Si el 4 de mayo se realizase el referéndum autonómico en el Departamento de Santa Cruz sería una verdadera catástrofe social y económica, no solo para Bolivia, sino también, y sobre todo, para el propio Departamento cruceño. El problema conciencial no está en el votar por el SÍ o por el NO en ese ilegítimo referéndum. El desafío principal está en que habría que abstenerse. Ese referéndum no se debería realizar.
Los cruceños, así como la mayoría del pueblo boliviano, quieren la autonomía, pero una autonomía que no signifique separatismo. Sin embargo, resulta que por una compleja situación no suficientemente aclarada, autonomía y separatismo van unidos en el referéndum del 4 de mayo. Estamos seguros que el pueblo cruceño, en una votación separada, daría el SI a la autonomía y el NO al separatismo. De ahí que una verdadera racionalidad política frente a este hecho nos lleva a la conclusión de que no debe efectuarse si es que se quiere evitar mayores e irreparables males.
Por otro lado, en el Departamento Santa Cruz no se da la cohesión social mínima necesaria para lanzare a ser una entidad político-social independiente. Dentro del propio Departamento surgirán grupos sociales, no solo indígenas, y aún áreas regionales, que nunca aceptarán ese proyecto autonómico divisionista.
Si Santa Cruz el día 4 de mayo diera ese paso totalmente ilegítimo, y se declarase «de facto» separada de Bolivia, no sería reconocida ni por el OEA, ni por las Naciones Unidas, ni por los organismos internacionales de crédito, ni siquiera por los países circundantes… Se quedaría aislada, sin opciones de crédito y con grandes dificultades para el comercio internacional. Sería una decisión profundamente errónea y con consecuencias altamente negativas, no solamente para el país, sino también para el propio Departamento cruceño.
Pensamos que los principales promotores de este peligroso referéndum saben bien que el Departamento de Santa Cruz se encuentra en la imposibilidad, tanto económica como política y social, de ser una nación independiente. No es Croacia, ni siquiera es Kosovo….
Daría la impresión que lo que realmente quieren las élites cruceñas es debilitar al máximo al Gobierno Central para entrar con fuerza en un diálogo posterior en el cual el Gobierno Central tendría que ceder en aspectos económico muy importantes. Lo que el fondo busca el Comité impulsor de este referéndum es que el Departamento de Santa Cruz tenga poder y competencias exclusivas y totales sobre los recursos naturales ( tierra, gas, petróleo, bosques, agua y territorio) y, además, potestad tributaria sobre todos los impuestos y regalías que sean recaudados en ese Departamento. Es, por lo tanto, un régimen autonómico abiertamente separatista y desintegrador de la nacionalidad boliviana. Tanto el país como el pueblo cruceño deben tomar conciencia del peligro gravísimo que implica la realización de ese referéndum.
En el momento actual no hay más opción que dejar de lado la confrontación y entrar en un clima de diálogo, donde , tanto el Gobierno como los Departamentos autónomos, tendrán que hacer importantes concesiones en bien del país. El Gobierno deberá estar abierto a buscar soluciones al tema del IDH, levantar los decretos que restringen las exportaciones, acceder a que sean revisados y cambiados varios artículos de la nueva CPE…etc . Santa Cruz y posteriormente otros Departamentos, tendrán que aplazar sus respectivos referéndums hasta encontrar el equilibrio necesario entre unos verdaderos regímenes autonómicos que, sin embargo, no vayan en contra de la unidad del país.