La complicidad de Ibarra con intereses empresariales es algo que ya no puede ocultar, por más que hable de tecnicismos y estructuras burocráticas. Por ejemplo: Ibarra habló de dejar los locales que funcionan en los sectores conocidos como UP -Urbanización Parque- por considerar que causan menos perjuicios al entorno que los rodea. Ibarra […]
La complicidad de Ibarra con intereses empresariales es algo que ya no puede ocultar, por más que hable de tecnicismos y estructuras burocráticas.
Por ejemplo: Ibarra habló de dejar los locales que funcionan en los sectores conocidos como UP -Urbanización Parque- por considerar que causan menos perjuicios al entorno que los rodea.
Ibarra está favoreciendo a empresarios que funcionan sin habilitación, usurpando espacio y propiedad pública, gracias a la entrega de dicho espacio que propició el intendente Grosso en los 90.
Las pruebas de la complicidad entre los recaudadores de Ibarra y los empresarios del espectáculo son abrumadoras.
Lo mismo ocurre con la falta de seguridad laboral en las empresas, la seguridad sanitaria en la producción de alimentos o la seguridad vial.
¿Qué pasa con el vice-jefe de gobierno, Telerman? ¿Está vinculado comercialmente a Chabán como se viene afirmando; y como inquirió el diputado Héctor Bidonde, quién denunció que Ibarra y el vicejefe, Jorge Telerman, «conocen bien a Omar Chabán»?
El vicejefe Telerman es integrante de las «industrias culturales», que ha reemplazado el salario del artista por el ingreso «a boletos vendidos», promoviendo la superexplotación laboral y el hacinamiento del público que concurre a los espectáculos.
Poco antes de la tragedia, Ibarra había celebrado con la Cámara de Empresarios del Espectáculo de la Ciudad la decisión de otorgarles a ellos el control en sus actividades.
El «golpe institucional» del que hablan Abuelas y Madres de Plaza de Mayo -línea fundadora-, vinculadas políticamente a Ibarra, es en realidad un auto-golpe concensuado entre Kirchner, Duhalde, Macri e Ibarra para imponer al criminal político Juan José Álvarez, responsable de la Masacre de Avellaneda.
Los Ibarra, los Álvarez y los Macri sólo quieren ganar tiempo y quemar pruebas
No hay que olvidar que Ibarra gasta millones comprando patrulleros y pertrechos a la Federal, para cumplir con la mano dura que exigen los sectores de derecha; y que en los dos días de sesiones de la legislatura volvieron a reclamar, exigiendo que para que el estado cumpla el poder de policía, en lo referente a la inseguridad, se reprima a prostitutas, vendedores ambulantes y cuidacoches.
El «rigor» y el «orden» que agitan los macristas y Álvarez no va dirigido a restituir la seguridad del pueblo, golpeada por los monopolios capitalistas. Lo que quieren reconstruir es la autoridad del Estado que defiende a esos pulpos
Porque a la hora de controlar los locales, saltan coimas, encubrimientos, «traslados y reacomodos de funcionarios sospechosos y obvias omisiones.
No se trata si las unidades del SAME tienen más o menos oxígeno o quién controla las derivaciones a los hospitales, como pretenden los diputados macristas. Es sólo una cortina de humo.
Nadie puede tomar en serio las críticas de los «macristas» que son expresión directa de los mismos intereses empresariales a los que sirve Ibarra.
Se trata que, de común acuerdo, se favorece políticamente a Macri, quién capitalizará toda esta crisis en las próximas elecciones ya que Ibarra no puede ser reelecto por un tercer período; pero debe haber un continuismo en los acuerdos previos de «gobernabilidad», es decir: Código Contravencional y represión a los sectores empobrecidos y marginados de la ciudad, mientras se ejecutan los negociados
Más allá de las formas, el «ibarrismo» y el «macrismo» están de acuerdo en lo esencial y sólo disputan por ven quién se queda con la «gran caja» de los negociados del espectáculo, del turismo, inmobiliarios, etc.
Basta con recordar el desalojo del ex Padelai. Para el gobierno de Ibarra nada importó. Tan apurados estaban en hacer sus negocios inmobiliarios, que comenzaron la demolición parcial del Padelai sin siquiera esperar que terminara el violento desalojo, ni permitir a los desalojados que sacaran sus escasas pertenencias. Detrás de ese desalojo hay un negocio inmobiliario grandísimo, impulsado por el gobierno municipal y la Corporación del Sur.
El programa «Buenos Aires y el Río», anunciado por los funcionarios del Gobierno de la Ciudad, en marzo de 2003, es un verdadero «modelo» de entrega del patrimonio urbano *y de los recursos presupuestarios* a los especuladores financieros e inmobiliarios.
El proyecto contempla una serie de emprendimientos «públicos y privados», con dos conjuntos centrales. Uno de ellos ocupará las 70 hectáreas de la ex Ciudad Deportiva de La Boca, «en el extremo sur de Puerto Madero y lindero a la Reserva Ecológica» (Página/12, 16/6/2003).
El predio fue adquirido «por el grupo Irsa (Soros) para desarrollar un proyecto de viviendas dirigido a los sectores de mayores recursos». Allí se asentarán «torres de 30 pisos que tendrán acceso a las marinas dispuestas en el hall central (ya que) todo el predio tiene un carácter isleño» (ídem).
El proyecto de Soros usufructuará el entorno natural creado por la Reserva Ecológica; claro que, al mismo tiempo, contribuirá a envilecerla y contaminarla como patrimonio público de la ciudad.
Por eso, no es nada casual el «asentamiento» creado en el límite de la Reserva Ecológica y el predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca, que «vendió» Macri, a la vez presidente del Club. Es la punta de lanza para usurpar dicho espacio público y «urbanizarlo».
Cromagnón puso de relieve hasta qué punto este régimen de la ciudad está agotado. Con los Ibarra, los Telerman, los Macri y los Álvarez no habrá justicia, no habrá seguridad.
Solo habrá buenos negocios.