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Identifican los restos de otro normalista desaparecido de Ayotzinapa

Fuentes: Agencias

La Fiscalía mexicana ha informado de que la investigación de la Universidad de Innsbruck (Austria) sobre los restos hallados en un basurero ofrece «indicios» de que uno de los restos analizados correspondería a otro de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala hace casi un año. En una comparecencia de prensa, la fiscal Arely Gómez ha […]

La Fiscalía mexicana ha informado de que la investigación de la Universidad de Innsbruck (Austria) sobre los restos hallados en un basurero ofrece «indicios» de que uno de los restos analizados correspondería a otro de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala hace casi un año.

En una comparecencia de prensa, la fiscal Arely Gómez ha dicho que «existen indicios que establecen posible correspondencia» entre uno de los restos y el ADN de la madre del joven Jhosivani Guerrero de la Cruz, después de que en diciembre de 2014 se anunciara la identificación de los restos de su compañero Alexander Mora Venancio.

Gómez, titular de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), ha recalcado que los nuevos resultados de Innsbruck «robustecerán» la investigación oficial y «generarán criterio jurídico» al juez del caso.

Jhosivani Guerrero de la Cruz, que tenía 19 años cuando desapareció y era originario de la comunidad de San Juan Omeapa, era el hijo más pequeño de siete de un matrimonio de campesinos, según la prensa mexicana.

La fiscal ha señalado también que la PGR ha comunicado «estos resultados a los abogados que representan a los padres de familia y al Equipo Argentino de Antropología Forense», que estuvo sacando muestras del basurero de Cocula, donde según la versión oficial fueron quemados los jóvenes, y del Río San Juan, al que presuntamente fueron lanzadas cenizas en una bolsa.

Además, Gómez ha anunciado que se creará «un equipo de trabajo conformado por especialistas, médicos, antropólogos y genetistas» para que junto con los forenses argentinos y los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que llevan medio año investigando el caso puedan volver a revisar «los más de 63 fragmentos óseos que fueron recolectados» en esos lugares.

El objetivo de este grupo será «hallar nuevos fragmentos viables para la identificación por cualquier método» que «serían enviados en una nueva solicitud a la Universidad de Innsbruck», considerada la mejor del mundo en la identificación «de ADN de personas a partir de fragmentos con alto nivel de deterioro».

Entre otros métodos, el instituto austríaco usa pruebas de ADN nuclear y mitocondrial.

Según la versión de la PGR -muy cuestionada en el reciente informe de expertos de la CIDH-, el 26 de setiembre de 2014 un grupo de policías disparó en Iguala (Guerrero) contra decenas de alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, dedicada a la formación de maestros, por órdenes del entonces alcalde esa localidad, José Luis Abarca, con un saldo de seis muertos y 25 heridos.

Los policías, que estaban a sueldo del cártel Guerreros Unidos, capturaron a 43 jóvenes y los entregaron al grupo criminal, que los asesinó e incineró en Cocula.

Diecisiete restos óseos hallados allí fueron enviados el año pasado a Innsbruck para su análisis.

La Fiscalía mexicana reveló el 7 de diciembre del pasado año que el ADN encontrado en uno de los restos calcinados, comparado con los perfiles genéticos de todos los familiares de los jóvenes desaparecidos, correspondía al joven Alexander Mora Venancio, de 21 años.

En un informe presentado hace diez días, la delegación de expertos de la CIDH que investiga el caso cuestionó la versión de que los cadáveres de los jóvenes fueron quemados en un basurero y señaló graves irregularidades en la investigación.

Además, reveló que el traslado de droga oculta en uno de los autobuses tomados por la fuerza aquella noche por los estudiantes para trasladarse a una manifestación en Ciudad de México pudo ser el móvil del ataque.