Los candidatos sostienen que su espacio «ha constituido un campo anticapitalista» que disputa «con la burocracia sindical»
Llegan a una tradicional confitería de San Cristóbal por separado, pero coinciden en hacerlo al mismo tiempo y la charla empieza puntual. «Hay un clima favorable que nos muestra en ascenso», dice Néstor Pitrola, dirigente del Partido Obrero (PO) y candidato a diputado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) por la provincia de Buenos Aires. «Antes en una fábrica votaban a un delegado de izquierda, antiburocrático, pero políticamente te decían ‘vos exagerás’. Ahora ven que nuestras posiciones eran correctas y eso genera un fenómeno de mucha relevancia, muestra que hay una salida por izquierda a ese descontento», dice Christian Castillo, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y candidato a diputado bonaerense por el FIT. Ambos acuerdan en que la izquierda puede conseguir dos diputados en el Congreso nacional.
«Nunca pensé en ser diputado, pero la gente en la calle nos está empujando a esta experiencia», se entusiasma Pitrola, 61 años, casado, dos hijos. Y estrecha la mano de un vecino que asegura haberlo votado y promete volverlo a hacer el 27. «Para nosotros una banca es un puesto de lucha más, no militamos con el objetivo de ser diputados, sino por una transformación revolucionaria de la sociedad», dice Castillo, 46 años, sociólogo, docente universitario. Sin embargo, sostiene que está cerca de «tener los votos en la tercera sección para ingresar a la Legislatura» bonaerense.
-¿Van a ampliar el FIT con miras al 2015?
-Pitrola: -El FIT ha constituido un claro campo anticapitalista, de la izquierda combativa y autónoma, que disputa con la burocracia sindical de los Pedraza, que no es furgón de cola ni del kirchnerismo ni del centroizquierda. En este campo político llamamos a todo el voto de izquierda y progresista, que no puede tener expresión en la lista de Stolbizer-Alfonsín. Asumimos la representación de las listas que han quedado afuera por el piso proscriptivo de las PASO. La lista de Lozano y la del MST, del «degenarismo», son desprendimientos momentáneos de Binner 2015. Nosotros pretendemos desarrollarnos en un campo de una izquierda que lucha por un gobierno de los trabajadores y no en un progreso electoral o de puestos como parte del centroizquierda.
-¿En Capital el votante de Luis Zamora los vota a ustedes?
-Castillo: -No lo puedo saber, pero quien quiera poner diputados y legisladores de izquierda en la Ciudad de Buenos Aires tiene la opción más probable en el FIT. No fuimos mezquinos, como dijo Néstor, tuvimos coherencia en nuestro planteo político programático en la ubicación de este campo político de independencia de la izquierda y de construcción de una fuerza militante. Somos expresión en las fábricas, las universidades, el movimiento de derechos humanos y la intelectualidad con dimensión nacional, que es otro dato de la anterior elección.
N. P.: -A Zamora lo invitamos a integrar el FIT y no quiso, priorizó su perspectiva individual. Ahora el lugar ganado por el FIT lo ganaron en la lucha de clases el PO, el PTS e Izquierda Socialista. En la mejor tradición socialista de los partidos de la clase obrera está apoyar al mejor posicionado. Ni Zamora duda de que hemos construido un fuerte campo político a nivel nacional anticapitalista, por eso llamamos a esos votantes para consagrar a Jorge Altamira como diputado por la Capital.
-¿Cómo convencerían a un votante kirchnerista o peronista histórico?
-C. C.: -Este gobierno desilusiona porque resultó ser más de lo mismo. En esta transición las clases dominantes ensayan variantes de derecha y el kirchnerismo va adosado a eso. La transformación no se puede dar de la mano de Granados en Seguridad, entregando recursos a Chevron y siendo pagadores seriales. Es hora de apostar por la clase trabajadora, pero no como columna vertebra, como sostenía el peronismo, sino cabeza de las grandes transformaciones históricas por las que apostamos. El paro por el impuesto al salario que es el descuento por Ganancias lo protagonizaron en su mayoría votantes de Cristina, parte de la clase obrera que cobra 4 mil pesos o menos. Antes, en una fábrica votaban a un delegado de izquierda, antiburocrático, pero políticamente te decían «vos exagerás». Ahora ven que nuestras posiciones eran correctas y eso genera un fenómeno de mucha relevancia, que hay una salida por izquierda a ese descontento.
N. P.: -Este fin de ciclo kirchnerista replantea la crisis de los partidos que quebraron el país. En la apertura del canje coincidieron todos porque tienen una estrategia social común. Lo que se discute es quién aplica el ajuste, pero no hablan de devaluación monetaria, tarifazos para salir de los subsidios sin abrirles los libros a los beneficiarios de las privatizaciones y la entrega de los recursos naturales. El voto de izquierda adquiere un valor excepcional, que es golpear al ajuste. Por eso vamos por el segundo millón de votos. Aunque el FIT es David contra Goliat, ellos temen nuestro desarrollo político porque están fracturados.
-¿Por qué creen que Pablo Ferreyra, hermano de Mariano, y Rubén López, hijo de Jorge Julio López, eligieron ingresar a la política de la mano del kirchnerismo?
-N. P.: -Pablo Ferreyra va en la lista de Filmus, que es la lista de Insaurralde, de Granados, de Proyecto X, de los Caló, los Cavalieri y los Pedraza, es un problema que tendrá que explicar él a la sociedad. El problema político es que para luchar contra la tercerización por la que lucharon los ferroviarios y donde fue asesinado Mariano hay que votar al FIT. El Gobierno no tiene ninguna autoridad para reivindicar algún papel progresivo en esto, y mucho menos en los ferrocarriles, donde sigue con los mismos que lo variaron y la misma burocracia sindical asesina de Mariano.
-C. C.: -La consecuencia en la lucha por el castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra no puede ser de ninguna manera compartir lista con quienes tienen responsabilidad en su asesinato. No nos olvidemos de las relaciones obscenas de Tomada con Pedraza, o la complicidad de los funcionarios kirchneristas en la tercerización de trabajadores. En el caso del hijo de López, no podemos dejar de mencionar la también monstruosa complicidad del Estado provincial y el gobierno nacional con el parate absoluto de la causa, donde no hay ni un imputado.
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