Con 129 votos a favor y 125 en contra, la Cámara de Diputados de la Argentina votó el proyecto de abolición del aborto clandestino y dio media sanción al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, pese a las presiones religiosas y luego de una maratónica sesión de casi 22 horas. Ahora la discusión se traslada […]
Con 129 votos a favor y 125 en contra, la Cámara de Diputados de la Argentina votó el proyecto de abolición del aborto clandestino y dio media sanción al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, pese a las presiones religiosas y luego de una maratónica sesión de casi 22 horas. Ahora la discusión se traslada al Senado.
Afuera del Congreso, más de 300 mil personas que pasaron la noche en las inmediaciones del legislativo con temperaturas muy frías, celebraron el histórico avance en los derechos de las mujeres, logrado tras años de lucha.
Con una cruz sobre su estrado, el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó (macrista) rezaba para no verse obligado a decidir con su doble voto, mientras las fuerzas de seguridad separaban a dos mil antiabortistas (de celeste) de centenares de miles que conformaban la marea verde, conformada por una amplia mayoría de mujeres jóvenes de entre 13 y 40 años, que tomó las calles en un clima de combate y al mismo tiempo festivo.
«Hoy es un día histórico en nuestro país», anunció al comienzo de la sesión el diputado oificialista Daniel Lipovetzky, y anunció su voto a favor del proyecto: «La legalización del aborto es una cuestión de salud pública. Y no soy yo quien lo dice; lo dijeron tres ministros de Salud de distintos gobiernos a lo largo del debate».
En la sala, Walberto Allende, diputado sanjuanino, acusó al ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, de haber dado datos falsos sobre mortalidad materna en abortos clandestinos: «No se puede debatir una ley con datos inflados con fines ideológicos. Según datos estadísticos mueren más mujeres por accidentes de tránsito», dijo.
Ya de noche, el diputado santacruceño Máximo Kirchner señaló que «Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir», paráfrasis del discurso que pronunció el expresidente Néstor Kirchner ante la Asamblea Legislativa el 25 de mayo de 2003.
Las intervenciones en contra de la legalización sostuvieron un amplio espectro que iba desde presuntas inconstitucionalidades (que habían sido ya desmentidas) y presuntas violaciones de tratados internacionales (también desmentidas) hasta comparaciones novedosas, como la que sostuvo un paralelismo entre una mujer embarazada y una perra preñada o entre los humanos y los marsupiales.
Las exposiciones, por mención y por omisión, también dejaron el claro el peso de las presiones de los sectores antiderechos sobre los votos, sobre todo la de los obispos arengando a sus fieles en los púlpitos de las iglesias del interior y demonizando a los diputados a favor de la ley.
«Este proyecto habla de los derechos de las mujeres, de ampliarlos. Nunca nadie puede arrepentirse de ampliar derechos (…) nadie puede ver amenazada su carrera política por ampliar derechos», dijo la diputada radical Karina Banfi.
«Escuché argumentos de los varones que van a votar en contra porque no están incluidos en la decisión de la práctica de un aborto. Pueden enojarse, pelearse, separarse, odiar a esa mujer toda la vida. Lo que no pueden hacer es pedirle al Estado que la meta presa porque no quiere esa mujer tener un hijo de ustedes», añadió.
El aborto clandestino es desde hace décadas la primera causa de muerte materna. El Proyecto de Ley es integral y contempla educación sexual, acceso a anticoncepción gratuita, cuidados a todas las personas gestantes que deciden abortar y acompañamiento psicológico. La criminalización del aborto solo da como resultado abortos inseguros y la muerte de mujeres, señaló la diputada misionera Cristina Brítez.
Trece años de Campaña Nacional por el Aborto, 108 horas de exposiciones, 724 expositores en plenario de Comisiones, más de 20 horas de discusión en el recinto de la Cámara de Diputados son los números que intentan dar cuenta de un hecho político inédito, trastocador de todas las estructuras: la legalización del aborto se votó por primera vez en el Congreso.
Rodolfo Koé Gutiérrez. Periodista argentino, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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