La guerra de baja intensidad, la política de «distensión» y la represión desatada por el desgobierno de Ulises Ruiz con el apoyo del gobierno federal en contra de la base del movimiento oaxaqueño, no han servido para frenar el descontento popular. Contrario a ello, los agravios sufridos con los asesinatos, las aprehensiones anticonstitucionales, las torturas, […]
La guerra de baja intensidad, la política de «distensión» y la represión desatada por el desgobierno de Ulises Ruiz con el apoyo del gobierno federal en contra de la base del movimiento oaxaqueño, no han servido para frenar el descontento popular. Contrario a ello, los agravios sufridos con los asesinatos, las aprehensiones anticonstitucionales, las torturas, golpizas y persecuciones, han acumulado mayores resentimientos y deseos de cambio.
Corto ha sido el respiro de URO y su pandilla después de la brutal represión del 25 de noviembre de 2006 contra el movimiento popular, pues las movilizaciones, desde el 1 de diciembre de 2006 hasta la del 3 de febrero de 2007, fueron en aumento. Los cambios cosméticos en el aparato estatal no les ha dado el resultado esperado, el actual Secretario de Gobierno Manuel García Corpus, años atrás prozapatista, empieza a pedir tregua.
El «maiceo» a seudodirigentes como; Rueda Pacheco, Pedro «jueves», secretario general del STEUABJO, Miguel Ángel Schultz dirigente de una organización fantasma, a los abogados gobiernistas que ayudaron a doblegar a algunos familiares de los presos, el financiamiento del Consejo Central de Lucha (CCL-PRI), o las negociaciones que han empezado a tener algunas direcciones de organizaciones sociales de la APPO con URO, tampoco le han redituado avances en su desesperado intento por frenar la insurgencia popular.
Su esperanza era meter a la APPO en la cola del proceso electorero. Ha fines de enero URO se congratulaba de que los otrora radicales arriaran banderas y los felicitaba por su «inteligente» decisión de entrar al circo electoral. Efectivamente, al interior de la APPO, el bloque conformado por el Frente Popular Revolucionario (FPR-PCdeM-ML); la Coordinadora Democrática del Magisterios (CODEMO), el Frente Amplio de Lucha Popular (FALP), Nueva Izquierda de Oaxaca (NIOAX) de Flavio Sosa y un sector de perredistas vergonzantes (porque jamás hablan a nombre de su organización, ni la defienden), previo al acuerdo de la Asamblea Estatal de la APPO del 10 y 11 de febrero, ya negociaban con el Frente Amplio Progresista (FAP).
Mal les salió la jugada, pues a pesar de que existen al interior de la APPO algunas otras organizaciones e individuos que consideramos correcto participar en los procesos electorales, sobre todo para defender un programa clasista y denunciar el papel fraudulento y antidemocrático de éstos procesos, así como de los partidos y aparatos electoreros corruptos, se les olvido que la APPO es un movimiento plural y además intenta ser democrático.
El intento de imponer su política sin haber abierto la discusión desde las bases y además, después de haber hecho acuerdos a espaldas del movimiento, les impidió, como lo planearon, utilizar el prestigio de la APPO para empujar sus candidaturas. Hoy extraoficialmente se sabe que tanto el FPR, CODEMO y FALP ya amarraron güesos y aún están en disputa por 2 diputaciones plurinominales. Sin duda vale la pena saber algunos breves antecedentes de estas organizaciones.
El FPR en Oaxaca es en realidad el Partido Comunista de México Marxista Leninista, pues su política de alianzas para conformar el FPR no les dio resultado. Allá por el año 2002 esta organización dio un cambio brusco en su orientación, pasando de ser antielectoral de hueso colorado, a ver los procesos electorales como la vía central para fortalecer su proyecto político. Esta corriente venida del estalinismo albanes, ha participado en el movimiento magisterial oaxaqueño desde sus inicios como Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), con tan mal tino que han sido incapaces de evitar que este movimiento, después de 26 años, haya entrado en una profunda crisis política y organizativa.
La CODEMO viene de una corriente ultraizquierdista que apenas en los 2 últimos años entró en «razón», aceptando que los procesos electorales son el camino más sensato para hacer la revolución. También éstos han sido parte del movimiento magisterial y son los formadores de líderes insignes como Enrique Rueda Pacheco ex miembro de la CODEMO. Al igual que el FPR, carecen de orientación para enfrentar la situación de crisis que vive el magisterio oaxaqueño.
El FALP es quizá la organización más consecuente con su línea política, su fuerte ha sido la participación en los procesos electorales. Ha logrado en años recientes ganar las presidencias municipales de dos ciudades importantes en los Valles Centrales de Oaxaca; Tlacolula y Etla. Lamentablemente su experiencia en estos 2 casos no ha tenido mayor trascendencia, pues las perdieron y en su experiencia etleca terminaron divididos, no conocemos que durante estas administraciones haya habido resultados favorables para el grueso de la población trabajadora. Actualmente es la única organización de la APPO que ha declarado públicamente que negocia con el desgobierno de Oaxaca, o sea que reconoce a URO.
La NIOAX es un agrupamiento de reciente creación, de hecho se forma posterior a la salida de Flavio Sosa de PAN, después de que éste había sido parte del PRD estatal.
Con todas estas trampas políticas al movimiento, ni los desgobiernos, estatal y federal, ni sus aliados al interior de la APPO han podido frenar las justas aspiraciones del pueblo digno de Oaxaca, y en particular al magisterio oaxaqueño que sigue en la primera fila en esta lucha. Estos últimos, después de mandar al limbo a Enrique Rueda, decidieron un plan de acción, en su Asamblea Estatal del 17 de febrero, para reintegrarse nuevamente a la movilización por la libertad de los presos políticos, la entrega de las escuelas tomadas por el CCL en alianza con presidentes municipales priístas, y por el cumplimiento de los acuerdos firmados con gobernación en el mes de octubre del 2006.
Con todo y la recuperación que está mostrando el movimiento, es evidente que tanto en el magisterio como en la APPO, se requiere de una política que en ambos casos responda al fortalecimiento de sus estructuras desde abajo, no es posible volver, en el magisterio, a la misma historia de elegir un nuevo Comité Seccional en base a los nefastos «amarres» entre los grupos de interés que aún quedan (UTE-FPR, CODEMO-PRD, PRAXIS-PRD). En la APPO, es necesario poner en práctica los acuerdos para impulsar las asambleas regionales y por sectores, y junto a ello continuar con la movilización con la finalidad de preparar, de manera consecuente, una huelga y un paro cívico estatal para lograr la libertad de todos los presos políticos y la caída de Ulises Ruiz.
Todos a participar en la marcha-mitin este 8 de marzo de Viguera a la Plaza de la Danza, 10 hrs.
*Miembro del CC del POS-MAS y del Consejo Estatal de la APPO
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