Sólo hay una cosa que llama más la atención que la detención -la tercera- de Joaquín Guzmán Loera: la inconsistencia de la versión oficial sobre el proceso del que fue resultado. En el comunicado de prensa 005/15 de la Secretaría de Marina -liberado el propio 8 de enero de 2016 horas antes del anuncio presidencial- […]
Sólo hay una cosa que llama más la atención que la detención -la tercera- de Joaquín Guzmán Loera: la inconsistencia de la versión oficial sobre el proceso del que fue resultado.
En el comunicado de prensa 005/15 de la Secretaría de Marina -liberado el propio 8 de enero de 2016 horas antes del anuncio presidencial- el instituto armado reseña aspectos generales que contradicen de forma contundente lo dicho por el presidente.
Dice el comunicado:
México DF.- La Secretaría de Marina informa a la opinión pública que en la madrugada de hoy, durante un operativo en un domicilio en la ciudad de los Mochis, Sinaloa, personal de Infantería de Marina fue agredido con disparos de armas de fuego por presuntos integrantes de la delincuencia organizada.
Los hechos ocurrieron cuando personal naval recibió una denuncia ciudadana donde se señalaba que en un domicilio se encontraban personas armadas, por lo que en atención a esto, elementos de la Armada de México acudieron al citado domicilio…
Este comunicado fue liberado el mismo día de la detención, pero horas antes del anuncio del mandatario sobre el mismo tema. En su mensaje el presidente señaló:
«Su localización, seguimiento y recaptura son resultado del trabajo conjunto de las corporaciones de inteligencia, seguridad y procuración de justicia del Estado Mexicano».
Ambas versiones no son compatibles. Si la reaprehensión de Joaquín Guzmán Loera fue resultado de un operativo en respuesta a una denuncia ciudadana -como afirmó por la mañana la Marina Armada- las tareas de investigación y seguimiento entre las diferentes corporaciones de seguridad -que tanto felicitó el presidente en su discurso vespertino- no sirvieron más que como recursos secundarios a la aprehensión, pero que no jugaron ningún papel en la localización de Guzmán Loera.
¿Miente la Marina Armada o miente el presidente? La única posibilidad que existe de que los dos estén diciendo la verdad -y de que los dos estén en lo correcto- es reconociendo que la información de inteligencia que llevó a la captura del capo fue una denuncia ciudadana espontánea por la presencia de personas armadas y no la coordinación y operación institucional que desde hace meses -dice el presidente- se venía haciendo para su localización.
En pocas palabras: sin la denuncia ciudadana ¿habrían reaprehendido al capo? Si hacemos caso al presidente, la respuesta es «sí»; si hacemos caso a la Marina, la respuesta es «no».
Pero hay más.
Dice el comunicado:
Cabe destacar que se tuvo conocimiento de que en citado lugar se encontraba Orso Ivan Gastelum Cruz, presunto jefe de la zona norte de Sinaloa de una organización delictiva que opera en el área, mismo que logró darse a la fuga…
Es decir, el sospechoso de alto nivel de cuya presencia en el lugar «se tuvo conocimiento» no era Joaquín Guzmán Loera, sino Orso Iván Gastelum Cruz. Si la inteligencia naval hubiese tenido de antemano información sobre la presencia -y posterior confirmación- de Joaquín Guzmán Loera «en el citado lugar» lo habrían presentado -incluso presumido- como tal en su comunicado tras el operativo. Si esa hubiese sido la historia, la versión de la Marina no sólo confirmaría lo dicho posteriormente por el presidente sino que habría dado sustento legítimo a la felicitación del mandatario.
Pero no fue así.
¿Qué ocurrió entonces? Que llegó la denuncia ciudadana, la Marina Armada respondió a la misma y tuvo lugar el enfrentamiento. Ante la gravedad de los hechos -1 marino herido, 5 personas que perdieron la vida y 6 detenidos, según informa el comunicado- la Secretaría de Marina emite el comunicado explicando su versión de los hechos y dándoles una justificación («…es importante mencionar que los elementos navales desarrollan sus operaciones en apego a procedimientos establecidos en el Manual del uso de la fuerza, de Aplicación Común a las Tres Fuerzas Armadas y en estricto respeto a los derechos humanos.«)
¿Y luego? Se percatan que entre los detenidos estaba Joaquín Guzmán Loera, cosa que ocurre después del operativo y no antes, lo que explicaría la ausencia de un nombre de tan alto perfil en el comunicado. En breve: la Marina Armada liberó el comunicado después del operativo -obviamente- pero antes de confirmar la identidad de los detenidos.
Parece una serendipia.
Pero hay más.
Si la detención de Joaquín Guzmán Loera ocurrió como resultado de un proceso de «localización, seguimiento y recaptura» construido a lo largo de meses en un esfuerzo conjunto del gabinete de seguridad, entonces ¿por qué la canciller, el secretario de gobernación, el secretario de la defensa y el secretario de marina supieron de la misma junto con el resto del país, es decir, por la tarde y mediante una llamada telefónica del presidente -que interrumpió la alocución del secretario de gobernación ante cónsules y embajadores- y a través de redes sociales y no por adelantado -tomando en cuenta que el operativo, enfrentamiento y detención tuvieron lugar en la madrugada? No tiene sentido.
* * *
Esta es la segunda vez que se utiliza la misma mentira para dar cuenta de la tercera detención de un hombre que ha evadido dos veces a las autoridades. Pareciera que éste no se cansa de escapar, y las autoridades no se cansan de mentir o de inventar.
Cuando la segunda detención, el presidente Peña nombró y felicitó efusivamente a todas y cada una de las dependencias del gabinete de seguridad («Confirma Peña Nieto la captura de El Chapo», El Universal. Feb. 22, 2014) una vez más por su trabajo coordinado, capacidad, etc., para luego ser desmentido por los marinos que realizaron materialmente la detención (como consta en la averiguación AP/PGR/SEIDO/UEIDCS/069/2014), quienes dijeron en su declaración ministerial que:
«…siendo aproximadamente las 06:40 horas del día de hoy, del año en curso, al encontrarnos realizando funciones propias de esta institución en el combate en contra de la delincuencia organizada en el estado de Sinaloa… [vimos] a una persona de aproximadamente 1.80 metros, de complexión delgada, quien vestía pantalón de mezclilla y playera azul tipo Polo [quien] nos hizo el alto con las manos. Yo, quien estaba del lado del copiloto, le pregunté qué se le ofrecía, a lo que me respondió que unos minutos antes había visto a una persona armada al interior de la torre de departamentos conocida como Miramar, que estaba asustado y que nos pedía ayuda desesperadamente…»
Todo suena muy familiar con algunas diferencias: en aquella ocasión fue Mazatlán, hoy, Los Mochis; en aquella ocasión no hubo enfrentamiento, en esta ocasión sí. En ambos casos el estado es Sinaloa, en ambos casos es la Marina, en ambos casos se dijo que la detención fue resultado de «trabajo de inteligencia y acciones coordinadas», en ambos casos fue una denuncia ciudadana el detonador.
* * *
Quedan todavía por discutir algunos otros ángulos menos importantes aunque no menos curiosos como el discurso casi homogéneo de los medios de comunicación convencionales -que repiten hasta el hartazgo lo imperativo que es reconocer la capacidad de respuesta del estado, el modo en que ha recuperado credibilidad, el bono de confianza que le debemos otorgar, etcétera- y detalles y gestos que dejan la impresión de una puesta en escena: ahí está el presidente Peña publicando en sus redes sociales «Misión Cumplida: Lo tenemos» como una re edición de las palabras que pronunciara Paul Bremer -jefe de la ocupación estadounidense en Irak- cuando la detención de Saddam Hussein en diciembre del 2003: «Ladies and gentlemen: we got him«; ahí está también el secretario Miguel Ángel Osorio Chong interrumpiendo un acto -documentado todo- para ser informado de algo de gran trascendencia como George W. Bush cuando fue informado del atentado del 11 de septiembre.
Parece una pantomima.
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Como sea, al igual que en aquella segunda detención, en esta, la tercera, la versión oficial tampoco se sostiene.
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