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Sólo el pueblo salva al pueblo

Guardia Nacional, ¿solución a la inseguridad?

Fuentes: FRAGUA

El Ejército Norteamericano avanzaba sobre la capital de nuestro país, era el año de 1847, el gobierno de los Estados Unidos de América se había fijado como meta despojar a México de más de la mitad de su territorio. El ejército permanente y profesional de Antonio López de Santa Ana huía y evitaba dar combate, […]

El Ejército Norteamericano avanzaba sobre la capital de nuestro país, era el año de 1847, el gobierno de los Estados Unidos de América se había fijado como meta despojar a México de más de la mitad de su territorio.

El ejército permanente y profesional de Antonio López de Santa Ana huía y evitaba dar combate, y cuando lo dio, en la mayoría de los casos perdió las batallas a pesar de la heroicidad de la tropa y de algunos de sus mandos.

Frente al invasor el pueblo trabajador decidió armarse y defender la soberanía nacional, su dignidad y la integridad del territorio, así surgió en México la Guardia Nacional, esa guardia era el pueblo en armas que lucharía contra el invasor extranjero en batallas feroces como las de Molino del Rey y Churubusco, donde de no haber sido por la falta de municiones los norteamericanos no hubieran podido tomar la posición.

La Guardia Nacional estaba conformada por voluntarios, los voluntarios servían por dos años en la misma y la elección de los mandos era por votos, se hacía de manera democrática, excepto la del más alto mando, que era el gobernador del estado.

La función principal de la Guardia Nacional era combatir al enemigo invasor y resguardar, si era preciso, la seguridad pública; se diferenciaba del ejército permanente; pero se coordinaba con éste, lo cual significaba que sus mandos no eran militares de carrera, aunque la disciplina en la Guardia Nacional fuera de carácter militar.

Había una Guardia móvil que combatía fuera de su lugar de origen y otra sedentaria que permanecía en el lugar de su formación para combatir, la guardia móvil quedaba bajo las órdenes del presidente directamente, mientras que la sedentaria bajo la del gobernador.

Los voluntarios de la Guardia Nacional demostraron su amor a México y su valor frente al invasor extranjero cuando éste se acercaba a tomar la ciudad de México, mientras Santa Anna con su ejército profesional huía cobardemente. El pueblo en armas defendió a la patria de manera voluntaria y ferozmente sin necesidad de ser militares de carrera.

Esa esencia de la Guardia Nacional es la que se pierde en la nueva propuesta que nos hacen hoy la bancada del Morena y el presidente de México. La Guardia Nacional de hoy será permanente, integrada por profesionales (no voluntarios temporales), entrenada y dirigida operativamente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) y dirigida administrativamente por civiles. Todos bajo el mando del presidente de la república.

¿Será que la inseguridad hace necesaria esta propuesta? ¿Será que lo extraordinario del problema de inseguridad creado por la burguesía todavía en el poder amerita esa propuesta?

Para muchos no hay opción: la seguridad pública debe estar en manos de profesionales de la guerra, pero la única guerra que ha realizado en estas últimas décadas el ejército mexicano es la guerra contrainsurgente contra el pueblo.

Muchos confían, creen, que al asumir López Obrador el gobierno, de manera automática todas las instituciones militares y policiacas obedecerán y dejarán de cometer abusos y violaciones de derechos humanos contra la población; pero olvidan una frase que el mismo presidente repetía en campaña: «sólo el pueblo salva al pueblo».

¿Es esta nueva Guardia Nacional representación del pueblo?

Si para crearla se transferirán elementos y mandos de la Sedena, la Semar y la Policía Federal (PF) que fueron todos los años del neoliberalismo la columna vertebral de la injusticia, ejecutores materiales e intelectuales del terror contra el pueblo, ¿podemos confiar en que hoy serán diferentes?

¿Cómo garantizar que respetarán los derechos humanos del pueblo? ¿Con cursos de derechos humanos? El hecho de que la Sedena formara una subdirección de derechos humanos no cambió en nada su actuar basado en el exceso de la fuerza.

Mientras no se investigue y sancione a los responsables de graves violaciones de derechos humanos a los más altos niveles de las instituciones militares la impunidad y los abusos se enseñarán a la nueva Guardia Nacional: entonces tendremos una corporación policiaca-militar más para reprimir a la población y no para defenderla.

El primero de febrero inició la discusión en la Cámara de Senadores para aprobar la creación de la nueva Guardia Nacional, en la Cámara de Diputados fue aprobada su creación en enero de este año y lo que salta la vista es que hasta el Partido Revolucionario Institucional (PRI) votó a favor bajo el argumento de que no se opondrían a nada que solucionara el problema de seguridad y contribuyera a la paz. ¿Por qué el PRI votó a favor de esta propuesta? ¿Será que ya se volvieron buenos?

El PRI es frío y calculador, sabe que un instrumento más de represión al pueblo y que garantice la dominación de la burguesía siempre es bienvenido, aunque no tengan el poder porque siempre han pensado que regresarán al mismo, como lo hicieron después de 12 años de gobierno del PAN.

Construir la paz después de años de terror contra el pueblo, de falta de castigo a quienes desde el poder han creado a los grandes grupos de la delincuencia ilegal, es una tarea enorme que no se podrá iniciar ni ser efectiva si no se castiga a quienes desde el Estado crearon y protegen a la delincuencia. La paz no se podrá construir si no se limpia la casa empezando desde arriba, igualito como en caso del robo de combustible, y si no se confía en el pueblo y su capacidad de organizarse y defenderse a sí mismo!

Nota:

Este artículo fue publicado como parte de la sección ANÁLISIS del No. 40 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), Febrero-Marzo 2019.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.