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JP Barlow: ‘Los verdaderos piratas son los que aprueban las leyes de propiedad intelectual’

Fuentes: elmundo.es

John Perry Barlow viste rigurosamente de negro. Tiene cierto aire de ‘cowboy’ maduro, a pesar de que no dedicó mucho tiempo a trabajar en su rancho de Wyoming. Antes de eso fue letrista del grupo Grateful Dead y también es conocido por sus faceta poética y por ser uno de los pioneros de Internet y […]

John Perry Barlow viste rigurosamente de negro. Tiene cierto aire de ‘cowboy’ maduro, a pesar de que no dedicó mucho tiempo a trabajar en su rancho de Wyoming. Antes de eso fue letrista del grupo Grateful Dead y también es conocido por sus faceta poética y por ser uno de los pioneros de Internet y de la cibercultura.

Autor de textos como Vender vino sin botellas. La economía de la mente en la Red Global, sorprendió en 1996 al foro de Davos con la lectura de su Declaración de Independencia del Ciberespacio. Más tarde cofundó la Electronic Frontier Foundation, desde la que promueve la libertad de expresión y los nuevos derechos de la sociedad digital junto a John Gilmore y Mitch Dapor.

Barlow es este fin de semana una de las figuras centrales de Mediencounter, el primer encuentro de blogueros y usuarios de social media del área mediterránea, organizado por Casa Mediterráneo.

Pregunta – En 1996 usted presentó públicamente su Declaración de Independencia del Ciberespacio. En ella, instaba a los gobiernos industrializados a que no se inmiscuyeran en este nuevo mundo. Quince años después, ¿es este el futuro que imaginó o que esperaba?

Bueno, realmente más que instarles a nada, simplemente les manifesté que no creía que fueran a tener demasiada suerte en su intento de conquistar internet. Es decir, ningún gobierno puede imponer su soberanía desde una zona particular del mapa sobre algo que cubre el mundo entero. Nadie tiene derecho a hacer eso. Ni los Estados Unidos, ni Arabia Saudí pueden imponer su cultura o sus nociones de lo que es apropiado hacer o decir sobre los demás, a través de la web. A pesar de ello, estos países lo han estado intentando durante todo este tiempo de mil y una forma distintas. Pero te voy a decir una cosa, desde mi organización, la Electronic Frontier Foundation, luchamos cada día contra decenas de amenazas de este tipo y, por el momento, vamos ganando.

P. – También en este documento decía usted que la red estaba desarrollando su propio ‘contrato social’ para determinar cómo resolver sus propios problemas. ¿Ha ocurrido esto realmente?

(Ríe) Creo que estaba siendo un poco demasiado optimista, ¿no? Bueno, ha ocurrido en cierta manera, pero también es cierto que lo peor del ser humano está bien representado actualmente. Hay, por ejemplo, mucho más spam de lo que creía que iba a haber, pensé que la autoregulación sería mayor. Hay más virus, algo que es decepcionante…¡Hay mucha más pornografía de lo que imaginé! Evidentemente, como defensor de la libertad de expresión, no voy a ser yo quien se oponga a la difusión de pornografía online, pero es triste ver la explosión que ha tenido y observar sus repercusiones sociales.Pero bueno, pensemos que Internet es la revolución tecnológica más importante y significativa en la historia de la humanidad posiblemente desde la invención del fuego y estaría muy sorprendido si no ocurrieran cosas perversas, innecesarias o desagradables. Nos encontramos en un periodo de apaptación.

P. – Crece la polémica en torno a compañías como Facebook o Google sobre al almacenamiento y uso de nuestros datos privados. ¿Cree usted que deberíamos preocuparnos?

Mi organización es una de las principales enemigas de este tipo de comportamientos pero a mí, personalmente, no me preocupa demasiado. Hace años comprendí que la privacidad era una causa perdida y empecé a trabajar para conseguir que las instituciones, las grandes compañías o los gobiernos estuvieran expuestas del mismo modo que los individuos a cualquier tipo de inspección, sin secretos. Yo provengo de un pueblo muy pequeño, en una parte rural de los Estados Unidos, donde todo el mundo se conoce y nadie tiene privacidad en absoluto. Y no pasa nada, porque si alguien quiere meterse conmigo sobre mis particularidades personales, yo también sé cuáles son las suyas (ríe). Posiblemente seré muy idealista sobre esto pero me gusta pensar que avanzamos hacia una sociedad que no dará tanta importancia a los pequeños escándalos, sino a lo que realmente importa. Dicho esto, también creo que es importante tener la posibilidad de ser anónimo si uno quiere. Hay situaciones en las que es vital, como en países donde está prohibido decir lo que opinas sobre el Gobierno. Respecto a lo que estas compañías hagan con la información, aunque en buena medida se trata simplemente de marketing, el problema es que el simple hecho de que recopilen esa información significa que pueden ser forzados por el Gobierno, en determinadas circunstancias, a revelarla. Esto sí me preocupa.

P. – ¿Conoce usted la Ley de Propiedad Intelectual recientemente aprobada por el Gobierno de España? ¿Qué opinión le merece?

Sí, nuestra organización se ha manifestado en contra de esta Ley y de otras similares. Yo mismo escribí en 1993 que el principal enemigo de la libertad de expresión en Internet iba a ser la propiedad intelectual, intentar poseer algo que no puede ser poseído. Lo que ocurre es que hay gobiernos que han utilizado el copyright de forma intencionada para atacar opiniones que no les conviene escuchar. El hecho es que, si puedes bloquear el flujo libre de contenidos en Internet, de hecho, puedes paralizar Internet. Estoy dedicado a trabajar por un futuro en el que todas las personas del planeta puedan saber lo máximo posible de cualquier cosa y esto significa que puedan tener acceso a cualquier tipo de contenidos, incluso a los que están protegidos por los derechos de autor.

P. – ¿Y en qué lugar queda el trabajo de los autores?

Existen otros modelos económicos para garantizar que los creadores cobren lo que les corresponde por su trabajo. De hecho, la propiedad intelectual hace muy poco por ellos, en este sentido. Se trata de un mecanismo para beneficiar a las editoriales, a las compañías discográficas o a las productoras cinematográficas, organizaciones que ya no hacen falta porque viven de distribuir contenidos en un soporte material que tampoco es necesario actualmente. Los verdaderos piratas son quienes promueven leyes como esta de España, porque solo piensan en enriquecerse. Y es muy lamentable que este Gobierno u otros no lo entiendan, porque cada vez que aprueban una ley como esta, actúan contra el interés general.

P. – Está usted en Xàbia (Alicante), invitado por Casa Mediterráneo en un encuentro de blogueros y ciberactivistas de países como Siria, Marruecos, Túnez o Egipto. ¿En qué medida cree que las nuevas tecnologías han contribuido a las revueltas en el norte de África y Oriente Medio?

Me parece una interacción muy interesante. Siempre me he sentido profundamente atraído por la gente que siente que tiene la oportunidad o la habilidad de crear situaciones que son más justas y más igualitarias. También me satisface comprobar cómo las nuevas tecnologías han tenido su peso en estas revueltas porque hace mucho tiempo que creo que Internet eventualmente facilitaría a las personas el derecho de saber qué está pasando con tu vida. Y la gente que sabe qué está pasando, los que saben lo que sus gobiernos están haciendo en un profundo grado de detalle, tienen mayores oportunidades de juntarse y hacer algo sobre las circunstancias que les rodean.

P. – Ha comentado usted en sus intervenciones que soñó, cuando nació internet, en que llegaría un día en que cualquier persona, por adversas que fueran las circunstancias en su país, tendría la oportunidad de llegar a la verdad, a pesar de los intentos por ocultarla. ¿Cree que esto ha ocurrido?

Así es. Internet ha destruido el arma más poderosa de aquellos interesados en aferrarse al poder, que es la habilidad de controlar lo que la gente piensa y sabe, o cree que sabe. Ha ofrecido también el material para que los ciudadanos se hagan preguntas que se salían del guión establecido, ya que la mejor situación para un tirano es que las preguntas no te obliguen a preocuparte por las respuestas. Todo eso ha cambiado e Internet y las nuevas tecnologías han sido una herramienta que ha contribuido a ello.

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/30/alicante/1304165496.html