Dos enfoques sobre Internet. Uno acerca de la labor periodística, el acceso a las fuentes de información y los resguardos que deben tomarse en tal sentido. Otro sobre los peligros que la Web encierra para los niños y niñas y las medidas para prevenirlos. Ambos hablan de aperturas y posibilidades. También de nuevas preguntas, desafíos y riesgos.
En la mayoría de los países de América latina y el Caribe no existe una legislación, ni normas ni políticas públicas para enfrentar con éxito los problemas derivados de la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes -Escnna por su siglas- estimulado por la explosión de la llamada Web 2.0 y sus «redes sociales». Esta ausencia convierte a nuestros pequeños en poblaciones vulnerables frente a estos delitos y a muchos de nuestros países, en potenciales paraísos para la ejecución de la Escnna, ante la persecución que éstos tienen en algunas regiones como Estados Unidos y Europa.
La aprobación en el año 2008 de leyes contra estos delitos en Brasil y Argentina (http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/140000-144999/141790/norma.htm) debería estimular a otras naciones a tomar medidas similares para enfrenar esta violación a los derechos de Intimidad y Privacidad y propiciar un Internet seguro. Estas legislaciones están a la par de las tendencias mundiales donde se penaliza no sólo la tenencia, sino también la producción de pornografía.
En Venezuela, si bien no existen leyes específicas sobre este delito, hay instrumentos jurídicos que protegen de manera puntual a los niños, niñas y adolescentes tales como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (http://www.analitica.com/bitblio/anc/constitucion1999.asp), la Ley Orgánica para la protección del niño, niña y del adolescente -Lopna- (http://www.tsj.gov.ve/informacion/miscelaneas/lopna_prologo.html), la Ley Especial contra delitos informáticos (http://www.gobiernoenlinea.ve/docMgr/sharedfiles/LeyEspecialcontraDelitosInformaticos.pdf.) y la Ley para la protección de niños, niñas y adolescentes en salas de Internet, videojuegos y otros multimedias (http://web.laoriental.com/Leyes/L113n/L113nT0Cap3.htm).
De acuerdo a Susana Finquelevich, un informe de la Red de Agencias de Noticias por los Derechos de la Infancia (ANDI) de América latina «calcula que anualmente un millón de niñas y niños son inducidos al mercado sexual, que incluye pornografía infantil, explotación sexual comercial y otras actividades». Asimismo agrega que la mayoría de los investigadores coinciden en calificar como «factores contribuyentes» de este delito a los siguientes: exclusión y pobreza, inequidad en la distribución de la riqueza, desintegración familiar, carencia de educación, pautas culturales que fomentan la dominación de un género sobre otro, discriminación, consumismo, tráfico de drogas, prácticas tradicionales nocivas, tráfico de niños, las migraciones de zonas rurales a áreas urbanas y el comportamiento sexual irresponsable de los adultos.
Una iniciativa a favor de esta causa es la Red de América latina por el derecho de los niños, niñas y adolescentes a un uso seguro de las TIC en la cual participan: Costa Rica (http://paniamor.or.cr/), Colombia (http://www.fundacionrenacer.org/), Argentina (http://www.chicos.net/asociacion/), Uruguay (http://www.gurisesunidos.org.uy/), Chile (http://www.paicabi.cl/), Paraguay (http://www.globalinfancia.org.py/), Perú (http://www.ecpat.net/EI/index.asp) y Venezuela (http://www.grupomanos.es.tl/).
Para contribuir con esta causa, el 10 de febrero fue instaurado como el Día de Internet seguro a nivel mundial. Para el año 2009 el tema seleccionado fue el ciberbullyng, una forma de violencia que sufren los niños, niñas y adolescentes que consiste en situaciones de acoso e intimidación a través de Internet, el celular o los videojuegos. Desde ese día, 56 organizaciones en el mundo desarrollan actividades con el fin de sensibilizar a la población en el uso responsable de las TIC.
Urge entonces desarrollar en América latina y el Caribe leyes, políticas públicas e iniciativas que se orienten a combatir este delito con una visión integracionista del tema, que favorezca la puesta en práctica de herramientas correctivas y preventivas en la región a través de organismos como el Mercosur, el Alba, el Grupo de Río y Unasur, entre otros, donde participe el sector público y el privado en aras de una Internet segura y sana para nuestros niños, niñas y adolescentes.
Finalmente, la batalla contra la Escnna debe involucrar en primer lugar a la familia. De igual modo, la escuela y los medios de comunicación están llamados a contribuir en este combate, por cuanto Internet «es una herramienta muy valiosa que aporta grandes ventajas y oportunidades pero que, sin embargo, encierra un gran peligro para los niños, pues es un lugar donde todas las puertas están abiertas», tal como lo señala Blanca Fernández en la Web de la Asociación de Internautas de España (http://www.internautas.org/html/5381.html), portal que apoya esta campaña en el mundo hispano.
* Economista y periodista venezolana, Docente e investigadora de la Facultad de Arte de la Universidad del Zulia.