En la historia reciente de nuestro país se vive una cruda y amarga realidad, los problemas de raíz son los mismos que el en cualquier sistema capitalista de explotación existen; es decir un país con crisis económica, política y social que tiene infectada a toda la sociedad Mexicana. Lo sucedido en Nochixtlan Oaxaca, es un […]
En la historia reciente de nuestro país se vive una cruda y amarga realidad, los problemas de raíz son los mismos que el en cualquier sistema capitalista de explotación existen; es decir un país con crisis económica, política y social que tiene infectada a toda la sociedad Mexicana.
Lo sucedido en Nochixtlan Oaxaca, es un ejemplo más de la política capitalista de explotación, aunque muchos teóricos y catedráticos eximen al marxismo como algo ya obsoleto, es de importancia mencionar que en nuestro país, la lucha de clases sigue en esa ardua labor de resistir ante las diferentes y varias ya embestidas sangrientas contra el pueblo.
Y es que el sistema capitalista de explotación mexicano está en crisis desde su propia estructura, estructura por cierto corrupta, asesina e impugne desde todos sus tiempos. El tiempo del Estado pasa sin detenerse como un reloj de arena medieval, vayamos acelerando todos el paso firmemente ante el tiempo que se le termina a los que hoy ostentan el poder de nuestro país. Es muy simple, verdaderamente está en nuestras manos la transformación profunda y radical en este reloj cíclico.
El día 28 de junio de 1995 [ii] es una fecha más de luto en la historia reciente de nuestro país, los mexicanos fuimos testigos hace 21 años de la masacre de Aguas Blancas, Guerrero, masacre dirigida desde las altas esferas del gobierno mexicano contra la OCSS, (Organización Campesina de la Sierra del Sur) y contra el pueblo mexicano, donde murieron 17 campesinos, dicha masacre fue dirigida por grupos militares y paramilitares.
El día 22 de diciembre de 1997 de la misma manera, pero en otra geografía, fueron brutalmente asesinados 45 mexicanos indígenas tzotziles en ACTEAL, Chiapas, y como responsables directos grupos militares y paramilitares.
El día 7 de junio de 1998 en otra geografía mexicana, se efectuó la masacre de El Charco, Guerrero, donde perdieron la vida 11 campesinos por las ráfagas de balas del ejército mexicano.
En los últimos 22 años de la historia reciente de México, hay un suceso muy importante que debemos de tener presente, con este suceso no quiero decir que a priori no existiera una crisis; recordemos con la firma y la entrada en vigor del TLCAN o NAFTA, es a partir de este suceso de integración y saqueo que marca aún más la diferencia entre ricos y pobres y donde se inicia un nuevo esquema de represión.
Desde 1994 las crisis económica en nuestro país se ha agudizado; en el sentido social hay una Guerra de Baja Intensidad [iii] en contra de los sectores organizados que defienden día a día lo que les pertenece, es decir las tierras, los bosques, las aguas que les fueron heredadas por sus antecesores, la vida misma.
Desde esa fecha los dueños del capital extranjero con el capital nacional vestido de progreso y democracia Nos arrebatan nuestros derechos y nuestras vidas con balas y leyes promulgadas [iv] desde los ejecutivos federales (Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña), desde los diferentes congresos tanto el de la unión (senadores y diputados federales) así como los congresos locales en cada uno de los estados. Claro está que en estos impera la fallida democracia [v] tecnócrata pro fascista del PRI, PAN y PRD que está preocupada en privatizar y saquear a nuestra patria.
Es por ello que mientras nuestro país siga teniendo la riqueza de sus recursos naturales, de sus tierras, de su gente, seguiremos en esta ardua y larga lucha que nos toca vivir; estoy seguro que seguirán sucediendo desgraciadamente más masacres, mas genocidios en contra de nuestro pueblo, pero si no es hoy, mañana ya puede ser demasiado tarde. La vida aquí cuesta, cuesta lo que ni el capital extranjero ni nacional nunca lo podrá obtener con sus leyes y políticas represivas, ni mucho menos con toda la ganancia del capital saqueado durante más de 500 años. La libertad de los pueblos no se compra ni se vende, se lucha día a día y se defiende.
Ante este clima de zozobra consideramos que en México estamos en una situación de guerra y no es la guerra contra el supuesto Narcotráfico, es la guerra del Estado (en todos sus niveles) en contra de nuestro pueblo.
A 21 años de la masacre de Aguas Blancas que el mejor homenaje a los caídos sea la lucha decidida contra el enemigo.
David Luna Hernández, estudiante de Desarrollo Comunitario ESAD SEP
[ii] http://www.rebelion.org/docs/
[iii] http://www.animalpolitico.com/
[iv] http://www.contralinea.com.mx/
[v] http://www.jornada.unam.mx/
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