De prisiones para migrantes a pozos petroleros en México. Halliburton, una de las empresas emblemáticas del aparato de seguridad y defensa de Estados Unidos, se ha convertido en el principal contratista extranjero de Petróleos Mexicanos (Pemex), posición en la que ha ido avanzando desde la administración pasada y que reforzó en el actual gobierno, al […]
De prisiones para migrantes a pozos petroleros en México. Halliburton, una de las empresas emblemáticas del aparato de seguridad y defensa de Estados Unidos, se ha convertido en el principal contratista extranjero de Petróleos Mexicanos (Pemex), posición en la que ha ido avanzando desde la administración pasada y que reforzó en el actual gobierno, al cerrar esta semana una de las transacciones más cuantiosas que ha obtenido en el país.
Datos de Pemex revelan que Halliburton ha obtenido de la petrolera estatal 160 contratos, por un monto que alcanza ya 2 mil millones de dólares, lo cual equivale a una quinta parte de la inversión que Petróleos Mexicanos realizó en los últimos cinco años con recursos presupuestales.
Pemex Exploración y Producción (PEP), la principal subsidiaria de la paraestatal petrolera mexicana, concedió a Halliburton, entre junio de 2003 y marzo del año pasado, 65 contratos para trabajos de perforación y mantenimientos de pozos en las principales regiones productoras de crudo, ubicadas en las zonas del Golfo de México y la sonda de Campeche, de acuerdo con información oficial obtenida por este diario. Esos 65 contratos originales fueron objeto de otros 127 contratos de modificación de obra, celebrados durante el mismo periodo entre Pemex y la empresa extranjera.
La decisión del gobierno federal de permitir una mayor participación de Halliburton en la industria energética mexicana constituye un paso hacia la incorporación del país a los intereses del aparato de seguridad y defensa de Estados Unidos, según el experto John Saxe-Fernández, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). «Ninguno de los anteriores gobiernos había llegado a tanto», lo que es más grave cuando se trata, como con el actual, de un gobierno sobre el que existen dudas respecto de su legitimidad, abunda John Saxe-Fernández, especialista en temas energéticos y estratégicos.
El lunes pasado, Halliburton anunció en su cuartel general en Houston, Texas, que obtuvo del gobierno del presidente Felipe Calderón un contrato a tres años para perforar y finalizar 58 pozos en la región sur de México, donde se encuentra el grueso de la reserva petrolera del país. A cambio de ese contrato, Pemex pagará a la firma estadunidense 683 millones de dólares, el contrato más jugoso de los firmados hasta ahora entre ambas compañías.
La puerta circular
Halliburton es por varias razones una firma controvertida. Recientemente fue señalada en Estados Unidos de proveer comida descompuesta a las tropas estadunidenses que ocupan Irak, donde la firma ha obtenido contratos de la administración estadunidense por 18 mil millones de dólares desde que ese país fue invadido en 2003.
El vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, fue presidente de la empresa y, antes, en un curioso movimiento como de puerta circular en el que se confunde lo público con lo privado, había ocupado, durante la primera guerra del Golfo Pérsico, la cartera de secretario de Defensa.
En 2006 Halliburton obtuvo del gobierno estadunidense un contrato para construir una prisión para migrantes, en el marco de un programa gubernamental para contener el flujo de personas que buscan un trabajo en Estados Unidos.
El año pasado Halliburton dio una muestra de cómo habían crecido sus negocios en México y de lo que esperaba para el futuro. El 19 de marzo de 2007 anunció que abriría una fábrica en Monterrey, Nuevo León, para satisfacer la creciente demanda de productos y equipo para exploración, producción y transporte de petróleo.
Un paso adelante para responder a expectativas de una mayor participación en México. En febrero de 2005, durante un foro realizado en Boca del Río, Veracruz, Lew Watts, vicepresidente de estrategia de mercados de Halliburton, dijo que su empresa «estaría más que contenta» de lograr una alianza estratégica con Pemex. «La apertura (al capital privado) sería una oportunidad, pero de no darse no sería tan malo», agregó.
Información publicada por La Jornada el 4 de agosto de 2002 reveló que los planes de Halliburton para tomar posiciones ante una eventual apertura del sector energético al capital privado se fortalecieron en el primer gobierno del Partido Acción Nacional, si bien la empresa ha operado en el país durante siete décadas.
Documentos del gobierno estadunidense obtenidos por este diario y citados en un reporte de agosto de 2002 dieron cuenta de que Halliburton Corporation recibió de la administración federal de Estados Unidos cientos de millones de dólares en subsidios y apoyos para lograr contratos con Pemex.
«Somos el principal proveedor de tecnología de punta para Pemex», declaró en 2002 Manuel Palomo, entonces vicepresidente de Halliburton en México. Consultas realizadas ayer por este diario arrojaron que actualmente esa empresa provee 80 por ciento de la tecnología que adquiere Pemex de firmas extranjeras.
Para expertos como Saxe-Fernández, las operaciones de Halliburton en México no deben ser vistas como meras transacciones comerciales. Mencionó que Halliburton y su subsidiaria Kellog, Brown and Root han protagonizado varios de los mayores casos de corrupción corporativa dentro y fuera de Estados Unidos. «Se trata de una compañía con fuertes vínculos con el aparato de seguridad y defensa de Estados Unidos», afirma.
«Ya resultaba un escándalo que el anterior director de Pemex, Raúl Muñoz Leos, planteara en público que México debería participar en garantizar la seguridad energética de sus socios comerciales de América del Norte, pero eso se queda corto con lo que está haciendo el actual gobierno», señaló. Insistió en que es «absolutamente innecesario e injustificado» que Pemex recurra a firmas extranjeras para realizar trabajos de exploración o perforación.