Aunque a veces no lo parezca, todo cuesta dinero. Incluso el navegador web que estás usando ahora mismo ha tenido un coste nada despreciable, un coste que tiene que cubrirse de alguna manera. En el caso de Chrome, por ejemplo, está claro que es gratuito porque a Google le interesa mucho que lo usemos para […]
Aunque a veces no lo parezca, todo cuesta dinero. Incluso el navegador web que estás usando ahora mismo ha tenido un coste nada despreciable, un coste que tiene que cubrirse de alguna manera. En el caso de Chrome, por ejemplo, está claro que es gratuito porque a Google le interesa mucho que lo usemos para garantizar una buena experiencia de uso en sus aplicaciones web con publicidad, que es donde realmente gana dinero. El caso de Firefox es diferente, ya que no fue creado con el objetivo de ganar dinero, sino de hacer una web mejor.
Por eso la Fundación Mozilla es una organización sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo de productos relacionados con la web, y como tal trabaja por y para la comunidad. Todo eso es muy bonito, pero aunque estemos hablando de software libre y de un proyecto con un ideal detrás, eso no significa que no tenga un coste. Desde el propio desarrollo del navegador hasta el mantenimiento de servidores, pasando por el marketing y otro tipo de proyectos, todo eso necesita un flujo continuo de capital que Mozilla no puede conseguir fácilmente.
Por eso Mozilla depende de los acuerdos y donaciones de terceros. Es un sistema que por el momento le ha funcionado bien, pero que tiene un punto débil tremendo: el 90% de sus ingresos de 2012 vinieron de una única fuente. No solo eso, sino que el benefactor en cuestión es su mayor rival en el mercado de los navegadores, Google.
La inyección continua de dinero en el proyecto Firefox por parte de Google no es tan sorprendente como pueda parecer, y lleva ya varios años en marcha. La lógica es aplastante: a Google le conviene que los navegadores del mercado mejoren contínuamente, ya que al mismo tiempo la web también mejora. Y si la web mejora, es mas probable que los usuarios la usen mas a menudo, lo cual conlleva a su vez que es mas probable que usen productos de Google.
Además, al mejorar el soporte de nuevas tecnologías como HTML5, Google puede desarrollar aplicaciones que hagan uso de ellas sin temor a que no estén soportadas por ningún navegador. Hasta cierto punto, a Google le da exactamente igual qué navegador usemos, siempre y cuando sea moderno para usar sus aplicaciones.
Pero claro, no siempre es posible tener una compañía como Google apoyándote, y de hecho esta amistosa relación ha estado a punto de romperse en varias ocasiones, obligando a Mozilla a buscar otros ingresos a cambio de detalles como cambiar el buscador por defecto en el navegador. Por el momento, el acuerdo con Google llega hasta Noviembre de 2014, así que pronto los veremos de nuevo en la mesa de negociaciones. Momentos tensos en los que el futuro de la fundación y por tanto su navegador están en la cuerda floja.
No parece que este esquema sea extrapolable a otros productos, ya que depende de realizar acuerdos con un número importante de compañías o encontrar una lo suficientemente grande como para que se haga cargo de los gastos. Solo Mozilla es capaz de no solo seguir adelante, sino de crecer con este método; pero cabe preguntarse qué pasará cuando, inevitablemente Google deje de apoyarles.
Fuente: http://www.omicrono.com/2013/11/google-paga-el-90-de-los-ingresos-de-mozilla-pero-y-cuando-no-pague/