El académico cuenta que durante la guerra fría colaboró con la inteligencia militar soviética. «El marxismo es hoy más necesario que nunca», sostiene.
Un joven marxista mexicano, idealista y revolucionario antiimperialista se infiltra en Estados Unidos como aliado de la inteligencia militar comunista al servicio del Ejército Rojo de la Unión Soviética. Por años ha enviado sus informes ocultos en rocas huecas que llena con microfilmes. El agente encubierto, quien finge ser un profesor de antropología en una universidad, es seguido por la FBI, hasta que lo detienen junto con su esposa y dos hijos. Lo que podría parecer un guion de película de espías ubicada en la guerra fría es en realidad la autobiografía de Gilberto López y Rivas, publicada recientemente con el título de Nadie puede ser amigo de todos: Testimonios de un revolucionario.
El autor manifiesta: no es un libro que pretenda pasar por novela de espionaje. Es para las jóvenes generaciones, con el fin de mostrar que los marxistas que nos formamos al calor de la revolución cubana tuvimos esos ideales que seguimos manteniendo hasta que nos vayamos de este mundo.
Narrar una etapa muy personal de su biografía parte del deseo de que los más jóvenes comprendan que “la vida es algo más que la generación selfi metida en el narcisismo de la fotografía y de los likes. La vida hay que hacerla en la realidad misma; Internet no es la lucha social.
Esta es nuestra realidad: el capitalismo, como en los tiempos en que nos reclutaron, sigue siendo un sistema opresor, esclavizante y enajenante. La lucha por establecer un sistema más justo nos ha alentado y es la que nos da la vida hoy día.
El libro que publica la editorial Plaza y Valdés contiene las memorias del antropólogo y ex diputado Gilberto López y Rivas, contadas en primera persona. No es una fantasía literaria, sino que relata hechos que ocurrieron hace más de medio siglo. Se trata de narrar experiencias de los trabajos clandestinos en esos años de la vía armada y con la inspiración del triunfo de la revolución cubana. Después, el reclutamiento para la inteligencia militar soviética de la época. Todo lo que fue ese proceso, que duró hasta el año 1978, que nos detienen en Minneapolis, Minnesota.
Cumplir 80 años, apenas en marzo pasado, rompió el pacto de discreción de estas páginas que finalmente salieron a la luz, mucho tiempo después de haber sido escritas y con muchas revisiones de por medio. De Alicia Castellanos, su esposa y compañera, compartió, tengo casado con ella 55 años, es copartícipe de todas las experiencias narradas en el libro. Ella se negaba a que se publicara. “Con toda razón, porque era un libro sui generis”.
El pasado te va a llegar
Como consigna en el libro, un día de junio de 1978 estuvieron secuestrados en una suite de un hotel. Recordar y escribir esos momento fue de gran tensión emocional, cuenta López y Rivas durante la charla con este diario, en Ciudad Universitaria. Un texto muy diferente a los tantos que ha publicado sobre antropología y cuestiones indígenas.Ellos (los agentes) amenazaron con quitarnos a nuestros hijos. Hasta hicimos un ritual de despedida con los niños de dos y ocho años. Finalmente, los dejaron ir, y tomaron un vuelo hacia México. La despedida estuvo marcada por la ayuda de un entorno sorpresivamente solidario para dos espías confesos.
El regreso a México fue difícil, sin empleo ni dinero. Pero la familia prosperó. El pasado te va a llegar, manifiesta el autor, pues su libro es una respuesta a otro que salió hace 20 años. El periodista estadunidense David Wise publicó en 2000 Cassidy’s Run, donde en dos capítulos se habla de los espías mexicanos. En ese momento, los intentos de escándalo fueron acallados, con severas respuestas de López y Rivas. La discreción fue la decisión entonces.
En el prólogo de Nadie puede ser amigo de todos, Néstor Kohan advierte que es necesario conocer el contexto histórico de este ser revolucionario de tiempo completo, junto con Alicia, la gran heroína del libro. Cercano a los movimientos estudiantiles, persistía la guerra fría, el expansionismo y el armamentismo de Estados Unidos.
Menciona que Kohan contextualiza esos años en que se desarrolló la inteligencia estratégica en Estados Unidos; “lo equipara con la Orquesta Roja, que fue toda una red de espionaje soviética en Europa y la propia Alemania”, que eran parte de la resistencia antinazi.
En este grupo se distinguieron Richard Sorge y Leopoldo Trepper, a los que dedica el libro y quienes lucharon y murieron por un mundo mejor en su trabajo clandestino.
La autobiografía también condensa la incorporación a la vida civil, las experiencias con los partidos Patriótico Revolucionario y Socialista Mexicano, el trabajo internacionalista en Guatemala, Salvador y Nicaragua. Posteriormente, la fundación del PRD, al cual renunció en 2003, y de sus cargos de diputado y delegado en Tlalpan.
Termino con la etapa de gobierno porque fue la tarea más difícil. Preferiría mil veces la clandestinidad que la tarea de gobernar. Quieres ser consecuente, congruente, ético y es todo lo que no encuentras en ese ámbito. Los siguientes años entró en el entorno zapatista y como asesor del EZLN.
“Actualmente, nuestra vida en lo político es en solidaridad con el movimiento indígena. La paradoja es que la leyenda de mi cobertura, lo que finges que eres, se volvió realidad. Los instructores soviéticos me dijeron: ‘hágase de nombre, escriba libros’. Soy profesor e investigador, escribo libros de antropología. Pero no hay un día en que no piense en todo lo que pasamos.”
Medio siglo después, López y Rivas afirma: el marxismo es más necesario que nunca para entender lo que está pasando.
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