Conforme a las negaciones de Beatriz Paredes y la clase política sobre «cualquier nexo con el narcotráfico», salen a la luz cada vez más declaraciones vinculando a políticos en tales hechos. El PRI y el PAN han lanzado en Colima personajes señalados de sostener vínculos con el narcotráfico. Sobresalen los señalamientos al gobernador del Estado […]
Conforme a las negaciones de Beatriz Paredes y la clase política sobre «cualquier nexo con el narcotráfico», salen a la luz cada vez más declaraciones vinculando a políticos en tales hechos. El PRI y el PAN han lanzado en Colima personajes señalados de sostener vínculos con el narcotráfico. Sobresalen los señalamientos al gobernador del Estado Silverio Cavazos y el alcalde de la capital, Mario Anguiano.
Nos obstante, aseguran especialistas, las infiltraciones del narcotráfico en las esferas del poder público no es cosa nueva: «Todos saben que existen alcaldes, diputados locales, legisladores federales y gobernadores presuntamente implicados con el narco; que las campañas electorales en regiones bajo control del narco están fuertemente influidas por las bandas criminales», plantea el editorial de un diario mexicano.
Las ejecuciones a funcionarios y a sus familiares que se han registrado en los primeros meses del año han dañado la imagen de los partidos políticos, restando credibilidad a las declaraciones de «blindaje electoral». En la última semana de marzo se encontraron cinco personas asesinadas en Guerrero de las cuales tres son familiares de un diputado local del PRD, Catalino Duarte. Un comando armado incendió dos casas y siete vehículos propiedad del padre del actual Síndico y de un ex alcalde, Marcial Cárdenas Sánchez, ambos perredistas. Días después se encontró el cuerpo sin vida del secretario municipal de Tancítaro, Michoacán, también del PRD. En lo que va del año y en los últimos meses del 2008 al menos nueve ex presidentes y presidentes municipales, la mayoría priístas, han sido víctimas al perecer por ajustes de cuentas. El caso más reciente fue el de Villahermosa, Michoacán, Octavio Carrillo del PRI, a finales de febrero; fue el tercer edil ejecutado en el Estado.
En Petatlán, Guerrero Francisco Rodríguez, perredista y ex priísta, fue ultimado en el Zócalo de la ciudad con rifles AK47 cuando volvía del 56 Batallón de Infantería en Acapulco, donde se presentó a pedir razón de su hijo que días antes fue detenido por el ejército junto con otras ocho personas.
El temor ante el peligro de que el narcotráfico intervenga en las próximas elecciones se ha concentrado en crear estrategias para que el dinero de la droga no financie campañas electorales. Pero parece que la filtración ilícita al poder se está consolidando por redes de impunidad ya establecidas.
El gobernador de Colima, de extracción priísta, es señalado por sus vínculos con el narcotráfico e intentará dejar en su puesto a su cercano colaborador del mismo partido, Mario Anguiano, precandidato a la gubernatura y actual alcalde con licencia de Colima y, también acusado de tener nexos con el crimen organizado.
Uno más catalogado en el equipo de «narcopolíticos» priístas es el diputado local y candidato a diputado federal, Roberto Chapula; quien presta sus servicios de litigante a clientes acusados por narcotráfico. Y por el PAN, con los mismos referentes, la candidata a la presidencia municipal de Manzanillo, Esmeralda Cárdenas.
A los dos hermanos del gobernador se les identifica como operadores directos de «El Chapo Guzmán», procesados por la PGR . En el 2007, Cavazos, siendo ya mandatario del estado, intercedió por medio del senador priísta, Rogelio Rueda Sánchez, también actual precandidato al gobierno estatal para la liberación anticipada de uno de los hermanos de Mario Anguiano, sentenciado a diez años de prisión por crímenes contra la salud. Igualmente un primo hermano del gobernante fue consignado por tráfico de drogas en la Unión Americana por dirigir la organización criminal llamada «Los Anguiano» y vinculada con los hermanos Amezcua «Los reyes de la metanfetaminas».
Priístas como el Procurador del Estado, el director de Tránsito y Vialidad, el titular de Licencias del Municipio y hasta el presidente de la Canacintra en Colima, entre otros, son relacionados con el crimen y las drogas. «El PRI en Colima tiene un gran equipo», dice entusiasmado un militante.