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Jefe policial vio masacre de campesinos en Pando, Bolivia

Fuentes: ABI

Silvio Magarzo, ex comandante de la Policía Departamental de Pando, testificó que en ningún momento vio a los campesinos armados, y que ellos fueron las víctimas de la masacre donde murieron unas 25 personas. Indicó que un diputado, el ex presidente del Senado José Villavicencio, estuvo presente en el tiroteo.

La declaración prestada este martes por el ex comandante de la Policía Departamental de Pando, coronel Silvio Magarzo, ante la Comisión Especial Multipartidaria de Diputados, confirmó que los campesinos que marchaban el 11 de septiembre hacia la ciudad de Cobija estaban desarmados, sufrieron una emboscada por gente armada y se lanzaron al río Tahuamanu para salvar su vida.

«No me consta que los campesinos portaran armas, no he logrado ver; el incidente se produjo y es de conocimiento público de qué lado se produjeron los heridos, quiénes fueron baleados, quiénes fueron muertos, quiénes fueron las víctimas, sólo fueron campesinos», explicó el ex Comandante.

Magarzo fue convocado ante la Comisión Especial Multipartidaria de Diputados para declarar sobre los hechos sangrientos cuando gente armada -aparentemente, según los testimonios-, fue enviada por la Prefectura de Pando, arremetieron a campesinos marchistas, dejando un saldo de al menos 18 muertos, entre ellos un niño de dos años, y decenas de heridos y desaparecidos.

Identificó a un diputado en el tiroteo

El coronel también informó que José Villavicencio (UN), ex presidente del Senado, fue visto durante el tiroteo que se registró en dicha población pandina. «Yo no identifico precisamente si eran cívicos, pero identifico simplemente por el grupo al que pertenecían. No conozco mucho a la gente de Cobija, pero por relación de autoridades que siempre se las ve entonces uno necesariamente tiene que identificar alguna persona. A la única persona que la vi en ese lugar es al honorable Villavicencio», respondió cuando le preguntaron si identificó a algún cívico o autoridad en los hechos de sangre.

Estas afirmaciones coinciden con los informes de Derechos Humanos, Defensor del Pueblo, autopsias de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FLECC), un Juez y testimonios de las víctimas que determinan que los sucesos sangrientos del 11 de septiembre en la población del Porvenir, ubicada a 30 kilómetros de Cobija, fue una masacre planificada por grupos armados contra campesinos y normalistas que portaban palos, platos, cucharas y vasos.

El ex Comandante policial relató que su participación en los hechos luctuosos del 11 de septiembre en Porvenir sólo se limitó al resguardo de sus camaradas, por lo que ordenó el repliegue de los efectivos policiales al verse rebasados por los grupos armados.

En su declaración, el Cnl. Magarzo indicó que en horas de la madrugada del día 11, la Policía recibió información desde Porvenir, de que funcionarios de la Prefectura procedieron a cavar zanjas con maquinaria pesada para poder obstaculizar el ingreso de vehículos que estarían avanzando desde Puerto Rico y Filadelfia cargando campesinos.

«Cívicos» portaban armas de fuego

Ya en horas de la mañana de aquel fatídico día, en la cancha principal de la población de Porvenir, se encontraba gran cantidad de gente del pueblo, cívicos y funcionarios de la Prefectura, y evidenció gente portando armas de fuego, por lo que el ex Comandante trató de persuadir para evitar el inicio del fuego.

Magarzo señaló que el ente policial tenía la información de que los campesinos se trasladaban hacia Cobija, pero debido a las distancias que existen entre las diversas comunidades y por la poca cantidad de policías no se pudo frenar la marcha.

En ese contexto, el ex Comandante de Policía de Pando explicó que en el escenario en el que se desató la masacre existían dos grupos. Uno de campesinos en el que se encontraban hombres, mujeres y niños; en el otro extremo, gente que pertenecía al Comité Cívico y a la Prefectura. A raíz de este hecho, evidenció que los disparos fueron en contra del sector campesino, razón por la cual ellos escaparon hacia el río para salvar sus vidas.

Repliegue y amenazas

Debido a esto, el reducido contingente policial tuvo que replegarse hacia el puesto policial ubicado en cercanía de la población de Porvenir, donde fueron interceptados por grupos armados que amenazaron con quitarles la vida y destruyeron los vehículos oficiales. «En momentos en que nos retirábamos fuimos intimidados con armas de fuego y con la decisión firme de eliminarnos. Me paré al frente y asumí la responsabilidad porque corría riesgo mi gente y no podía ser culpable de eso», declaró acongojado Magarzo.

Identificó a este grupo armado con la firme decisión de tomar cualquier tipo de actitud en contra de los policías, por lo que al comenzar el tiroteo, los policías se dispersaron para tratar de auxiliar a las personas que caían por los impactos de bala.