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Gobierno boliviano aprobó histórica resolución sobre Pueblos Indígenas Aislados

Fuentes: Rebelión

El gobierno de Evo Morales Ayma, a través del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) de Bolivia, la entidad que administra los parques nacionales del país, aprobó el pasado 15 de agosto la Resolución 48 que declara «Zona Intangible y de Protección Integral de Reserva Absoluta» al territorio donde habita un pueblo indígena aislado que […]

El gobierno de Evo Morales Ayma, a través del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) de Bolivia, la entidad que administra los parques nacionales del país, aprobó el pasado 15 de agosto la Resolución 48 que declara «Zona Intangible y de Protección Integral de Reserva Absoluta» al territorio donde habita un pueblo indígena aislado que se presume sean los herederos de los Toromonas históricos, el pueblo que enfrentó y venció a los conquistadores españoles en el siglo XVI cuando pretendieron ingresar a la Amazonía Sur, provenientes desde Cuzco.

El territorio que fue declarado de Reserva Absoluta se encuentra dentro del Parque Nacional Madidi, un área protegida de casi 19.000 kilómetros cuadrados y uno de los reservorios más relevantes de biodiversidad en el ámbito planetario, e incluye la totalidad del curso del río Colorado o Pukamayu, las nacientes y el curso alto del Río Heath (o Sonene en lengua Ese Ejja) y la casi totalidad de los cursos de los río Enajewa y Enatawa. El territorio limita con la República del Perú y abre la puerta para el establecimiento futuro de una zona de protección estricta de carácter binacional en base a un corredor transfronterizo.

La Resolución 48 aclara que el SERNAP gestionará y realizará de manera inmediata «las acciones técnico legales» para validar y certificar la situación del grupo indígena aislado a través de un estudio «histórico, antropológico, geográfico, ambiental y jurídico» que establezca la situación de la etnia, para luego elaborar un plan de acción donde se puedan articular «las conclusiones técnicas y las estrategias de intervención de todos los sectores comprometidos en la preservación del aislamiento voluntario del grupo indígena originario». La Resolución 48 expresa -de forma clara, sólida y coherente-, el respeto absoluto a los derechos humanos del pueblo aislado, con énfasis en la protección de su decisión de apartarse del resto de la sociedad nacional boliviana. El cumplimiento de esta resolución quedará a cargo de los responsables y cuerpo de guardaparques del Madidi y las Fuerzas Armadas acantonadas en la zona, en el Puesto Militar de Avanzada Colorado, dependiente del Comando General del Ejército boliviano, situado cerca de la desembocadura del río Colorado en el río Tambopata.

La presencia de un grupo indígena aislado en los territorios del río Colorado y el área circundante es reconocida por los pobladores de las comunidades indígenas y mestizas de la zona de influencia, como son la comunidad quechua-tacana de San José de Uchupiamonas y las comunidades de Azariamas, Lanza y San Fermín. El sábado 26 de agosto, el presidente constitucional de la República de Bolivia se hizo presente en la comunidad de Lanza para poner en marcha un proceso de «nacionalización» de las áreas protegidas de Bolivia, que incluye la incorporación de las comunidades indígenas y campesinas a las tareas de preservación y control ambiental y un desarrollo productivo no destructivo que garantice no sólo la generación de ingresos económicos para las personas que habitan en el bosque sino la supervivencia de los grupos indígenas aislados que también moran en su interior. Los dirigentes de las comunidades de Lanza y San Fermín ya han sido informados de la existencia de la reserva y se comprometieron también a ejercer custodia sobre la misma para que nadie pueda ingresar a ella. El territorio demarcado como reserva absoluta está caracterizado por la existencia del bosque húmedo tropical, el ecosistema cuya conservación está considerada de prioridad global y que posee cuantiosos recursos naturales, como las últimas reservas de árboles de caoba o mara, cuya explotación ha sido indiscriminada en los últimos siglos para aprovechar su madera preciosa. En esa dirección, la Resolución 48 indica que «quedan absolutamente prohibidas todas las actividades de prospección, explotación y extracción de cualquier recurso natural» dentro del perímetro establecido para la reserva. Esto incluye a la actividad minera e hidrocarburífera. El mismo tratamiento incluye a los asentamientos poblaciones humanos distintos a los del pueblo indígena aislado, incluso cualquier intervención «pueblo a pueblo». Finalmente, para proteger la salud de los moradores de la reserva, queda también prohibido de manera estricta el ingreso de «cualquier agente externo» que la pueda poner en riesgo. Las bases jurídicas para el dictado de la resolución se fundamentaron, entre otras, en el Convenio N° 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas, del cual Bolivia es país signatario.

La supervivencia de los Toromonas está reconocida por el Diagnóstico Nacional de Pueblos Indígenas del ex Ministerio de Asuntos Indígenas y Pueblos Indígenas del año 2001. La existencia de un grupo indígena aislado al interior del Parque Madidi -herederos de manera presumible de los Toromonas históricos- también fue investigada por los miembros de la Expedición Madidi y otros antropólogos de Bolivia y registrada en la llamada Declaración de Belem sobre Pueblos Indígenas Aislados del 11 de noviembre de 2005, producto del Primer Encuentro Internacional sobre Pueblos Indígenas Aislados de la Amazonía y el Gran Chaco, llevado a cabo en la referida ciudad brasileña. Los Toromonas habitaban la cuenca media y baja del río Manutata (Amarumayu para los Incas; Madre de Dios para la cartografía moderna), cuando combatieron con guerra de guerrillas a las tropas del capitán español Juan Álvarez de Maldonado quien se introdujo en la región en 1567, proveniente desde la peruana Cuzco y a la búsqueda de minerales y tesoros. Acaudillados por el mítico cacique Tarano, lograron unificar a todos los pueblos en defensa de su territorio y contra el enemigo exterior. Su victoria fue tan eficaz que por trescientos años impidieron el establecimiento de agentes externos en los mismos. Esto sucedió, de manera dramática, a partir del auge de la explotación del caucho, en los años 70-80 del siglo XIX, donde decenas de empresarios invadieron las selvas, ávidos de extraer la materia prima para la elaboración de neumáticos en los inicios de la industria automotriz. Los «caucheros» produjeron un verdadero genocidio entre los pueblos indígenas amazónicos, un hecho vergonzoso y silenciado. Desde esos años, los Toromonas empezaron a desaparecer de los registros y de los mapas. A lo largo del siglo XX, varios pueblos que se creían desaparecidos para siempre, fueron vueltos a contactar por misioneros evangélicos norteamericanos, entre ellos los Araona -parientes lingüísticos de los Toromona-, en los años 1957-1963. Estos nuevos contactos fueron nefastos para las tribus de la selva. Por ello, sobre todo a partir de la influencia del Decenio de los Pueblos Indígenas impulsado por las Naciones Unidas (1994-2005), se planteó la necesidad de preservar el aislamiento estricto de estos pueblos que son verdaderos sobrevivientes de una masacre ignominiosa. La decisión del gobierno que encabeza el indígena Evo Morales Ayma de crear una zona de reserva absoluta en torno a los territorios del río Colorado y otros, se enmarca no sólo en el reconocimiento pleno de los derechos de estos pueblos, sino que avanza y profundiza legislaciones ya existentes en otros países.

Es, tal vez, la primera vez en la historia contemporánea que se dicta una norma tan explícita en defensa de un pueblo aislado. Se espera que la misma abra el espacio suficiente para elaborar una política de estado específica con relación a estos grupos humanos, tomando en cuenta que Bolivia es el tercer país del mundo con mayor diversidad de pueblos en aislamiento voluntario.