En la Oficina de Minas de los Estados Unidos (1910-1996) estaban convencidos que “los productos minerales son una medida del progreso de la humanidad, y que su posesión y control son de importancia básica al desarrollo económico del mundo actual”.
Con el detalle de que la humanidad que dirige Newmont Mining Corp. con sede en Denver, Colorado, es propietaria de minas en Australia, Indonesia, Ghana, EEUU, Nueva Zelanda y Perú, con ingresos declarados en 2020 por valor de 11.49 mil millones de dólares. En 2022 la empresa minera Peñasquito ubicada en el municipio de Mazapil, Zacatecas, generó dos mil 800 millones de dólares en ventas, un 17% menos que el año anterior porque la producción se retrasó tantito.
La humanidad que trabaja en el tajo abierto de la mina de oro más grande de México y clasificada como gigante a nivel mundial, reclama el cabal cumplimiento del contrato colectivo y reconocer los derechos laborales de más de 2 mil trabajadores. En concreto y, según declaró Nahir Velasco, coordinador jurídico del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, el cumplimiento de las cláusulas 5, 7 y 11 del Contrato Colectivo de Trabajo relacionadas con la contratación de personal para las operaciones desde 2019. Los representantes de Newmont han rechazado de manera indiscriminada a los candidatos presentados por el sindicato para cubrir las plazas vacantes y han incumplido con el pago completo de los días festivos laborados por 12 horas dobles. Sólo los paga por 8 horas, declaró en un comunicado del día 7 de junio el Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana. Además la empresa se abstiene de cumplir medidas preventivas para evitar daños a la salud y riesgos para la vida de los mineros.
Definitivamente, tratándose de la misma humanidad tienen intereses y necesidades diferentes.
Preparados para una huelga prolongada
Los directivos de la mina de oro, zinc y plomo Peñasquito, tuvieron la iniciativa de proponer una votación entre los trabajadores, convencidos de que la huelga que desde el 7 de junio mantienen los trabajadores mexicanos afiliados a la sección 304 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, empezaría a mostrar signos de cansancio y las consiguientes fisuras en la unidad obrera.
El evento tuvo lugar en las afueras de la mina el viernes 23: mil 962 mineros participaron en la votación, mil 949 votaron por seguir en huelga, nueve en contra y 4 anularon su voto.
Los trabajadores mineros declararon estar listos para una huelga prolongada y cuentan con un fondo de resistencia y el apoyo de los mineros organizados en las demás secciones del Sindicato.
El semidesierto del municipio de Mazapil, Zacatecas, había sido territorio chichimeca, o sea, para la gente del Valle de México “los del linaje del perro”. Pueblos de cazadores recolectores nómadas que tenían bronca con los zacatecas y otros vecinos de la región. Con la presencia de mercenarios españoles hacia 1567, la guerra cambió sus códigos: impuesta a los pueblos ahora sería por la posesión del territorio, guerra impulsada por la codicia, por la búsqueda frenética del beneficio económico, por la explotación de las minas de plata. De acuerdo a las noticias que el oidor Francisco de Alarcón remitió al rey de España Felipe II, las minas de Mazapil eran consideradas de gran valor por su producción argentífera. Rápidamente siguió la colonización: más de 150 españoles se asentaron en las minas para servir de ejemplo a los guachichiles y convertirlos al sedentarismo y al cristianismo.
Ese proceso de sumisión y domesticación no tuvo resultados durante las tres décadas siguientes, pero la barbarie capitalista había comenzado su ciclo de crímenes y acumulación por desposesión del territorio.
FUENTES:
La Jornada (24 de junio);
Bloomberglinea.com (14 de junio)