facción rival se preparan denuncias sobre presuntas visas asiáticas y pasaportes diplomáticos, a la par que las réplicas pueden ocasionar desagrados en la adjudicación de contratos y licitaciones, señalan fuentes del aparato gubernamental y sus organizaciones.

En todo caso, el 2011 y el 2011 la dinámica político-partidaria será intensa, refiere el ex presidente de la Corte Electoral, Jose Luis Exeni, no sólo por la inédita elección de magistrados y comicios en los municipios con autoridades suspendidas, sino por la consulta popular sobre las cartas orgánicas y los estatutos autonómicos.

«Desde julio de 2012, mediante iniciativa popular, se pueden activar dos, tres, muchas revocatorias de mandato. Para el binomio presidencial, senadores, diputados, gobernadores, asambleístas departamentales, alcaldes y concejales municipales. Terreno fértil para la inestabilidad», advierte Exeni.

El problema de fondo, sin embargo, no es sólo la restauración del modelo neoliberal o la reforma del Estado sino la transformación del mismo, señala Raúl Prada, ex ministro de Planificación y crítico «desde adentro» del llamado proceso de cambio.

«La restauración es la inercia de lo mismo; empero el retorno, la permanencia en el tiempo, convierten a la maquinaria heredada en cada vez más pesada, cada vez más atroz, cada vez más perversa, intentando revitalizarse o mas bien desviarse por rutas informales, marginales, secretas, como son las relativas a las relaciones clientelares, prebendales, corrosivas, corruptas, de la economía política del chantaje», agrega Prada, otrora compañero de García Linera en el Grupo Comuna, nido ideológico del gobierno.

«Para restaurar sólo se requiere de la manipulación discursiva y publicitaria, de la demagogia, que buscará crear la imagen del cambio, cuando efectivamente nos encaminamos por los laberintos de la restauración… se trata de repetir cíclicamente la restauración mediante la reiteración del voto. Para eso es menester mantener convencida a la población de los grandes cambios, que no son otra cosa que grandes cambios publicitarios», sostiene también el ex constituyente.

 La crítica, sin embargo, no parece hacer mella ni en el primer mandatario ni en el exitoso grupo que hegemoniza la mayor parte de la administración, sobre todo el sector económico y financiero, incluida la futura AFP estatal y se propone avanzar sobre las organizaciones sociales (el senador Surco de los colonizadores atribuye sus dificultades un sabotaje interno) cooptando dirigencias o aprovechando debilidades (como la del ejecutivo de la CSUTCB, detenido por extorsión), aunque el Consejo de ayllus y marcas fue de los primeros en pedir una revocatoria del mandato.

Para los que sostienen que el Presidente ya está «en la historia», más allá de la pugna interna y por lo tanto sorprendentemente dispuesto a no insistir en un tercer mandato consecutivo, va en su favor una versión que se atribuye a las organizaciones: que están con el primer mandatario, lo defienden en todo momento y rechazan la pugna interna pero no apoyarán su reelección, por el principio de rotación en los cargos que rige las culturas andinas.

Para quienes con frivolidad  estiman que uno, simplemente, no sabe; y el otro «cree que sabe», abona la circunstancia de que se escucha con preferencia el consejo de los obedientes y disciplinados colaboradores, aunque no acierten, desconfiando de la advertencia adecuada; y de que por un desborde de arrogancia se deseche la explicación apropiada (intolerancia de que alguien sepa más sobre la materia).

Por el momento, el Vicepresidente admite «posiciones encontradas entre sectores populares, entre su Gobierno y un sector de los asalariados, entre el Gobierno, sus decisiones y un sector de la población que se ha sentido afectado por una medida como el alza de los carburantes»

«Evidentemente ha habido una lesión, una raspadura en nuestra relación con ciertos sectores sociales», pero añade que «hay que tomar medidas que restablezcan nuevamente el enlace más directo con esos sectores que se han sentido lastimados con ciertas decisiones».

«El proceso pide un cambio antes que resurja la derecha y cambie de proceso. Requiere un sacrificio como la Pachamama, en agosto» planteó a mediados de febrero Andrés Gómez,  a una cuadra de la plaza Murillo: «es tiempo de buscar al reemplazante de Evo para salvar el proceso. En tanto, es un imperativo reconducirlo para evitar que se acabe en la figura del «compañero Presidente».

«Muchos nos han dicho que la gente no está acostumbrada a eso (la reelección), replicó el domingo reciente Alvaro García, entrevistado por Los Tiempos: «pero mi respuesta siempre ha sido «dejemos que la gente elija»… veremos si las organizaciones lo reeligen, en todo caso que la gente tenga la opción democrática de decirle que siga o no, pero no que se prohíba eso con base en alguna lectura medio dudosa o amañada de la Constitución».

¿CUANTOS COMO SANABRIA?

A dos semanas de la caída del general Sanabria, muchas interrogantes giran en torno a las derivaciones de la narcoinfiltración en un grupo de élite, ahora disuelto, pero también sobre el horizonte que plantea la lucha contra los traficantes de drogas y el futuro de las comunidades involucradas en esta actividad.

En el orden  internacional, para Brasil el tema más agobiante con Bolivia ya no resulta ser el gas sino el narcotráfico pues 60 toneladas de cocaína cruzaron el último año la extensa frontera binacional, según el embajador Marcel Fortuna, quien anticipó la llegada de su ministro de Justicia para firmar a fines de marzo un acuerdo antidroga.

Por el mismo rumbo, hay muestras de la desconfianza chilena acerca de las autoridades bolivianas que no recibieron ninguna alerta sobre el seguimiento a Sanabria y su detención, llegando a pasar varias largas horas antes de que la versión sobre el arresto en Panamá llegara hasta Palacio Quemado, remarcaron fuentes diplomáticas.

«Chile prefiere trabajar con la DEA y no con Bolivia» dijeron las mismas fuentes que destacaron la ya no «condescendencia» de la JIFE (Junta Interamericana de Fiscalización de Estupefacientes) con Bolivia y la preocupación de Europa por la dimensión del tráfico de drogas en el país.

En el plano regional y local, particularmente la fuerza antidroga de Oruro tiene más trabajo que de costumbre: por ejemplo, el 16 de enero pasado cinco bolivianos, tres de ellos hermanos, fueron detenidos cerca del Salar de Coipasa, rumbo a Chile con 95 kilos de cocaína en sus mochilas.

Dos semanas después, en Eucaliptos, cerca de la ciudad de Oruro, incautó otros 42 kilos y 15 más en el Cruce Ventilla, carretera a Potosí, antes del Carnaval.

La Felcn orureña había incinerado  en septiembre pasado 100 kilos de cocaína retenida en Santiago de Huari, sur del lago Poopó, mientras que La Patria de Oruro informa de constantes operativos en comunidades qaqachacas y del norte potosino, sin contar las remisiones  retenidas en Arica de 142 y 168 kilos provenientes de Santa Cruz, tan sólo en enero de este año, con destino en  Siria.

Al comenzar marzo, el  director de Control de Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin), Luis Cutipa, dijo que algunos comunarios pasaron de ser productores de coca a encubridores de narcotraficantes.

Si bien no hay cárteles en Bolivia, se pudo evidenciar por ejemplo en el municipio cruceño de Yapacaní que hay algunas comunidades encubridoras del narcotráfico, le dijo a la Red Erbol. El 6 de marzo Cutipa agregó que la hoja que se produce en provincias Muñecas, Larecaja y Bautista Saavedra, es desviada al narcotráfico después de que ingresa a la ciudad de El Alto.

Otras fuentes señalan que la hoja del norte tropical paceño, una vez convertida en droga en el Perú, es devuelta a sus propietarios originales. Para Cutipa, la mayor cantidad de esa coca estaría destinada al narcotráfico, porque no se tiene datos reales de que el producto llegue al mercado legal.

La captura de Sanabria plantea otras dificultades: si él regulaba la actividad de al menos dos o tres mini-carteles (con incautaciones menores pero especialmente sin destrucción de laboratorios y detención de peces grandes) mantenía un orden que en su ausencia puede desbordarse.

Ël mismo representa una incógnita cuando comience a negociar o no con la administración norteamericana, bajo el peso de cadena perpetua, mientras que su esposa no dejó rastro después quemar una agenda y los papeles de dos archivos, según medios locales, de la oficinas del Centro de Inteligencia y Generación de Información del ministerio de Gobierno que ocupaba su marido, por entonces ya preso y con destino a Miami.

 «Sanabria tiene las claves: puede decir todo. Y su esposa, puede decir y mostrar documentación ‘si le pasa algo’ y negociar. Sanabria sabía en qué se estaba metiendo y puede comprometer a otras personas y funcionarios», dijo otra fuente diplomática, mientras se desconoce si los fiscales ratificaron el supuesto mandamiento de aprehensión contra Lourdes Nava, sin paradero conocido.

«Puedo pensar que es parte de una estrategia de Estados Unidos para decir que aquí hay un ‘narcogobierno’. Detienen al general Sanabria y a los dos días la JIFE dice que no es suficiente la reducción del cultivo de coca. A los días, el Departamento de Estado dice que fracasó la lucha contra el narcotráfico», reparó en medio de todas las tensiones el presidente Evo Morales, mientras el Vicepresidente aludía al accionar, ilegal, de la CIA y la DEA en el país

«Uno puede darse cuenta de su presencia por sus indicios, por las sombras que deja su pasado, sabemos de que están aquí», refirió García Linera al destacar los esfuerzos del gobierno: «Se recibió el informe por vía diplomática, y a la hora ya había un detenido. A las cinco horas había nueve detenidos. ¿Cuándo se ha visto a un país actuar con tanta premura?».

Pero la trampa que la policía antidroga de Chile tendió a Sanabria en agosto pasado y las remisiones del general, al menos desde febrero del 2010, implica que sus actividades ya tenían una data importante, que, según, una fuente que pide conservar el anonimato, naufragaron en una apática alerta a las autoridades, mediante un jefe policial que hace dos años fue involucrado en el tradicional espionaje a opositores y periodistas.

Bolivia no fue informada «ni por la Interpol ni por vía diplomática» de lo que estaba ocurriendo con el general Sanabria, ni de la orden de captura internacional en su contra, emitida en diciembre pasado, reflexionó Felipe Cáceres.

«Sí, en realidad el Cigein debía llenar el vacío de la DEA. Era una instancia que debía dedicarse estrictamente de análisis técnico, investigativo y de inteligencia. Lastimosamente su comandante se vio implicado en hechos ilícitos pero no podemos generalizar. Son 18 elementos que deben ser investigados y no necesariamente todos están implicados», agregó el zar antidrogas tras el escándalo.

«La lección es: hagamos Inteligencia a la Inteligencia. No está mal -matizó después el Vicepresidente-. Habrá que habilitar presupuesto del Estado para hacerle Inteligencia a la Inteligencia, pero es algo que no acabaría»..

Para García Linera, Sanabria formaba parte de una unidad de Inteligencia «de tercera» en el Ministerio de Gobierno y que no haberlo detectado podía ser considerado una «deficiencia tolerable» en la lucha contra la mafia que corrompe distintos niveles de gobiernos.

El Ministerio de Transparencia  reconoció que al menos el 20% de los casos de presunta corrupción involucran a funcionarios de la actual administración gubernamental.

RECHIFLA Y RIESGOS

No hay a la vista sucesor presidencial, si el mandatario quisiera tomarse un descanso para volver el 2019. Del mismo Juan del Granado, no se sabe si se habilitará para el 2014 o si esperará otros nueve años hasta el 2019, aunque para los masistas, el jefe del MSN «no pasa de Kupini», uno de los barrios paceños devastados por los deslizamientos de fines de febrero.

La derecha está desarmada y buscando caras nuevas, jóvenes; y los disidentes del gobierno, convocados a restituirse al masismo para no seguir fortaleciendo a los «sin miedo», desestiman el llamado, como Abel Mamani, que parece  confiar en sus propias fuerzas alteñas, o la piensan dos veces antes de ser encandilados como en las elecciones de diciembre del 2009, cuando cierto centro, diminuto pero decisivo, votó para quitarle a la derecha el veto que ejercía, dándole todo el poder a Morales.

Quince  meses después, el caudillo tuvo que dejar Oruro en su propio aniversario cívico el pasado 10 de febrero, entre rechiflas que el entonces Vocero no pudo detener y que  tampoco se pudo evitar durante el partido de futbol en beneficio de los damnificados. Encuestas internas le darían  un 28-30 % por encima del segundo, que pudo haberse detenido en 15 %

Dolida, la Policía ha comenzado a depurarse, pero las organizaciones sociales ven con cuidado que quieran repetir la lección de los ecuatorianos,  cuando los uniformados se rebelaron en Quito contra el presidente Rafael Correa.

Lo que hace falta es «un análisis crítico de las fuerzas, pero también de las organizaciones e instituciones involucradas; de los sujetos, de los diferentes posicionamientos de los sujetos, exhorta Raúl Prada (¿el «primer girondino»?), en alusión al «último jacobino».

«Pero también de los discursos y los imaginarios involucrados», de las conductas y comportamientos, de las prácticas perdurables; de las percepciones económicas en juego, sobre todo las dominantes al momento de la toma de decisiones»●

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.