Nuevas organizaciones sociales se incorporaron hoy a la vigilancia popular de la Asamblea Constituyente de Bolivia, cuyo lento avance de sus deliberaciones relacionan con maniobras obstruccionistas de minorías opositoras. A saber, 188 de los 255 delegados de ese foro tienen relación con 16 agrupaciones, ante las cuales están en la obligación de responder, al margen […]
Nuevas organizaciones sociales se incorporaron hoy a la vigilancia popular de la Asamblea Constituyente de Bolivia, cuyo lento avance de sus deliberaciones relacionan con maniobras obstruccionistas de minorías opositoras.
A saber, 188 de los 255 delegados de ese foro tienen relación con 16 agrupaciones, ante las cuales están en la obligación de responder, al margen de su filiación política.
En la capital histórica de la nación andina, ya se han instalado grupos que reúnen a maestros, empresarios, choferes, campesinos, prodctores de hoja de coca, indígenas, periodistas, militares, religiosos y dirigentes sindicales, entre otros.
De acuerdo con estadísticas de la directiva de ese foro, el 73 por ciento de los 255 asambleístas tiene algún vínculo con los sectores sociales más representativos del país.
En declaraciones al diario Los Tiempos, del central departamento de Cochabamba, el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada, señaló que en el caso del Movimiento al Socialismo (MAS), esa relación es sólida y se basa en frecuentes contactos con sus aliados en las bases sindicales del país.
También para los dirigentes de los productores de coca en el Chapare, Julio Salazar, y de los maestros rurales, Félix Machicado, ese pacto tiene raíces ideológicas, «pues todos somos antimperialistas y abogamos por la dignidad nacional».
Otro lado de esos nexos, agregaron, son las discusiones sobre las necesidades concretas de cada sector, lo que le da un sentido práctico a las relaciones.
Salazar adelantó incluso la reunión esta semana de los agricultores para elaborar un proyecto de modificación al régimen cocalero y ponerlo en manos de los asambleístas.
También Machicado aseguró que los maestros rurales presentarán en breve propuestas relacionadas con una legislación educativa.
. De su parte, el partido Concertación Nacional admitió que su relación con delegados del foro le permitirá hacer respetar su voz en la futura Constitución, cuyo proyecto deberá estar listo en un año.
Con unos seis constituyentes, la Confederación Nacional de Transportistas reunirá en Sucre a sus afiliados para pedirles que defiendan sus conquistas en la carta magna.
Otros constituyentes también responden a organizaciones patrocinadas por alcaldes y prefectos bolivianos.
Con nueve curules, el alcalde paceño, Juan del Granado, es quien controla la mayor cantidad de representantes, quienes llegaron al foro a través del pacto con el MAS de su partido, Movimiento Sin Miedo (MSM).
En opinión del senador del MAS Antonio Peredo la vigilancia social sobre ese foro expresa al poder ciudadano, que está por encima del ejecutivo, el legislativo y el judicial.
La soberanía reside en el pueblo y su poder tiene facultades de control sobre el resto, precisó, al anunciar que ese partido busca institucionalizar en la nueva Constitución el poder popular.
Añadió que esa fiscalización ciudadana deberá reconocer la diversidad de las comunidades bolivianas, entre ellas la agraria, la de los pueblos originarios y también las juntas de vecinos y de padres de familia en las escuelas.
La Asamblea Constituyente retoma hoy sus sesiones con marcada lentitud en temas cruciales, como la aprobación de un reglamento de debate, vital para el resto de las decisiones.
Asimismo deberán definir si ese foro es originario o derivado.
Para el MAS, la decisión de aprobar por mayoría absoluta y no los dos tercios que propone la oposición es cardinal para refundar el país.
La pasada semana, el presidente boliviano, Evo Morales, denunció públicamente que con unos 11 millones de dólares, sectores oligárquicos y empresas transnacionales conspiran contra la Constituyente.
En ese sentido instó a las organizaciones sociales a que se movilicen hacia Sucre, con el fin de someter a ese foro a una vigilancia popular.