Un grupo de docentes y profesionales del Programa Internacional ‘Construir el Futuro’, financiado por el Fondo de alfabetización de las Naciones Unidas y aplicado por la ONG Alma Mater Indoamericana, permanecen en huelga de hambre desde hace 21 días, casi en el centro de la histórica Plaza de Mayo, muy cerca de los pañuelos pintados […]
Un grupo de docentes y profesionales del Programa Internacional ‘Construir el Futuro’, financiado por el Fondo de alfabetización de las Naciones Unidas y aplicado por la ONG Alma Mater Indoamericana, permanecen en huelga de hambre desde hace 21 días, casi en el centro de la histórica Plaza de Mayo, muy cerca de los pañuelos pintados que simbolizan la lucha por los derechos humanos en Argentina.
Sorprende enterarse de la razón que los llevó a tan extrema medida de lucha que los coloca entre la vida y la muerte. Sólo siete meses de viáticos impagos a 1.400 alfabetizadores. Cada viático equivale a menuda cantidad de 50 pesos por docente.
Después de año y medio de reclamos infructuosos, medidas legales, acciones administrativas, presiones y conversaciones sin destino, este grupo de trabajadores sociales, decidió arriesgar su salud y vidas en nombre de los 1.600 afectados.
En una pancarta puesta al público en el sitio de huelga, pueden leerse adhesiones de organismos internacionales de relieve y personalidades intelectuales como el lingüista estadounidense Noam Chomsky.
El responsable administrativo de que estos docentes argentinos hayan llegado a tal situación es el Ministerio de Educación, el organismo nacional encargado de sufragar ese minúsculo gasto, con el que esta ONG cumple funciones que el Estado se niega.
El silencio de los medios de la miseria
Si algo llama la atención de este hecho, es el contraste entre la alta exposición periodística escrita y televisiva que tuvieron los promotores y directores de Alma Mater Indoamericana, desde su nacimiento en 2001 y el silencio de medios que los rodea hoy.
En la carpeta de prensa de Alma Mater Indoamericana, se pueden leer unas 80 notas de prensa, algunas con amplio destaque periodísitico, promocionadas por los principales medios comerciales de prensa de Argentina.
AMI, según siglas de la ONG, ha desarrollado por lo menos tres programas de ayuda social de emergencia en los barrios más pobres de la Provincia de Buenos Aires, José C. Paz, Tigre y otros.
En su texto promocional señala: ‘Alma Mater Indoaméricana (AMI) es una ONG, Asociación Civil sin fines de lucro, dedicada al desarrollo sustentable,l a educación y el medio ambiente. Trabaja desde 2001 en las áreas de Hurlinghan y Morón en programas de alfabetización, logrando resultados que fueron recogidos por la UNESCO como patrón para experiencias en otros países.
También con UNESCO se realizó un programa de capacitación para directores de escuelas.’ (Clarín, 10 de abril 2003) AMI trabaja con ayuda de la Organización Internacional del Trabajo para la erradicación del trabajo infantil, sobre el cual realizaron estudios propios en 2001 y 2001, cuando la crisis del capitalismo argentino hizo pasar la explotación infantil de 250.000 niños a casi 1.500.000 niños explotados y apartados de sus derechos.
El silencio actual alrededor de la huelga de hambre de los profesionales de AMI, es la otra cara de la moneda de la alta exposición mediática anterior. Antes, fue un ejemplo a mostrar que los medios comerciales usaron para lavarse las caras ante la hecatombe social sufrida. El rating también tiene cara de miseria.
Hoy, los medios no se atreven a darle algunos centímetros de espacio a la huelga de hambre de AMI por el pago de simples 350 pesos de viáticos por docente, porque pondrían en riesgo la tajada de publicidad del Gobierno contable en alrededor de 150 millones de pesos anuales. La miseria de los medios.