Habrá que votar por Arce Catacora y David Choqueuhanca, aún con dudas debido a las contradiciones de la candidatura del MAS. Dudas razonables porque los reflejos personalistas y verticales en el manejo del Estado por el MAS, en muchos momentos ha debilitado las estructuras de base de los movimientos sociales.
Dudas por la tozudez de insistir en una candidatura (Morales-García Linera) que había perdido un referéndum y que, con esa insistencia, se dotó a la derecha oligárquica, que andaba perdida y desorientada, de un discurso que le permitió articular una respuesta de movilización de calle convenciendo a una ingenua y colonizada clase media que, a causa de ello, dejó aflorar su enraizada herencia de resentimiento racista y colonial.
Dudas porque la falta de profundidad en un proyecto de verdadera ruptura anticolonial y anticapitalista, nos puso en un escenario de convivencia cuasi cómplice con las oligarquías agropecuarias del oriente que, no conformes con ser los más beneficiados de la estabilidad económica lograda por gobierno del MAS, no dudaron en propiciar un golpe de Estado violento y que fue pagado con sangre por las clases populares en las masacres de Sacaba y Senkata.
Dudas y contradicciones entre una constitución y un discurso que priorizan lo comunitario en lo económico y social y, una práctica de un desarrollismo muchas veces en abierta oposición a los pueblos indígenas que dan razón de ser al MAS.
Dudas, finalmente, ante la gran cantidad de aprovechados y corruptos reconvertidos a un discurso pseudorevolucionario que, en muchas ocasiones, han copado importantes sectores del Estado desplazando muchas veces a gente que ha dado su vida por un verdadero proceso de cambio. A pesar de todo ello, habrá que votar por el MAS y yo, lo haré.
En primer lugar porque, aún con todas esas deficiencias, la candidatura de Arce y Choquehuanca es la única que representa a los sectores populares e indígenas y, por tanto, podrá ser interpelada por los mismos. Todas las demás responden a los intereses de la alianza estratégica entre el Departamento de Estado norteamericano y las clases oligárquicas y es, a esos intereses y ningún otro a los que responderán. Mesa y Quiroga representan la peor herencia del pasado colonial neoliberal que dejó el país al borde de la quiebra, sumiso ante los organismos internacionales de los que se dependía hasta para pagar salarios del sector público, mientras que los nuevos, Camacho y Chi, representan una ultraderecha ignorante, violenta y de una religiosidad ortodoxa que asemeja a una caricatura de Trump y Bolsonaro (como si no fueran éstos ya lo bastante caricaturescos)
Habrá que votar por Arce y Choquehuanca también porque un triunfo de Mesa o Camacho significaría la consolidación del golpe de Estado racista operado entre octubre y noviembre de 2019 sumado a la impunidad de los responsables y ejecutores de las masacres de Senkata y Sacaba. Significaría también la normalización en la actuación violenta de grupos fascistas como Resistencia Juvenil Cochala o la Unión Juvenil Cruceñista, que no dudan en imponer su racismo fanático en nuestras calles.
Habrá que votar por Arce y Choquehuanca porque, aún con todos los defectos mencionados, este proceso de 14 años, significó un avance importante en disminución de la pobreza, y conquista de derechos, pero sobre todo logros de dignidad y autoestima para las mayorías obreras, populares e indígenas pisoteadas por el Estado colonial desde el nacimiento de la república y empobrecidas hasta extremos insostenibles en los años de modelo neoliberal.
Habrá que votarlos aunque, desde el día siguiente de su triunfo, nos veamos en la necesidad de exigirles autocrítica y reconducción del proceso; pero al fin seguirá habiendo un proceso que reconducir y no la vuelta al desierto del pasado neoliberal colonial.
Finalmente, quienes nos situamos y hemos tomado partido vital por las clases obreras y populares en la lucha de clases , y por los pueblos originarios en la lucha por la descolonización, no deberíamos tener mayores problemas para saber cuáles son los nuestros y cuáles no. Por eso habrá que votar por Arce Catacora y David Choquehuanca.
René Behoteguy Chávez, boliviano, militante de Askapena y residente en Euskal Herria