Internet, que ha sido dominada por el inglés desde su nacimiento, está a punto de dar un gran paso para convertirse en una red verdaderamente global. A partir del lunes, los cibernautas podrán probar direcciones de Internet en 11 idiomas que no usan el alfabeto romano, el cual es utilizado en el español, inglés […]
Internet, que ha sido dominada por el inglés desde su nacimiento, está a punto de dar un gran paso para convertirse en una red verdaderamente global.
A partir del lunes, los cibernautas podrán probar direcciones de Internet en 11 idiomas que no usan el alfabeto romano, el cual es utilizado en el español, inglés y la mayoría de las lenguas de origen europeo.
Este cambio significa que el sufijo de nombre de dominio, la parte de una dirección de Internet que va después del punto, como el «com» o «org», ahora puede ser escrito en lenguas como japonés o hindi.
Hasta ahora, esa parte de la dirección tenía que usar el alfabeto romano, siguiendo el sistema de direcciones de Internet establecido por la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (Icann por sus siglas en inglés), una entidad privada sin fines de lucro. En 2003, Icann permitió que el nombre de dominio de segundo nivel, la parte que precede al punto, pudiera escribirse en estos lenguajes.
«Hay 1.000 millones de personas en Internet, lo que significa que hay 5.000 millones que no están», dijo Paul Hoffman, un programador estadounidense que creó los estándares que componen la llamada internacionalización de los nombres de dominio. Los nuevos nombres «no son para los usuarios actuales, sino para los próximos 1.000 millones».
El tema está cargado de tensiones geopolíticas. En años recientes, muchos usuarios han reclamado el derecho de tener nombres de dominio en su propio lenguaje. Su argumento es que su cultura y uso de Internet están siendo complicados por el requerimiento de aprender inglés.
La controversia también atañe el descontento de que el sistema de nombres de dominio sea manejado por EE.UU. Icann responde ante el Departamento de Comercio y se encarga de aprobar nuevos sufijos, entre otros asuntos técnicos.
Icann accedió a implementar la internacionalización de los nombres de dominio en 2000. Pero su progreso fue lento, debido a las consideraciones técnicas y demoras burocráticas al tratar de coordinar tantas entidades de países diferentes. Algunos críticos del proceso dicen que el tema no fue una prioridad para Icann.
Muchos países, entre ellos varios árabes, China y Corea del Sur, así como entidades privadas en Europa, perdieron la paciencia y crearon sus propios nombres de dominio independientes de Icann. Estos sistemas, conocidos como raíces alternativas, pueden crear confusión al generar nombres duplicados o múltiples direcciones para los mismos sitios.
«Los países árabes no quieren raíces alternativas», asegura Baher Esmat, un ex funcionario del ministerio de Comunicaciones y Tecnología de la Información de Egipto, quien ahora se desempeña como representante de Icann en El Cairo. «Sólo queremos nuestros códigos de país en árabe. Si eso sucede, entonces no hay razón para continuar» con las raíces alternativas, dijo. Los códigos de país son el nombre de dominio asignado a cada país, como «.co» para Colombia.
Además, agregó Esmat, «los usuarios potenciales de Internet (en esos países) no podrán usar Internet a menos que esté en su lengua nativa».
Por su parte, algunos críticos de la internacionalización argumentan que permitir el crecimiento de otros lenguajes en la Web, en particular aquellos que no usan el alfabeto romano, equivale a fragmentar Internet, ya que alienta el uso regional alrededor de un lenguaje local, en vez de una interacción global basada en un lenguaje popular como el inglés.
Las compañías que venden nombres de dominio, tanto mayoristas como minoristas, esperan una bonanza apenas se aprueben los nombres. El registro de nombres de dominio está en auge: ha crecido 31% en el segundo trimestre frente al año anterior, según VeriSign Inc., una empresa de registro que maneja «.com» y «.net».
El grueso de ese crecimiento proviene de códigos de país, como el «.cn» de China, el cual se más que cuadruplicó en comparación a 2006.
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