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La Guerra por la Madre Tierra

Historia de la lucha del Pacto de la Unidad en Defensa de la Madre tierra

Fuentes: Rebelión

Estamos ante una verdadera guerra por la Madre Tierra; el Pacto de Unidad asume plenamente el combate por la defensa de la Madre Tierra; las organizaciones y movimientos sociales son conscientes del peligro en el que se encuentra la vida de la Madre Tierra y de las formas de vida en la Madre Tierra, que […]

Estamos ante una verdadera guerra por la Madre Tierra; el Pacto de Unidad asume plenamente el combate por la defensa de la Madre Tierra; las organizaciones y movimientos sociales son conscientes del peligro en el que se encuentra la vida de la Madre Tierra y de las formas de vida en la Madre Tierra, que comprende a los múltiples seres componentes, incluyendo a los seres humanos.

Ante el peligro por la contaminación múltiple, del aire, del agua, de los suelos; por la deforestación que erradica grandes extensiones de bosques, que forman parte de la articulación, interactividad, interacción y entrelazamiento de los distintos ciclos de la vida, generativos y regenerativos; por la desertificación, la crisis climática, la crisis ecológica, crisis energética, económica y financiera, el calentamiento global, el efecto invernadero, las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos se declaran en emergencia y se movilizan en defensa de la Madre Tierra. Los enemigos de la Madre Tierra son las trasnacionales, las empresas industriales, el comercio indiscriminado, la mercantilización desorbitada, el consumismo compulsivo, la expansión desbordante de la frontera agrícola, el extractivismo exacerbado, articulado a un capitalismo dependiente, absorbido por la economía-mundo y sistema-mundo capitalista. Todas estas formas depredadoras forman parte del modelo civilizatorio moderno, capitalista y occidental, que se ha universalizado, expandiéndose globalmente, deshaciendo otros modos civilizatorios y culturales alternativos nativos y ancestrales. El enfrentamiento en defensa de la Madre Tierra es contra este modelo civilizatorio depredador y por la construcción del modelos civilizatorio alternativo al capitalismo, la modernidad y el desarrollo del vivir bien, pensado en términos de transmodernidad y modernidades heterogéneas, otras modernidades.  

El Pacto de Unidad, que aglutina a las organizaciones indígenas campesinas de Bolivia (CSUTCB, CNMCIOB «BS», CSCIB, CONAMAQ Y CIDOB) ha asumido la responsabilidad política y cultural de defender a la Madre Tierra. Se puede decir que desde abril del 2007, cuando se acude a la Cumbre del ALBA-TCP, el Pacto de la Unidad se propone la tarea de retomar orgánicamente la defensa de la Madre Tierra, aunque esta tarea estaba implícita en el documento del Pacto de la Unidad para la Asamblea Constituyente, también en la participación de las organizaciones sociales, que conforman el pacto, en el proceso constituyente, plasmando esta tarea en la Constitución Política del Estado. La tarea de elaboración de una Ley de la Madre Tierra se da en la Conferencia de los Pueblos por el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. En las resoluciones de Tiquipaya-Cochabamba se plantea dar cumplimiento a la reducción de los gases de efecto invernadero, por parte las potencias industriales que firmaron el protocolo de Kioto, por lo menos en un 50% para evitar que el calentamiento global suba peligrosamente ocasionando catástrofes ecológicas. También exige que las negociaciones de la Cumbre de Cancun (COP 16) sean transparentes, inclusivas y democráticas, sin ningún documento impuesto por las potencias industriales, ni condicionamientos ni chantajes. Así mismo rechaza el Entendimiento de Copenhague por ser una amenaza para la vida y demanda el respeto al marco legal vigente en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto. En el mismo sentido, exige a los gobiernos de los países desarrollados,  «Financiamiento para la Tierra, no para la Guerra»,  y la transferencia de los presupuestos militares; así como  incrementar los recursos financieros  para salvar el planeta y la Madre Tierra  y atender los impactos del cambio climático  en los Países en Desarrollo. Demanda la justicia climática, denuncia la ausencia de los pueblos en las instancias de decisión sobre el futuro común,  y demanda la  creación de  espacios de  participación de los pueblos del mundo en la toma de decisiones  sobre el cambio climático,  asimismo en el monitoreo y supervisión  del cumplimiento de los compromisos contraídos por los países desarrollados. Promueve   la creación de normas legales internacionales que sancionen las infracciones e incumplimientos de los compromisos de reducción de emisión de gases de efecto invernadero, financiamiento, transferencia de tecnología  y otras obligaciones asumidas por los países desarrollados. Del mismo modo promueve  la creación del Tribunal de Justicia Climática que será una instancia de ejecución de estas normas. Exige a los países desarrollados respeto a los derechos de las poblaciones  migrantes por efectos climáticos, y que se destinen recursos para  brindarles acogida y compensación a nivel local, nacional, regional e internacional. Las resoluciones de la Conferencia de los Pueblos por el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra también se proponen construir un movimiento mundial desde los pueblos y las organizaciones sociales en defensa de la Vida y la Madre Tierra, basada en la inclusión y complementariedad de todos. Así mismo, en la misma tónica, se propone promover el Vivir Bien y sus principios como alternativa al sistema de vida capitalista, recuperando hábitos y costumbres ancestrales, como la reconstitución de   los calendarios orientados a devolver y recuperar los ciclos naturales de la Madre Tierra; en esta perspectiva se plantea promover la producción ecológica, el consumo de productos orgánicos locales, promover  y generar políticas de  incentivo  al consumo de productos locales naturales, además de recuperar y promover la matriz tecnológica de nuestros pueblos  y generar una complementariedad de conocimientos. Las resoluciones de Tiquipaya se proponen impulsar y consolidar a nivel mundial la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra. En este sentido sustituir el sistema capitalista por un modelo alternativo que priorice la armonía con la Madre Tierra, la reciprocidad, la complementariedad y el equilibrio de la Vida antes que el consumismo. Consecuente con todas estas resoluciones, se convoca a una segunda Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, además de promover el Referéndum mundial sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra. Por último, las resoluciones se plantean la creación de una Organización Mundial alternativa de los pueblos: UNO, en esta perspectiva, creando espacios donde las representaciones de los pueblos tengan plena participación con poderes de decisión.

El Pacto de Unidad retoma seriamente las resoluciones de Tiquipaya y se da a la tarea de elaborar un Anteproyecto de Ley de la Madre Tierra. Esta labor dura aproximadamente nueve meses, se desarrollan varios encuentros de las organizaciones sociales en 18 talleres de trabajo, la mayor parte de ellos regionales y por organización, otros plurinacionales y de todas las organizaciones, contando con un formato de elaboración de la ley y buscando consensuar un solo documento. En la reunión de Cochabamba del 6 y 7 de octubre de 2010 se logra la conjunción de un solo documento y se toman las decisiones más importantes sobre el contenido del documento. Una de esas decisiones tiene que ver con desechar el nombre de recursos naturales porque reproduce el significado de explotación de la naturaleza, basado en la comercialización, el mercado y la acumulación capitalista. Por otra parte se decide expresar elocuentemente en la escritura del documento los imaginarios de las cosmovisiones indígenas originarias, campesinas e interculturales. La tarea encomendada deriva en el Anteproyecto de Ley de la Madre Tierra presentada por el Pacto de la Unidad a la dirección ejecutiva de las organizaciones sociales en la sede de la CSUTCB, contando con la presencia del Canciller David Choquehuanca. Posteriormente el documento se presenta a la Comisión Mixta sobre medio ambiente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, encabezada por el Senador Freddy Bersatti. Con esta comisión se trabaja conjuntamente estableciendo acuerdos entre el Pacto de la Unidad y la Asamblea Legislativa Plurinacional. Un primer acuerdo se da una vez terminada las exposiciones de las partes, por parte del Pacto de la Unidad y por parte de la comisión mixta, de sus respectivos anteproyectos. Este acuerdo consiste en elaborar un documento consensuado entre el Pacto de la Unidad y la Asamblea Legislativa plurinacional, que comprenda ambas propuestas, incorporando los ejes conceptuales de la propuesta del Pacto de la Unidad, y reproduciendo lo que plantea la Constitución Política del Estado en lo que respecta a temas conflictivos, como lo relacionado a la consulta previa e informada con consentimiento de las comunidades, de las naciones y pueblos indígenas y originarios. En relación a este acuerdo se establece la conformación de título que comprenda la participación, el control social y la consulta tal como está en la Constitución. El trabajo conjunto termina con un anteproyecto consensuado de Ley de la Madre Tierra. Cuando se termina la presentación de este documento histórico, se firma un segundo acuerdo donde ambas partes se comprometen a mantener y defender el anteproyecto consensuado, buscando su aprobación en la Asamblea Legislativa Plurinacional, incorporando en pleno el preámbulo del anteproyecto del Pacto de la Unidad, donde se expresa el espíritu de la ley de la madre tierra, desde la perspectiva de las cosmovisiones indígenas y comprendiendo la complejidad de la composición y los ciclos vitales de la madre tierra. Además se decide abrir un título que contenga un enunciado general sobre áreas protegidas desde la perspectiva desplegada en la ley.

El Anteproyecto de Ley de la Madre Tierra del Pacto de Unidad comprende el preámbulo, la exposición de motivos y doce títulos. El Título I, que define los aspectos generales, el objeto de la ley, los objetivos, los alcances, las definiciones y conceptos, los principios. El Título II comprende los derechos y deberes para con la madre tierra; el Título III define el marco institucional, planteando el Consejo de la Madre Tierra como instrumento de corresponsabilidad en la coordinación de políticas públicas y la gestión de la madre tierra. El Título IV establece la participación y el control social en lo que tiene que ver con la gestión integral de la Madre Tierra; este Título también comprende un capítulo sobre el consentimiento previo, derecho reconocido de los pueblos indígenas por la Constitución Política del Estado, por parte de Naciones Unidas y convenios internacionales. El Título V desarrolla la gestión ecológica de la Madre Tierra; el Titulo VI define las bondades de la Madre Tierra, una concepción afectiva, integral, cíclica y dinámica de los componentes de la Madre Tierra, sustituyendo con esta cosmovisión al discurso extractivista explotador y de dominación sobre los recursos naturales, aunque se plantea que en la transición y de acuerdo a la traducción intercultural se mencionara a los «recursos naturales» en la forma como se refiere la Constitución, como estratégicos y destinados al vivir bien. El Título VII retoma la consulta previa e informada; el Título VIII norma sobre las áreas protegidas; el Título IX define la territorialidad, la tierra y el territorio; el Titulo X determina el régimen económico; el Titulo XI define los mecanismos para la defensa de la Madre Tierra, incentivos y sanciones; por último el Título XII establece las disposiciones finales y transitorias. El Anteproyecto de Ley de la Madre Tierra del Pacto de Unidad se convierte en el Manifiesto Político y Cultural de la Madre Tierra. Este manifiesto convoca a luchar por la Madre Tierra, expresando la fuerza de las cosmovisiones de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos y afrobolivianos en complementación, interpretación y traducción intercultural con las teorías de la complejidad, haciendo una interpretación vital e histórica de las bondades y componentes de la Madre Tierra, de sus ciclos vitales, del ciclo del agua, del ciclo del aire, del ciclo de los suelos, articulados y entrelazados en la generación, regeneración y evolución de la vida. El Manifiesto de la Madre Tierra hace una interpretación desde la historia cósmica y de la historia ecológica de las energías, también interpreta la historia geológica de los componentes del subsuelo de la Madre Tierra.

El Anteproyecto de la Ley de la Madre Tierra consensuado entre el Pacto de Unidad y la Asamblea Legislativa Plurinacional contiene la siguiente estructura: El Preámbulo, retomado del documento del Pacto de Unidad y cinco títulos donde se distribuyen todos los capítulos de la ley marco. El Título I, que contiene las disposiciones generales, donde están los objetivos, fines y principios, además de las definiciones, se define el objeto y los fines y se establecen los principios. El Título II está dedicado a la Madre Tierra, a su definición y carácter, a los derechos de la Madre Tierra, a las obligaciones del Estado y a los deberes de la sociedad. El Título III comprende al vivir bien en armonía con la Madre Tierra, el modelo económico-ecológico para vivir bien, que contiene la planificación integral y participativa y la contabilidad económica-ecológica, que plantea la valoración cualitativa y su incorporación en la planificación, incorporando los efectos a la Madre Tierra y se plantea la soberanía y la seguridad alimentaria, además del seguimiento y evaluación del vivir bien en armonía con la Madre Tierra. Comprende también un capítulo sobre sistemas de vida y componentes de la Madre Tierra, distinguiendo los componentes de la Madre Tierra del término comprometedor de los recursos naturales, la condición de renovabilidad de los componentes de la Madre Tierra, su uso y aprovechamiento en general y en territorios indígenas originarios campesinos; se definen los lineamientos de las comunidades de vida. El Título IV trata sobre protección y garantía de los derechos de la Madre Tierra; el Título V trata sobre las instituciones y mecanismos de defensa de la Madre Tierra, donde se encuentra el Consejo Plurinacional de la Madre Tierra, el Ministerio de la Madre Tierra; también comprende un capítulo sobre la consulta previa, libre e informada y el control social.

La Ley Corta de los Derechos de la Madre Tierra, aprobada por la Asamblea Legislativa plurinacional, es un extracto del Anteproyecto de Ley de la Madre Tierra consensuada entre el Pacto de Unidad y la Asamblea Legislativa Plurinacional. Su estructura comprende dos títulos, en el primero se encuentran las disposiciones generales, el objeto y los principios; en el segundo define la Madre Tierra y su carácter, se definen los sistemas de vida, el carácter jurídico de la Madre Tierra, el ejercicio de los derechos de la Madre Tierra, se establecen los derechos de la Madre Tierra, también las obligaciones del Estado y deberes de la sociedad, además se incorpora la defensoría de la Madre Tierra.

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