Hace años que Google hacía de fonambulista entre el mal y el bien. Ahora parece haberse decantado definitivamente. Los anunciantes saben que la gran red social, con datos valiosos y fiables no está en facebook y sus colecciones de cientos de contactos. El gran banco de datos de la red social real está en gmail. […]
Hace años que Google hacía de fonambulista entre el mal y el bien. Ahora parece haberse decantado definitivamente.
Los anunciantes saben que la gran red social, con datos valiosos y fiables no está en facebook y sus colecciones de cientos de contactos. El gran banco de datos de la red social real está en gmail. Por ello, la posibilidad de cruzar la línea roja, hace tiempo que era evidente:
Como el correo está siempre abierto en una pestaña del navegador, usar gmail supone estar siempre logueado. Eso quiere decir que puede cruzar la dinámica de mis relaciones sociales con mis búsquedas, con las pelis que veo en YouTube y hasta con los comentarios que dejo en blogs de Blogger. Puede saber quién me influye y por qué, y a quién, cómo y cuando influyen mis palabras. Y puede hacerlo mejor que yo mismo
El Rubicón de la privacidad empieza en casa…
¿Exagerado? Tal vez sonara así para muchos cuando se escribió, pero el famoso Don’t be evil hace tiempo que está en duda incluso dentro del recinto del campus más famoso de Norteamérica.
Scott Morrison contaba el pasado mayo en el Wall Street Journal cómo Google había desarrollado un algoritmo que reconocía patrones de comportamiento virtual en sus trabajadores, localizando a los insatisfechos y haciendo sonar una alarma cuando alguno empezaba a pensar en abandonar la empresa.
En junio tuvimos más pistas: los trabajadores más brillantes que se sienten menos valorados se van y lanzan sus propios proyectos. La empresa calcula los beneficios de sus exempleados y lo siente como una pérdida: Nos preocupa que nuestras mayores ideas estén siendo aplastadas, aseguraba el director ejecutivo de la compañía en una entrevista.
Es la primera vez que Google abiertamente cruza datos de trazas de correo –ya de por si tremendamente potentes– con pautas de navegación e historial de búsqueda para obtener previsiones de comportamiento personal. ¿Alarmante? Sin duda, pero los experimentos no quedan en casa.
…sigue en todo Estados Unidos…
Si la política interna hace dudar de que el compromiso ético del gigante mantenga el nervio sus alianzas más recientes ensombrecen cualquier optimismo. En EEUU Google incorporará rankings crediticios personales para seleccionar qué publicidad mostrar. Es decir, el criterio no sólo será qué se esté buscando o leyendo, sino quién y con qué capacidad de crédito.
Un nuevo cruce de datos con un tipo muy peculiar de base de datos de la que es difícil escabullirse, al estilo de las poplarmente repudiadas bases de datos de morosos en las que las que en España tantas compañías de telefonía móvil incluyen a clientes que discuten su procedimiento de bajas. ¿Serán esas bases de datos las que se usen para cruzar datos en Europa y América Latina?
…y nadie sabe donde acaba
El hecho cierto es que Google demuestra no temer cruzar datos personales. Si cruza tu ranking crediticio con tus búsquedas mejora sin duda el servicio que ofrece a los anunciantes. Pero ¿por qué parar ahí si los experimentos con su propia plantilla indican que contrastarlas con pautas de navegación y búsqueda pueden acotar aún mejor cualquier target e incluso predecir comportamientos futuros?
Añadamos a todo eso el mejor trazado posible de nuestra red personal: las matrices de gmail que dicen con quién nos escribimos y cuándo. Matrices que, para servirnos publicidad personalizada, el propio sistema etiqueta también temáticamente.
La famosa máxima ordenar la información del mundo adquiere entonces una luz completamente distinta. La luz de la orilla oscura del Rubicón, la orilla donde reina la Sociedad de control.
http://www.lasindias.com/google-en-la-otra-orilla-del-rubicon/