Si la inteligencia colectiva ya existe en tiempo real en entornos urbanos, ¿por qué no buscar las plataformas o aplicaciones para construir una democracia en tiempo real?
¿Tiene sentido votar cada cuatro años cuando existe tecnología para expresar nuestra opinión instantáneamente? ¿Tiene sentido la democracia representativa cuando ya hay herramientas deliberativas para discutir colectivamente asuntos concretos? El Partido de la Red de Argentina, en su Manifiesto de la red, responde a su manera: «El ancho de banda de la democracia es limitado». Si la inteligencia colectiva ya existe en tiempo real en entornos urbanos gracias a aplicaciones como Waze, ¿por qué no buscar las herramientas, plataformas o aplicaciones para construir una democracia en tiempo real? El Twittómetro Yes We Camp, que el colectivo Platoniq puso en marcha durante las acampadas iniciales del 15M en el año 2011, supuso una vuelta de tuerca al imaginario de democracia en tiempo real.
La teoría se hizo práctica. Cualquier persona podía enviar un tuit en Twitter utilizando las etiquetas #YesWeCamp, #Twittómetro y #sí o #no asociado a una propuesta. Por un lado, se creaba el vínculo entre redes y plazas, conectando asambleas celebradas en el espacio público y participación digital. Y por otro, el flujo continuo abría la puerta a la participación en tiempo real en las decisiones colectivas. El objetivo era, en palabras de Platoniq, «testear el (ciber)espacio público como herramienta de consenso».
El Twittómetro, tal como fue concebido, tendría una difícil aplicación en una democracia de millones de personas. Pero denunciaba de forma poética que la democracia con elecciones cada cuatro años era insuficiente. En los últimos años han surgido algunas herramientas poderosas alrededor del imaginario / concepto de democracia en tiempo real. Y tal vez sea AppGree la más ambiciosa.
La aplicación, disponible en Android, IOS y versión web, tiene un eslogan redondo: «Nos ponemos de acuerdo en segundos y cambiamos las cosas para siempre». Nada para explicar su funcionamiento como responder a una pregunta que AppGree formula: «¿Te imaginas a todo un país conversando con el presidente de forma clara y coherente?».Cualquier persona puede crear un canal en AppGree, sin límite de usuarios. La conversación de un grupo ocurre en tiempo real y el proceso de envío y valoración de propuestas ocurre únicamente durante la conversación. AppGree, como se explica en este tutorial, divide el grupo en subgrupos y encuentra las respuestas con más consenso a una pregunta. Entonces, se repite el proceso con las respuestas con más votos. Y de esta manera, se llega a un 99,99% de fiabilidad. El método utilizado es el de la muestra al azar: cuanto mayor sea el grupo, mayor será la fiabilidad.
Incoma.org, herramienta para consenso de multitudes elaborada durante el Interactivos del MediaLab Prado. ¿Representa el consenso un peligro para las minorías? ¿Un algoritmo que busque el consenso de la multitud garantiza la pluralidad y diversidad? Tras el nacimiento de AppGree, Juan Romero Raposo, que participó en la elaboración de la Ley Andaluza de Participación de Andalucía, alertó sobre la importancia de encontrar la fórmula para proteger a las minorías. Una aplicación o plataforma puede encontrar el algoritmo para hallar el consenso para preguntas concretas. Pero en la mayoría de los casos la apertura y transparencia del proceso de deliberación son tan importantes como el resultado.
En los últimos tiempos han sido creadas algunas herramientas para investigar procesos para encontrar consensos de la multitud.Tal vez sea Incoma, desarrollada durante el Interactivos?’13 del MediaLab Prado, una de las herramientas más inspiradoras. Incoma, en palabras de Miguel Arana, uno de sus cradores, pretende «construir pensamientos colectivos a partir de los pensamientos de miles de usuarios, una verdadera inteligencia colectiva». Cualquier usuario puede crear una nueva conversación o unirse a una conversación ya existente. Cuando se formula una pregunta o propuesta, los diferentes usuarios van conectándose con vínculos relacionales de «conexión general», «acuerdo», «desacuerdo» o «consecuencia», entre otras cosas.
Miguel Arana, vía correo electrónico, da a eldiario.es algunas pistas sobre Incoma: «El objetivo del proyecto es diseñar una herramienta que permita tener discusiones a nivel masivo de forma constructiva. El espacio de discusión no es lineal como en la mayoría de foros, sino que crece en todas direcciones. A su vez, cualquier par de pensamientos pueden relacionarse, permitiendo nuevas líneas de discusión». En realidad, varias herramientas o plataformas investigan hace años el proceso del consenso de las multitudes, ese prototipo inicial para llegar a la democracia en tiempo real. La transparencia y visibilidad pública del proceso de toma de decisiones transforma a Loomio en una de las herramientas pioneras al respecto.
Bajo el lema Democracia interactiva, la plataforma Liquid Feed Back, usada por el Partido Pirata de Alemania, investiga sobre los senderos que llevan a la democracia líquida. Uno de los puntos más interesantes es que la propuesta enviada para ser votada en la plataforma no es definitiva. Cualquier propuesta puede incorporar sugerencias dependiendo de la conversación y el números de respuestas. Un detalle interesante es la posibilidad de delegar el voto, lo que rompe el pilar de democracia representativa en la que el representante es único durante un determinado periodo de tiempo. Por su parte, Wasa2il, el software de democracia participativa desarrollado por el islandés Smári McCarthy, busca que grupos, del tamaño que sean, encuentren fórmulas para auto gobernarse: «los usuarios del sistema pueden unirse o abandonar el proceso, hacer propuestas, alterar las ya existentes o adaptar leyes ya existentes para el autogobierno».
Por otro lado, la plataforma Agora Voting, también basada en software libre, abre la puerta a sistemas de votos escalables donde la delegación refleja las confianzas generadas en procesos compartidos. La Asamblea Virtual del 15M español también es una de las referencias en consenso de multitudes y democracia en tiempo real. ¿Cuando los Gobiernos del mundo van a apostar definitivamente por una democracia en tiempo real y participativa que no sustituya y sí mejore la democracia representativa? La participación en la política a través de dispositivos móviles podría ser uno de los caminos.
La aplicación Stumpmate, que permite a un candidato o representante conocer a través de encuestas y votos online la opinión de los ciudadanos, es un buen ejemplo. Por otro lado, Mobile Politics facilita la interacción permanente entre ciudadanos y representantes en tiempo real. La herramienta #DeOlhoNasObras (con el ojo en las obras) del Gabinete Digital del Gobierno de Rio Grande do Sul es otro caso de proceso compartido y en tiempo real. La herramienta permite fiscalizar el estado de todas las obras públicas, qué empresas las están realizando y conocer las cuentas de las mismas, entre otros detalles. Existe la posibilidad, incluso, de seguir a cada obra en redes como Twitter o Facebook. También, se pueden recibir alertas por correo electrónico. La posibilidad previa de participación en las plataformas del Gabinete Digital combinada con este proceso compartido de #DeOlhoNasObras abre otra inspiradora ventana para la incipiente democracia en tiempo real.
Fuente: http://www.eldiario.es/turing/Democracia-tiempo-real_0_166233857.html