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China y Argentina celebran 50º aniversario de sus relaciones diplomáticas

Inversiones chinas en Argentina

Fuentes: Rebelión

El gobierno en busca de inversiones chinas para grandes proyectos mineros.

El embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, destacó el miércoles 21 de setiembre en la ceremonia de inauguración de la feria China Mining, que el objetivo del gobierno es que el país cuente con «un modelo minero propio que otorgue reglas claras, brinde previsibilidad y garantice seguridad jurídica a grandes inversiones de largo plazo provenientes de China». 

«Nuestro Gobierno concibe a la minería como una actividad que debe siempre colocar en el centro al pueblo, contribuyendo a satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras. Creemos firmemente en la necesidad de un equilibrio entre desarrollo económico, cuidado del ambiente y uso racional de nuestros recursos naturales», dijo Vaca Narvaja al exponer en la ceremonia del evento que se desarrolló en la ciudad de Tianjin. 

La actual administración se encuentra «desarrollando una serie de políticas que queremos que otorguen un mayor atractivo al sector», explicó el embajador al confiar en que «la industria minera jugará un rol decisivo en el desarrollo económico y ofrecerá oportunidades para las regiones más aletargadas de la Argentina, por lo cual es importante cooperar fuertemente con China en este sector». 

«La Argentina es una tierra de oportunidades para el sector minero», aseguró Vaca Narvaja -el único orador extranjero de la ceremonia por representar a un país patrocinador- al reseñar la existencia en su potencial geológico de importantes recursos metalíferos y no metalíferos y un extenso territorio aún por explorar, y para lo cual la cartera nacional armó un pabellón virtual con información para inversores en español, inglés y chino y la web www.argentina.gob.ar/produccion/china-mining-2022 

Ante la certeza de que la minería tiene como grandes características ser una actividad de alto riesgo y planeamiento de largo plazo, el embajador aseguró que el Gobierno es consciente de que «lo más importante para este sector es generar certidumbre y reglas claras», y para eso trabaja «mediante medidas de acompañamiento concreto a las inversiones, como el Régimen de Fomento a las Grandes Inversiones en el sector. 

«Estamos trabajando en más medidas de este tipo y estoy seguro de que pronto tendremos más detalles y novedades para anunciarles a todos los inversores chinos», aseguró al enfatizar que el objetivo «es que Argentina cuente con un modelo minero propio que otorgue reglas claras, brinde previsibilidad y garantice seguridad jurídica a grandes inversiones de largo plazo provenientes de China». 

«China jugará un papel clave en el desarrollo minero argentino. A 50 años del establecimiento de nuestras relaciones, nuestros países se encuentran en un excelente momento en sus relaciones bilaterales», agregó al recordar que la Asociación Estratégica Integral y la reciente adhesión a la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda dan un marco político propicio para seguir confiando e invirtiendo. 

En otro tramo de su discurso, Vaca Narvaja reseñó que la Argentina está impulsando un plan de electro-movilidad, el cual otorgará beneficios a las inversiones en proyectos productivos que usen al litio como materia prima. 

«Tenemos varios proyectos en construcción para la producción de carbonato de litio en nuestro país liderados por empresas chinas. De hecho, de los nueve proyectos mineros de capitales chinos en nuestro país, seis corresponden a proyectos de extracción de este mineral», destacó en referencia a los emprendimientos Tres Quebradas y Laguna Verde, en Catamarca; Cauchari y La Providencia en Jujuy; y Mariana y Centenario Ratones, en Salta. 

Finalmente, destacó que a nivel global, «Argentina tiene potencial para hacer crecer su capacidad productiva minera con más de 250 prospectos u ocurrencias minerales en zonas con alto potencial geológico», cuya puesta en marcha «consolidará el rol de Argentina en el mercado internacional y promoverá provincias más fuertes, más trabajo, más educación, más infraestructura, mejores obras y una mejor calidad de vida». 

La inversión de empresas chinas en la minería argentina alcanzó, desde 2020, los US$ 2.618 millones, en tanto que los anuncios de fusiones y adquisiciones que involucran capitales de ese país en el sector sumaron US$1.756 millones, lo que reflejó la creciente relevancia en la actividad local con proyectos de litio y metalíferos en avanzado estado de desarrollo. 

China apuesta a la industrialización del litio en la Argentina

Durante los primeros días de febrero, el presidente Alberto Fernández viajó a China, en el marco del 50º aniversario de las relaciones bilaterales entre ambos países. 

El primer mandatario fue recibido por su par chino, Xi Jinping, en el inicio de los Juegos Olímpicos de invierno que, por otro lado, Estados Unidos buscó boicotear. 

El inicio del 2022 también comenzó con la asunción de Argentina como presidente de la CELAC, organismo clave para la unión de Latinoamérica y el Caribe. 

Por todos estos motivos, el viaje de Alberto Fernández tomó una perspectiva geopolítica y, a la vez, prometió inversiones estratégicas en una industria clave para los años futuros en el país y en el mundo: el litio. 

YPF ya concretó la conformación de una filial dedicada a este mineral clave para la transición energética. Argentina se encuentra dentro de las 3 mayores reservas de litio del mundo. 

Argentina y China son socios estratégicos en la producción de baterías de litio y vehículos eléctricos 

El presidente de la Nación, Alberto Fernández firmó un memorándum de entendimiento (MOU) con el CEO de la empresa china Jiankang Automobile Co. Dicha compañía automotriz produce vehículos eléctricos. El grupo chino forma parte del Grupo Gotion High Tech, en el que su actividad principal es la fabricación de baterías Ion-litio para Electromovilidad. 

En la Agenda de Gobierno Argentino, se encuentra el desarrollo tecnológico con el Gigante Asiático -China- el que “apunta a integrarse con la industria nacional y las redes locales de ciencia y tecnología, para generar más desarrollo tecnológico y empleo en el país”. El CEO de la empresa china, Zhang Yue, y su director de Comercio Exterior, Jun Peng, quienes llegaron a la Argentina para conocer la potencialidad productiva existente y evaluar diferentes opciones junto al gobierno nacional y diferentes actores públicos y privados. El interés del inversor alcanzaría tanto a la Minería Del Litio, como a la fabricación de baterías y buses eléctricos a partir de una coordinación y complementación con capacidades existentes. 

La cartera productiva detalló que la reunión es parte del cronograma establecido tras la firma del memorándum entre el Ministerio de Desarrollo Productivo y la empresa china, con el apoyo del embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja “.El MOU establece el compromiso de apoyar a Jiankang Automobile en la provisión para sus negocios, que a su vez deberá tener una contraparte de instalación y despliegue industrial de la electromovilidad en Argentina. 

El memorándum con la Argentina representaría la primera inversión de la firma fuera de China y en caso de confirmarse se tratará de la primera fábrica de baterías de litio en América Latina. 

Donde además se impulsa a través de los gobernadores provinciales el incentivo a la utilización de estas nuevas tecnologías. 

Jiankang Automobile Co. es parte del Grupo Industrial Gotion High Tech, que es uno de los cuatro grandes fabricantes del sector electromovilidad y posee ocho fábricas de baterías de ion-litio, vehículos eléctricos y equipamiento auxiliar. Gotion High Tech mantiene convenios con Volkswagen China, con la autopartista alemana Bosch y con Pacific Green de Estados Mexicanos los cuales están exportando vehículos y baterías a todo el mundo. 

Argentina: una de las reservas más grande de litio

Argentina cuenta con una de las más grandes reservas de litio del mundo; ubicadas principalmente en las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta, formando parte del Triángulo junto a Chile y Bolivia donde se encuentran el 80 % de las reservas de litio del planeta. También existe litio en roca en San Luis, aunque en este caso es más que costoso obtenerlo, pero también tiene una gran importancia estratégica. 

Nuestro país ocupa el 4º lugar de explotación de este mineral detrás de Australia, Chile y China, con un gran crecimiento de los últimos años, incrementando las reservas detectadas. Recientemente, el servicio geológico de los Estados Unidos, destacó que la Argentina, “es el país con mayor cantidad de recursos con potencial valor económico».  Por otro lado, el Servicio Geológico de China tiene una fuerte cooperación con la carta de geología de Salta a través del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR). 

¿Y por qué este elemento es tan importante?

Porque es un componente prácticamente irremplazable para las baterías que usan no solamente los celulares y las computadoras sino es el elemento vital de las nuevas tecnologías como lo son las automotrices, en la fabricación del transporte eléctrico, la Inteligencia Artificial (IA) la cual va almacenando esta energía renovable y la que reemplazará a la producida por la energía fósil. 

Para el Gobierno Nacional y algunas provincias de la República Argentina, resulta clave participar de la cadena productiva en el agregado de valor, que permita el desarrollo de nuestro país, y no repetir el modelo histórico de ser exportador de materias primas. Pero para que Argentina tenga la tecnología de la batería de litio, hacen falta años de inversión en educación técnica de alto nivel junto a políticas de atracción de inversiones de capitales privados del sector automotriz, realizando todo esto de manera articulada entre el Gobierno Nacional y las Provincias. 

Este año se comenzó a tratar en el Congreso el nuevo Proyecto de Ley de Electromovilidad, que debería establecer reglas a largo plazo para la producción, importación y venta de vehículos electrificados en Argentina e impulsar con los Gobiernos Provinciales la parquización de las nuevas unidades. 

El Gobierno firmó un acuerdo con China para la construcción de una red de gasoductos en Vaca Muerta 

El jueves 13 de mayo, el ex secretario de Energía, Darío Martínez, firmó un memorándum de entendimiento con los ejecutivos de Powerchina y Shanghai Electric Power Construction. Se trata de un proyecto para la construcción de una red de gasoductos nacional desde Vaca Muerta, que sería financiado por bancos chinos. 

De concretarse esta obra, podrían sustituirse las actuales importaciones de gas natural licuado (GNL), según dijo el secretario, «la declinante producción del gas boliviano y la importación de combustibles líquidos que hoy queman las usinas térmicas, ahorrando 1.150 millones de dólares anuales en divisas al país”. 

“Este es el primer paso para la concreción de una verdadera red de gasoductos que permitirá simultáneamente evacuar la producción nacional de gas para abastecer los centros de consumo y nuestras centrales térmicas”, afirmó Martínez. 

Geopolítica productiva: las inversiones de China y las presiones de Estados Unidos 

Por Diego Moneta 

El loteo horizontal que acordó el Frente de Todos de las distintas áreas del Estado, incluyendo las embajadas, siempre parece estar al borde de romperse -y son varias las veces que debió reacomodarse desde diciembre 2019. En materia internacional, en general ha sostenido un cuidado equilibrio entre el rol de Argentina en América Latina, las relaciones bilaterales con las potencias y la política de Derechos Humanos. Sin embargo, ante un contexto de urgente necesidad de dólares, la disputa siempre latente vuelve a cobrar notoriedad pública por diversos proyectos productivos que se barajan.  

Hace apenas cuatro meses el senador nacional Oscar Parrilli presentaba una nota en la Comisión Unicameral de Minería, Energía y Combustible solicitando que se cite a Gustavo Béliz, en ese entonces secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, para que informe sobre el estado de situación de diversos programas de infraestructura, la mayoría vinculados a algún tipo de acuerdo con China -incluidos en la nueva Ruta de la Seda o en el Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica- y a la desconfianza de autoridades o figuras asociadas a Estados Unidos, entre ellas el propio Béliz. 

Hoy algunos nombres cambiaron y la estructura del Ejecutivo se modificó. Primero fue Silvina Batakis, durante su corto paso por la cartera de Economía, quien buscó disputarle la “lapicera” a la Secretaría de Béliz, a cargo de negociar y aprobar el detalle de los créditos multilaterales y con organismos internacionales. Fue uno de los pedidos expresos de Sergio Massa para asumir, lo que provocó la renuncia del ex ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación al comienzo de la presidencia de Néstor Kirchner. Cabe mencionar que esa potestad históricamente dependía de Economía, pero Alberto Fernández decidió priorizar a Béliz por su relación con los organismos -incluyendo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al que se postuló pero finalmente no consiguió los apoyos suficientes.  

Los proyectos en cuestión, con distintos nivel de desarrollo y en diverso estado de negociación, son los siguientes: la Central Nuclear Atucha III, las represas Chihuido I, Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, el proyecto AMBA I de reforzamiento energético, la Central Térmica Manuel Belgrano II y el proyecto del reactor Carem. Massa buscará acelerar el flujo de divisas, imprimiendo celeridad a los procedimientos restantes en cada caso, si bien sostendrá parte del equipo de Béliz, a quien se lo señalaba por ponerles un freno.  

De las iniciativas destacadas, la represa Chihuido I no tiene relación directa con China, pero sí con uno de sus competidores en la región: Alemania. Es una obra central para el Río Neuquén y fue el motivo del reclamo inicial de Parrilli. La Unión Transitoria de Empresas (UTE) que ganó la licitación está encabezada por la constructora de Eduardo Eurnekian, uno de los vínculos en el empresariado local de Sergio Massa. La traba pasa por el porcentaje de financiación y un posible cambio de titularidad, que convertiría a la UTE en una subsidiaria, lo que sería ilegal.  

El pragmatismo de Massa pero las mismas disputas 

Durante su conferencia de asunción Sergio Massa no mencionó a China como destino en su gira en búsqueda de divisas. Nombró primero a Estados Unidos, lo que no era sorpresa para nadie, pero también habló del litio, donde el gigante asiático ya es un gran jugador en el tablero mundial. Está el problema de la autonomía provincial sobre los recursos, pero también están la Mesa y el Triángulo del Litio -Catamarca, Jujuy, Salta y Nación, y Argentina, Bolivia y Chile, respectivamente. Hay diferencias en cuanto al esquema productivo, pero existe la opción de regionalizar para fijar el precio para el mundo. 

La importancia de esa iniciativa radica en cambiar las partes de la negociación. Hoy los mandatarios provinciales, con tal de generar ingresos, pueden hasta regalar el recurso. De hecho, Catamarca y Jujuy explotan una planta cada una y, si bien todavía no produce, Salta tiene diversos proyectos en marcha. En este baile en particular nos encontramos tanto con Flavia Royón, que pasó de la secretaría de Energía salteña a la nacional, como con José Luis Manzano, con inversiones en las dos provincias restantes, y con Gerardo Morales, el gobernador jujeño de vínculo conocido con el titular del Frente Renovador. 

El Triángulo del Litio es la principal reserva del recurso a nivel mundial y de interés a su vez para Estados Unidos que, hasta el momento, sólo agita fantasmas sobre los riesgos del rol y el aporte chino en la región. Acá es donde el pragmatismo del tigrense deberá valer, avanzando por ambos senderos. Si arregló con Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, después de su sobreactuada reacción, también le dio luz verde a otro trabajador hormiga en esta ecuación que es Sabino Vaca Narvaja, embajador argentino en Beijing y principal interlocutor en la agenda bilateral. Un nuevo viaje a Asia todavía espera fecha, en medio de las gestiones del diplomático para seguir aumentando las exportaciones nacionales.  

Si la relación de Massa con Estados Unidos es más conocida, por sus vínculos empresariales, su admiración por Rudolph Giuliani -ex alcalde de Nueva York y emblema de las “políticas de mano dura”-, y hasta por las cenas con Bill Clinton, la contraparte china no es menos importante. El diálogo se mantuvo a lo largo de los años y fue clave para el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, primer respaldo político pesado a nivel internacional que tuvo nuestro país -y que se replicó en el deseo argentino de ser parte del BRICS-. Lo cierto es que la balanza comercial con China es deficitaria, a diferencia de otros países de América Latina, y aún tiene mucho potencial de desarrollo para alcanzar un mejor equilibrio, además de lo que significa el mecanismo de swap para el Banco Central. 

Al escenario complejo, en las últimas semanas se agregaron las tensiones entre Estados Unidos y China a raíz de la visita de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, a Taiwán y el despliegue militar asiático como respuesta. En el plano de la política local, a la calificación como “provocación” por parte de Vaca Narvaja, le siguió un llamado del canciller Santiago Cafiero a “desescalar conflictos”. Lo cierto es que nuestro país, al igual que gran parte de la comunidad internacional -a excepción de sólo catorce países-, coincide en la posición de una sola China. Igual de cierto es que Zou Xiaoli, representante de la potencia asiática en Buenos Aires, sigue mostrándose en sintonía con la voluntad de equilibrar balanzas comerciales, invertir en proyectos productivos y fortalecer los vínculos bilaterales. Massa, el Frente de Todos y Argentina siguen transitando un fino equilibrio en materia de relaciones internacionales. 

EEUU trata de impedir apoyo chino para hidroeléctricas y plantas nucleares argentinas 

Por Rodolfo Koé Gutiérrez  

Un decreto firmado el pasado 25 de mayo permitirá a la Argentina avanzar con el financiamiento chino de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en el sur patagónico, frenadas desde el gobierno neoliberal de Mauricio Macri, develando las complejas implicancias geopolíticas y las pujas internas oficialistas detrás de la medida, que involucran también al desarrollo de la energía nuclear en el país. 

La medidamarca el avance en una solución largamente esperada, pero cuya demora ya resultaba difícil de justificar. Esta obra, junto a otros cinco emprendimientos de infraestructura eléctrica, fueron paralizadas durante los cuatro años del gobierno neoliberal de Cambiemos y sólo en algún caso se pusieron en marcha parcialmente a partir del nuevo gobierno, que sigue recibiendo presiones de Estados Unidos, ya que, todas estas obras contaban con financiamiento de instituciones chinas. 

El respaldo fue logrado en el marco de la alianza con el gigante asiático durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Seguramente es por la presencia china en los contratos que algunas áreas de gobierno, presionadas por Washington y trasnacionales de EE UU y Europa, frenan su avance. 

El decreto es un Acuerdo de Enmienda y Restablecimiento al Contrato de Línea de Crédito entre la República Argentina y los bancos chinos que la financian: China Development Bank, Industrial and Commercial Bank of China Limited y Bank of China Limited. 

La hidroeléctrica se adjudicó en 2013 a un consorcio encabezado por la argentina Electroingeniería de Gerardo Ferreyra, la china Gezhouba Group Corporation e Hidrocuyo. El contrato incluyó una cláusula que exigía financiamiento completo de los bancos chinos y repago a partir de la finalización con la generación de energía. 

Las represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz tienen final previsto en 2027. La licitación se hizo por 4.740 millones de dólares, pero el monto quedó reducido a 4.100 millones durante el gobierno de Macri. En abril de 2021 nadie esperaba que las trabas estuvieran dentro del actual gobierno peronista de Alberto Fernández, señala la analista Alejandra Dandán. 

El tema de las represas estaba incluido en la nota que el senador Oscar Parrilli envió el 26 de abril a la Comisión de Minería, Energía y Combustible para que cite al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, solicitándole que informe sobre las demoras en aprobar el financiamiento de estas importantes obras de infraestructura.  

Béliz, freno a proyectos claves para el desarrollo[1] 

En manos de Gustavo Béliz, numerario del Opus Dei y con fuertes vínculos con Washington, está la llave para aprobar el financiamiento de estas inversiones, congeladas durante el macrismo, que en prácticamente todos los casos necesitan la firma de una addenda entre las partes para modificar los plazos, esquemas de repago y en algún caso hasta los montos de los créditos acordados antes de 2015.  

El pedido del senador Parrilli para que se cite a Gustavo Béliz a la Comisión de Minería, Energía y Combustibles volvió a poner en el centro del debate la demora que acarrean algunos programas de infraestructura, tales como la construcción de Atucha III, las represas Chihuido I, Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, el proyecto AMBA I de reforzamiento energético y la Central Térmica Manuel Belgrano II.  

La relación entre las iniciativas es que todas implican algún tipo de acuerdo con China y la desconfianza y el malestar nacen posteriores al encuentro que a principios de abril Béliz, junto a otros funcionarios del gobierno, sostuvo con la estadounidense Ann Ganzer, subsecretaria de Política de No Proliferación del Departamento de Estado, quien advirtió sobre “la calidad y seguridad” de China para construir la cuarta central nuclear. 

Los cuestionamientos se centran en Béliz ya que bajo su área pasan todos los proyectos con financiamiento internacional. No son pocos los vínculos que Béliz arrastra con Estados Unidos desde su paso por el gobierno de Carlos Menem como ministro del Interior y, en especial, gracias a sus quince años como funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 2005 y 2019, cuando fue convocado por Alberto Fernández. 

Béliz dio clases en las universidades estadounidenses de Southern, Harvard y Stanford, y es uno de los funcionarios que siempre asiste a las reuniones del gobierno con empresarios, donde también es convocado el empresario Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy, copresidente del Foro Estratégico Argentina-EEUU, que depende del Centro Internacional de Estudios Estratégicos y que discute distintos temas de la región, incluyendo la elección de candidatos para el BID, a la que Béliz intentó postularse.  

José Cornejo, Director de la Agencia Paco Urondo, señala dos problemáticas que tensionan la relación con Washington: la reciente adhesión argentina a la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, estrategia central de la política exterior china que consiste, precisamente, en la inversión masiva en infraestructura física y digital en distintos continentes, y la disputa por el 5G entre Huawei y compañías estadounidenses. 

Las represas 

El 22 de diciembre de 2015, el entonces presidente Macri recibió en Casa Rosada a Cristine Mc Divittd, la viuda de Douglas Tompkins, junto a una representante de la fundación Conservation Land Trust creada por el empresario norteamericano. ¿Qué piensan de las represas en el Río Santa Cruz?”, preguntó el Presidente. 

Es una aberración, dijo Cristine. Inmediatamente, el gobierno paralizó la obra, comenzó un proceso de judicialización, hubo fallo de la Corte Suprema y adecuación a normas ambientales con audiencias en el Congreso. En el medio, Macri le quitó la propiedad a la Provincia Santa Cruz y la pasó a la órbita de (la empresa nacional) Enarsa, mientras iniciaba gestiones secretas para desplazar a los socios argentinos. 

En enero de 2016, el entonces embajador argentino en China, Diego Guelar, se reunió con los chinos de Gezhouba Group, intentando convencerlos de buscar a otros socios argentinos. Las gestiones continuaron más adelante con Nicolás Caputo, el mejor amigo de Macri. En Electroingeniería lo explican así: “Nos pidieron que cedamos una parte a Caputo porque la embajada argentina decía que no estábamos bien vistos”. 

La represa es una obra de la escala de Yacyretá, a diferencia que no es binacional, con una producción de 1.740 megavatios de energía hidroeléctrica. “Va a significar agregarle a la matriz hidroeléctrica un 10 % más de capacidad y a la matriz en general energética del país casi un 5 % más, además, el aprovechamiento del embalse para zonas de riego que tornarán cultivable más de 35.000 hectáreas”, dijo la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

En julio de 2018 el gobierno de Macri hizo estallar la causa “Cuadernos” y el ministro de Energía, Javier Iguacel, dijo a los chinos que los socios argentinos (Elctroingeniería) eran investigados en una causa por corrupción. En agosto, Ferreyra fue detenido por el juez Claudio Bonadío. Aún mantenía la parte mayoritaria del consorcio, pero cuando estaba en prisión su socio debió firmar la cesión de un porcentaje a la contraparte, y perdió la mayoría. 

Obra estratégica 

Durante los años 2020 y 2021, hubo varios pedidos de información, a veces de las propias empresas contratistas adjudicatarias de las obras, pidiendo explicaciones sobre la demora en la actualización. El argumento habitual era que las entidades financieras chinas participantes, en general estatales, requerían como condición el acuerdo previo de Argentina con el FMI para poder confirmar el otorgamiento de los créditos. Pero a partir de marzo de este año, el (falaz) argumento perdió validez. 

Se trata de obras de trascendencia estratégica en todos los casos. Son seis proyectos en total los mencionados por el senador Parrilli en su requerimiento. Además de las represas de Santa Cruz, está también señalada la de Chihuido I (río Neuquén), la central térmica Manuel Belgrano, el anillo energético AMBA I (fortalecimiento de líneas de transmisión) y dos proyectos nucleares fundamentales: la cuarta central Atucha III y el desarrollo propio del reactor modular Carem. 

Todos cuentan con el acuerdo de China para su financiamiento, desde antes de 2015. Y no es un secreto que hay fuerte oposición de los gobiernos de Estados Unidos (el actual y los anteriores) a esa participación. 

Página12 informó el 22 de mayo sobre las llamativas gestiones de funcionarios del Departamento de Estado estadounidense en la Argentina a principios de abril, referidas a los proyectos nucleares, con el objetivo explícito de descalificar el aporte chino, ya fuera en materia técnica o financiera.  

Las idas y vueltas del secretario de Asuntos Estratégicos demorando la resolución del financiamiento que posibilitaría la reanudación del ritmo de obra, fue interpretado por un sector del oficialista Frente de Todos como un accionar funcional a la intención del gobierno estadounidense. De allí que, a un mes de haberse firmado el acuerdo con el FMI, Parrilli exigió explicaciones de Béliz. 

El pedido fue reiterado en los últimos días, pero tuvo una respuesta indirecta. El decreto 269 que firmaron Alberto Fernández, (el jefe de gabinete) Juan Manzur y (el ministro de Economía) Martín Guzmán, habilita a este último para encarar los trámites con su contraparte china para resolver el tema del financiamiento de las represas santacruceñas. 

Se trata de un préstamo por 4.714,3 millones de dólares. La decisión adoptada fue considerada, tanto en el ámbito político como empresario, como «un primer paso necesario» para empezar a destrabar el ingreso de recursos. Pero, aclarando, que por ahora sólo está referido a uno de los seis proyectos comprometidos. 

Nuclear 

La central Atucha III tiene prevista una inversión de 8.700 millones de dólares; la central térmica Manuel Belgrano, una cifra superior a los 2.000 millones. Para el proyecto AMBA I se proyectan otros 1.100 millones de dólares. Los montos hablan de la importancia de los emprendimientos pero, además, de una magnitud de recursos en divisas que están esperando para ingresar al país tan solo de una autorización oficial.  

Se entiende que el tema haya generado algún grado de tensión entre el secretario de Asuntos Estratégicos y el ministro de Economía. Por el interés de uno en preservar las relaciones y el alineamiento con Washington, y por la urgencia del otro en contar con divisas que reforzarán las reservas internacionales y su política apuntada a «tranquilizar la economía» en un plazo breve, de la mano de los equilibrios macroeconómicos.  

Por eso, el decreto habilitando al titular del Palacio de Hacienda a manejar la resolución del tema fue interpretado como «una buena señal». Pero no indicativa, todavía, de que en los otros proyectos se vaya a repetir el mismo criterio.  

El otro aspecto que, para algunos, torna incomprensible que se posterguen la realización de proyectos en función de supuestos compromisos geoestratégicos con Estados Unidos, es que son obras consideradas imprescindibles para mantener el ritmo de crecimiento económico y no tener que pasar por cuellos de botella en el suministro eléctrico. 

Es el caso del anillo energético AMBA I, un proyecto para reforzar el transporte en alta tensión a la región más poblada del país, y la construcción de estaciones transformadoras de la energía que llega en alta tensión, a media y baja para poder llegar al consumo domiciliario. Necesidades para las cuales el gobierno macrista hizo un aporte nulo. 

Con otros criterios más estratégicos, que tienen que ver con la mayor o menor voluntad de poder tener un desarrollo científico propio, se discutirá –o se discute, todavía no a cielo abierto– el programa nuclear. Atucha III y el desarrollo argentino del reactor Carem son herramientas clave de ese programa. Probablemente, sea uno de los debates más vibrantes que se viene. 

Hubo una extraña reunión en la presidencia, cuando la Secretaría de Asuntos Estratégicos (SAE) invitó al directorio de NA-SA, Nucleoeléctrica Argentina S.A., operadora estatal de las centrales nucleares de producción de energía. Del lado de la SAE, estuvo Leandro Gorgal, subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales para el Desarrollo, mano derecha de Béliz. ¿El motivo? La extensión de la vida útil de Atucha I, un proyecto importante, pero no prioritario. 

Los invitados mostraron la preocupación por el acuerdo con China para desarrollar Atucha III, trabado desde hace más de 120 días. Es la cuarta central nuclear que proyecta Argentina, acordada en 2014, tratada con Ley del Congreso, con tecnología y financiamiento chino y al que se opone Estados Unidos. El 1° de febrero, NA-SA firmó el contrato técnico comercial. 

Mientras, NA-SA recibió a una misión del Departamento de Estado encabezada por Ann Ganzer, quién les dijo que estaban preocupados por la compra del reactor chino. El directorio protestó y actualmente escribe un informe junto a la contraparte china para responder cada crítica del lobby diplomático estadounidense. 

Para algunos analistas, la reunión en Casa Rosada y el decreto dejaron la sensación de puesta en escena, que intenta mostrar que las cuestiones de fondo con China se están destrabando y que hay preocupación. Pero no se habla de los temas más importantes como el proyecto de la central nuclear, que no se destraba y que preocupa a EE UU. 

Ingreso a los Brics 

China confirmó su apoyo a la incorporación de la Argentina al grupo de los Brics -el grupo de naciones y potencias emergentes que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-en el marco de una reunión que el canciller Santiago Cafiero mantuvo el jueves 7 de julio en Indonesia con su par de China, Wang Yi. 

Así lo informó la Cancillería a través de un comunicado de prensa, en el que indicó que, en ese encuentro, Wang Yi confirmó formalmente el apoyo de su país a la membresía de la Argentina al grupo de los Brics, en línea con lo acordado entre los líderes del grupo. 

Poco después, el propio canciller anunció el respaldo del gigante asiático al ingreso de Argentina a este bloque de naciones emergentes con un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter. 

«El canciller chino, Wang Yi, confirmó el acompañamiento a la membresía de Argentina al BRICS. Además, con el Alto Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, @JosepBorrellF, coincidimos en la necesidad de potenciar el diálogo Celac-UE», escribió el funcionario en las redes sociales. 

En ese sentido, agregó: «Profundizar el multilateralismo es prioridad para nuestra política exterior. Eso nos permite alcanzar acuerdos que benefician al país y la región».

«China preside los BRICS este año, el apoyo y compromiso de nominar a nuestro país para integrarse es fundamental» aseguró Cafiero 

Por otro lado, el jefe de la diplomacia argentina precisó que «el Nuevo Banco de Desarrollo, constituido por los miembros fundadores del Brics «tiene un rol clave en la cooperación financiera internacional, así como en la promoción de las agendas del Sur global y el cambio estructural que estas demandan». Y recordó que «tres de los cuatro principales socios comerciales de nuestro país son miembros del BRICS». 

En tanto, Cafiero remarcó que la Argentina puede contribuir con su participación en el marco de los Brics «a fortalecer y ampliar la voz en defensa de los intereses del mundo en desarrollo». 

La relación entre China y Argentina 

El encuentro entre Cafiero y Wang Yi se desarrolló en el marco de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20 que se desarrolló en Bali, Indonesia, de la que participaron ambos. 

Según explicó el Palacio San Martín, ambos funcionarios analizaron «los temas más importantes de la agenda bilateral a fin de profundizar la Asociación Estratégica Integral que une a ambos países». 

Asimismo, acordaron dar nuevo impulso al trabajo conjunto de alto nivel, en base a los consensos adoptados durante la visita que el presidente Alberto Fernández realizó a China en febrero último, y pusieron de relieve el «excelente estado de la relación bilateral». 

Durante 2022 se conmemora el «Año de la Amistad y la Cooperación entre Argentina y China», inaugurado por los presidentes en ocasión del 50 aniversario de relaciones diplomáticas que se celebra este año. 

China es actualmente el segundo socio comercial y el segundo destino para las exportaciones argentinas. Los ministros coincidieron en que «existe gran potencial de desarrollo en materia financiera y de inversiones». 

Cafiero subrayó la importancia de impulsar «un comercio bilateral más equilibrado y diversificado, y resaltó la necesidad de agilizar los procesos de apertura de mercado». 

El canciller argentino también reconoció el apoyo chino a la posición argentina en la Cuestión Malvinas a través de sus intervenciones como miembro del Comité Especial de Descolonización. 

Abordaron también asuntos regionales, teniendo en cuenta el rol de Argentina a cargo de la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), según se consignó en el comunicado de Cancillería. 

El rol de Alberto Fernández 

A su turno, el canciller chino destacó la participación del presidente Alberto Fernández en la cumbre de líderes de grupo el 24 de junio pasado, como así también la del propio Cafiero en la reunión de cancilleres del 19 de mayo. 

El mandatario argentino participó en la XIV Cumbre de Jefes de Estado del espacio, en la que pidió formalmente el ingreso del país a este grupo de fuerte peso geopolítico y económico que une a las dos potencias más grandes después de Estados Unidos (China y Rusia) con emergentes de Asia, África y América Latina. 

«Aspiramos a ser miembros plenos de este grupo de naciones que ya representa el 42 % de la población mundial y el 24 % del producto bruto global», expresó el mandatario argentino al exponer en forma virtual desde la Residencia de Olivos en la jornada de cierre del evento que tuvo a China como anfitrión, por estar a cargo de la presidencia pro-témpore del foro. 

Allí, expresó el «entusiasmo» de Argentina por formar parte de un mecanismo capaz de «coordinar políticas que potencien la agenda de los países del Sur global», al evaluar que «los Brics constituyen una plataforma con enormes capacidades para discutir e implementar una agenda de futuro que nos lleve hacia un tiempo mejor y más justo». 

Los Brics apuntan a jugar un rol central en promover una nueva arquitectura financiera Internacional con la creación del Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics (BND), junto al acuerdo de Reservas de Continencias (ARC) como instrumentos para la estabilidad macroeconómica global orientada a la productividad y a promover un nuevo orden mundial multipolar. 

Justamente en su intervención ante los Brics y como mandatario de un país que soporta un fuerte endeudamiento externo, el presidente argentino volvió a plantear la necesidad de lograr una nueva «arquitectura financiera mundial que tenga en cuenta las necesidades del crecimiento, del comercio, de la inversión y fundamentalmente, del bienestar que la humanidad reclama». 

Fernández, quien habló allí en su doble condición de mandatario argentino y presidente pro-témpore de la Celac, evaluó que «el peso institucional y económico de los Brics puede convertirse en un factor de estabilidad financiera» y remarcó que «la expansión» del NDB puede servir como «un instrumento útil para fortalecer las infraestructuras nacionales». 

Represas en Santa Cruz 

¿Qué sucedería si Argentina no cumple su acuerdo con CDB, ICBC y Bank of China? 

La dimensión crediticia de la relación entre Argentina y China se encuentra en un presente delicado. La historia arranca en 2013, cuando en el Gobierno de Cristina Fernández se acordó la instalación de dos centrales hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz (en la provincia homónima), llamadas Presidente Néstor Carlos Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic, que en conjunto tendrían una capacidad de 1.740 MW. 

La construcción de las represas se adjudicó a China Gezhouba Group Corporation (CGGC), que formó una asociación con las argentinas Electroingeniería e Hidrocuyo. En cuanto al financiamiento, el Gobierno argentino suscribió en 2014 una línea de crédito por US$ 4.714 millones con una tasa de interés Libor + 3,8%, cuyos acreedores son China Development Bank (CDB) (US$D 2.498 millones), Industrial and Commercial Bank of China o ICBC (US$ 1.414 millones) y Bank of China (US$ 801 millones). 

Desde entonces, la instalación de las centrales estuvo acompañada de marchas y contramarchas, empezando por sus propios nombres: pasaron a llamarse Cóndor Cliff y La Barrancosa durante la administración de Mauricio Macri, que eran las denominaciones originalmente previstas cuando se diseñó el proyecto, para luego retornar a los nombres de 2013 bajo el actual Gobierno. 

Pero más importante, la construcción de las represas estuvo sometida a varias interrupciones, sobre todo como resultado de las condiciones geológicas sobre las que se asentó la central Néstor Kirchner. 

Consecuentemente, no se cumplió el propósito de culminar las obras en un plazo de 5 años y medio, momento en que termina el periodo de gracia y el Gobierno argentino debe empezar a recomponer la deuda contraída con CDB, ICBC y Bank of China. Al respecto, el artículo 2.3 del acuerdo firmado entre las partes reconoce expresamente que las obligaciones vinculadas a la financiación del proyecto son independientes y separadas a la construcción de las represas. 

De acuerdo a EconoJournal, se demanda que el Gobierno empiece a cancelar unos US$ 1.500 millones en deuda. Dado que, por el momento, Argentina no ha cumplido con ese compromiso, el 2 de julio se suspendió el financiamiento chino a la construcción del complejo hidroeléctrico. Para compensar esa falta de fondos, el 4 de agosto se publicó el decreto 489/2021, que destina $17.290 millones (US$ 178 millones) al Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica (FFIH), con el objeto de no paralizar la puesta en marcha del proyecto. 

La intención gubernamental de acordar nuevos plazos se basa primeramente en el delicado contexto financiero que atraviesa el país, pero también influyen las negociaciones conducidas por el ministerio de Economía para reestructurar la deuda pública nacional. En ese sentido, una de las principales demandas del Club de París para culminar la reestructuración de la deuda adquirida por el Estado Argentino, cuyos vencimientos fueron prorrogados a fines de junio, es la “comparabilidad de trato”. En otros términos, se reclama que Argentina no discrimine en favor de otros acreedores externos al Club de París, implícitamente China. 

No obstante, para complejizar aún más la cuestión, en el art. 20.5 del acuerdo para el financiamiento de las represas se establece que las obligaciones financieras que se derivan del mismo no pueden ser sometidas al Club de París para su reestructuración, ni tampoco vincularse a un plan de reducción de deuda acordado eventualmente con el Banco Mundial, el FMI o siquiera el propio Gobierno chino. 

Así las cosas, ¿qué sucede si esta situación se mantiene y Argentina no cumple su acuerdo con CDB, ICBC y Bank of China? En primer lugar, persistiría la suspensión del financiamiento privado para continuar construyendo el complejo hidroeléctrico. Por otro lado, se acumularían intereses por incumplimiento, que es de 1,5% adicional a la tasa de interés que se hubiese pagado en tiempo y forma. 

Pese a todo, la consecuencia más drástica sería la suspensión en el financiamiento de otros proyectos de infraestructura que se firmaron en posterioridad al de las represas y que también involucran al Gobierno Nacional y capitales chinos. Esto se debe a cláusulas de cross default presentes en este tipo de contratos, por las cuales el default en un proyecto se hace extensivo al resto. 

A modo de ejemplo, el acuerdo de 2019 entre el ministerio de Transporte y CDB para financiar la compra de 200 coches ferroviarios para la línea General Roca, que representó una línea de crédito por US$ 236 millones, tiene una cláusula cross default que lo vincula al financiamiento de las represas Kirchner y Cepernic (art. 20.7). 

Fuentes: Rebelión / CLAE, Resumen Latinoamericano, APU, eleconomista.com.ar, bariloche2000.com 

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