La hipocresía del poder no tiene límite. Es que recién ahora «descubren» que el FMI es, entre otras cosas, mentiroso. Y arribaron a esta conclusión porque el propio organismo internacional pidió a personajes del ámbito de la economía y de las finanzas que hagan una auditoria para «enterarse» de su propio engaño. Un informe de […]
La hipocresía del poder no tiene límite. Es que recién ahora «descubren» que el FMI es, entre otras cosas, mentiroso. Y arribaron a esta conclusión porque el propio organismo internacional pidió a personajes del ámbito de la economía y de las finanzas que hagan una auditoria para «enterarse» de su propio engaño.
Un informe de nada menos que 91 páginas da cuenta de que el Fondo ocultó información antes y durante la crisis de 2001, como la existencia de un acuerdo entre la entonces presidenta del FMI Anne Kruegger y el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, que indicaba que se tomarían medidas «muy extremas» si Argentina atravesaba un problema «serio».
Juan Pablo Baylac, vocero del gobierno del entonces presidente Fernando De la Rúa, dijo que «algunos técnicos del FMI no brindaron la total y exacta dimensión de los problemas de Argentina a sus directivos con el objeto de evitar una eventual corrida monetaria». Y agregó que entre la información no difundida por el FMI había un informe que precisaba que Argentina «estaba en dificultades para sostener la convertibilidad», a pesar de lo cual el organismo seguía dando créditos al país.
Por su parte, el economista Pablo Rojo, dijo que «En los momentos críticos, las actitudes no muy claras y la falta de decisión por parte del Fondo gatillaron o precipitaron la crisis».
¿Por qué no se conoció esta información cuando el presidente Néstor Kirchner decidió pagarle la deuda al Fondo?
¿Por qué no se acusó recibo cuando Alejandro Olmos Gaona sostuvo que la deuda que el Gobierno nacional canceló con el FMI es «producto de una estafa» y materia de una investigación de la Justicia Federal sobre 520 empresas que participaron de la fuga de capitales en 2001, mediante el envío el exterior de los fondos del denominado «blindaje financiero»?
¿Por qué no hablaron cuando Gaona señaló que esa operación para sacar el dinero al exterior era conocida por el Fondo «porque la Oficina de Evaluación Independiente (del organismo) dictaminó que tenía plena conciencia de que ese dinero se fugaba»?
Toda esta información fue parte de una denuncia judicial que Olmos Gaona y Ricardo Marcos presentaron en marzo de 2005 ante la Justicia Federal y fue la base de la carta documento que le enviaron al presidente Néstor Kirchner -junto a dirigentes de derechos humanos y sindicales- para que suspendiera el pago al FMI. Y esa denuncia la elaboraron en base a una investigación que hizo en el 2002 la Comisión de Fuga de Capitales de la Cámara de Diputados que presidió el peronista Eduardo Di Cola, compañero del también peronista presidente Kirchner.
Será cuestión de poner cada cosa en su lugar. Un dicho popular expresa: «La culpa no es del chancho sino del que le da de comer». Chanchadas como las del FMI son difíciles de igualar gracias a que lo alimentaron los milicos, los economistas del poder y los políticos del sistema, radicales y peronistas.