El revolucionario Julian Assange ya se encuentra detenido en Londres, y así permanecerá al menos hasta el 14 de diciembre, después de que el juez denegara su libertad bajo fianza. Assange se dirigió voluntariamente esta mañana a una comisaría de la capital del Reino Unido. Mientras tanto, tras las presiones del senador estadounidense Joe Lieberman, […]
El revolucionario Julian Assange ya se encuentra detenido en Londres, y así permanecerá al menos hasta el 14 de diciembre, después de que el juez denegara su libertad bajo fianza. Assange se dirigió voluntariamente esta mañana a una comisaría de la capital del Reino Unido.
Mientras tanto, tras las presiones del senador estadounidense Joe Lieberman, Amazon decidió dejar de alojar Wikileaks. Lo mismo ha hecho PayPal, asestando un injusto golpe a la vía más rápida de recaudación de apoyos económicos para sostener Wikileaks. Twitter, esa «herramienta revolucionaria para la comunicación del Siglo XXI», aunque lo niegue, también está censurando a Wikileaks en sus influyentes Trending Topics. Facebook, por su parte, dice por ahora que no piensa hacer nada contra Wikileaks (fuente).
Para colmo, acabamos de saber que Visa Europa también acaba de anunciar que suspende los pagos a WikiLeaks mientras investiga «la naturaleza del negocio de esta web y si contraviene las normas operativas de Visa». Exactamente lo mismo se está planteando Master Card. En cambio, con ambas puedo hacer donativos al Ku Klux Klan tranquilamente. Ayer, el banco suizo PostFinance cerró una cuenta de Assange. La razón que dio un banco radicado en uno de los países más opacos y eterno paraíso fiscal: por lo visto, Assange mintió respecto a su residencia al abrirla.
Es bastante obvio que si WikiLeaks sobrevive a esto, alguno de los cables que publicará en el futuro hablarán de cómo EEUU presionó a todas estas empresas y entidades para hacer lo que están haciendo.
Y por su parte, ¿qué están haciendo los periódicos que están disfrutando de la exclusividad a la hora de difundir el material de WikiLeaks? Comencemos con la visión de Julian Assange sobre la relación entre WikiLeaks y estos medios:
«Hillary Clinton no tuvo una sola palabra de crítica para los otros medios de comunicación, y eso se debió a que The Guardian, The New York Times y Der Spiegel son viejos y grandes, mientras que WikiLeaks es aún joven y pequeña. Están tratando de matar al mensajero porque no quiere que la verdad, incluyendo información sobre sus propias relaciones diplomáticas y políticas, sean revelados»
A esa lista falta añadir al francés Le Monde y el español El País, que ha dado buena cuenta a efectos de imagen y construcción de marca de todo el asunto, con extra en dominical incluído. Assange dice estas palabras en la última nota que ha publicado hoy, antes de acudir a aquella comisaría, donde sería detenido. Creo que el propio Assange demuestra en estas palabras darse cuenta que aunque seguramente sean los mejores aliados posibles en estos momentos, estos grandes medios -que cotizan en bolsa y tienen sus lógicos intereses económicos y políticos- no encarnan precisamente lo mejor del concepto «socio» para el tema que se traen entre manos.
¿Por qué no se unen estas megaempresas mediáticas para financiar a fondo perdido un proyecto tecnológico que permita a Wikileaks mantener su presencia en Internet con total seguridad e independencia, a la vez que sirva de plataforma segura para seguir recibiendo donativos de los ciudadanos de todo el mundo?
Solamente con una pequeña parte de los beneficios en forma de ventas del papel, tráfico y publicidad que están teniendo por dicha exclusiva sería suficiente. Pero no lo hacen.
¿No sería mejor que existiese una red distribuida y global de periodistas independientes que, al igual que hacen los programadores de software libre, se coordinaran para trabajar editando los cables y liberándolos al conocmiento público?
¿Harán algo los grandes medios que hasta ahora se están beneficiando de Wikileaks para salvarla? Por el momento ya hay una campaña en Actuable solicitándoselo. ¿Firmas?