La canciller del Estado Plurinacional de Bolivia, Karen Longaric, en representación al Gobierno de facto de Jeanine Añez, trató de engañar a diputados del Parlamento Europeo. En su discurso a principios del mes en curso, ante esa institución, satanizó, exactamente como lo hizo en la Cumbre del Mercosur, a Evo Morales y a su Partido Movimiento al Socialismo (MAS).
Longaric, conocida por sus falacias y actitud alevosa, habló de recuperar la democracia, del supuesto fraude electoral, de una masiva y pacifica protesta para anular las elecciones de octubre del año pasado, etc.
En realidad, a estas alturas del partido, no debe extrañarnos las palabras y los conceptos totalmente tergiversados por la canciller. Longaric utiliza una lógica difusa. Es decir, se basa en razonamientos subjetivos y previamente definidos entre las coordenadas de su pensamiento político. Y obviamente esta realidad encuadra su forma de percibir el mundo, y las cosas que le rodean. Lamentablemente no comprende la realidad boliviana. No comprende las necesidades de los pueblos originarios. O sea, de los verdaderos dueños de Bolivia que durante siglos han sido humillados, pisoteados y ninguneados por extranjeros, pero también por la clase criolla boliviana.
Es importante señalar que Longaric, al igual que Branko Marinkovic (fascista y avezado delincuente), son descendientes de croatas que llegaron a Bolivia en el siglo XIX. Por consiguiente, en el caso de estas dos personas, difícilmente pueden entender, al cien por ciento, el tejido de la estructura social boliviana. En otras palabras, el hilo argumental de la retórica de Longaric, no solamente en el Parlamento Europeo sino en general, parte de las visiones políticas del fascismo. Y lo demuestra con sentimientos de odio contra Evo Morales, contra los militantes del MAS y contra los segmentos más vulnerables de la sociedad boliviana. En este sentido, sus falsas acusaciones intentan crear, en los ingenuos, procesos de sensibilidad. Y quizá, de esta manera, ganar simpatía o adeptos para las filas del fascismo boliviano. Es así que lograron embaucar a una gran parte de la clase media; jóvenes y adultos bajo consignas como: democracia participativa, libertad, unión, integración, rebelión, etc. Y surgió un movimiento denominado “los pititas”, en alusión al bloqueo, de ciertas calles en La Paz, con pitas y cuerdas de diferentes colores durante el proceso del golpe de Estado. Ellos avalaron la autoproclamación de Jeanine Añez. Y durante casi un año, en el poder, de un Gobierno salvaje; “los famosos pititas” recibieron una tremenda bofetada en la cara; porque jamás se cumplió lo prometido por el régimen autoritario de Añez.
Para Longaric, es sumamente difícil discernir que en las elecciones del 20 de octubre del año pasado, Evo Morales ganó en primera vuelta. Nunca hubo fraude electoral. No lo digo yo. Lo dice varios estudios realizados por reconocidos investigadores a nivel mundial. La protesta de la ultra derecha fascista boliviana jamás fue pacífica. La llamada “Resistencia Cochala” y “la Unión Juvenil Cruceñista” son agrupaciones paramilitares. Y muchos de sus miembros son vándalos y criminales que fueron pagados para patear a mujeres de pollera, incendiar recintos electorales, oficinas públicas y casas de los masistas. Como resultado, crearon el caos durante y después del golpe de Estado. Todo esto fue planificado en Estados Unidos y ejecutado, en Bolivia, bajo las ordenes de Luis Fernando Camacho y Carlos Mesa; agentes pagados por la CIA. Longaric tampoco tiene una idea clara de lo que realmente significa la palabra democracia. Los integrantes del Gobierno a cual ella pertenece. A saber; Añez, Murillo y sus secuaces asaltaron el Palacio Quemado a media noche con la Biblia en las manos. Y por detrás venían, como ángeles de la guarda, el Ejército y la Policía. Entonces, no es sorprendente que el excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman, fue quién puso a Jeanine Añez la banda presidencial. Es más, no había quórum en la Asamblea Legislativa Plurinacional, lo que desencadenó la autoproclamación de Añez. A partir de ese momento Bolivia entra a un túnel sin salida, nunca visto anteriormente. Y, en consecuencia, prevalecen las violaciones a los Derechos Humanos, corrupción, nepotismo, persecución, insultos, abuso de poder, prepotencia y agresiones físicas y psicológicas a los militantes del MAS.
Longaric con su narrativa al estilo Mussolini, pensó que podía crear una cortina de humo en el Parlamento Europeo. Y así ocultar, ante los eurodiputados, los atropellos desmesurados que se cometieron, y aún se cometen en el actual régimen dictatorial.
En resumen, Longaric no dijo ni pío de las masacres de Senkata y de Sacaba, de la militarización que Bolivia sufre hoy en día. No se pronunció sobre las próximas elecciones del día 18 de este mes. Evitó platicar respecto al fallo electoral en caso de que gane, Luis Arce Catacora, el candidato a la Presidencia por el Partido de Evo Morales. Tampoco habló del hostigamiento a militantes del MAS, ni de las violaciones sexuales a mujeres indígenas cuando se dio el golpe de Estado.
Pero a decir verdad, no le sirvió de nada su malévola estrategia. Le salió el tiro por la culata con gran impulso, y la disparó al banquillo de los acusados. Afortunadamente los eurodiputados no sufren de amnesia. Ni es fácil meterles los dedos a la boca. Al contrario, fueron duros y contundentes a la hora del juicio. Voy a citar a un puñado de diputados. Javi López, del Partit dels Socialistes de Catalunya, reprochó a Longaric y dijo: “Si usted viene aquí y se dedica a cargar contra un partido político u otro y hace afirmaciones propias de un acto electoral, legítimo, cualquiera, pero no es lo que hoy discutimos aquí. Nosotros no nos dedicamos sobre qué partido debiera ganar las elecciones. El Parlamento Europeo se ocupa de contribuir a crear condiciones que ayuden a la estabilidad constitucional, al crecimiento económico y a la democracia de un país”. Izaskun Bilbao del Partido Nacionalista Vasco coincidió, en muchos aspectos, con López. Jordi Solé, de Esquerra Republicana de Catalunya, fue convincente en su intervención y acotó: “Es preocupante el papel de las Fuerzas Armadas en la configuración de un gobierno no elegido en las urnas. También inquieta el exilio político de Evo Morales. Los informes de la OEA fueron claramente rebatidos por otros estudios”. Se mostró preocupado por el Decreto Supremo 4078 (ahora abrogado) que Añez promulgó para eximir, a militares y a policías, de las muertes ocasionadas durante el golpe de Estado. Y preguntó a Longaric si el actual Gobierno transitorio va a cooperar en la investigación para que las muertes de octubre de 2019 no queden impunes. Quizá la más dura en su juicio fue, Idoia Villanueva de Podemos, quién aseguró que Longaric faltó al respeto al Parlamento Europeo que, en palabras de la propia Longaric, es una de las Instituciones más emblemáticas de la democracia contemporánea. Villanueva lanzó sus certeros dardos y añadió: “Yo esperaba que usted hablará de cómo iba a garantizar unas elecciones libres y democráticas que son necesarias. Ha habido pronunciamientos públicos del Ejército. Quiero recordar que la señora Añez, ni si quiera, se presentó a las elecciones presidenciales. Su partido tiene menos representación en la Cámara y el Senado que cualquier otro. Su único mandato real era convocar a elecciones libres y con garantía.
Sin embargo, lo que hemos vivido a lo largo de este último año, no demuestra esa promesa. Por un lado, las acusaciones de un fraude se han ido diluyendo. Por otro lado, hemos visto persecuciones a militantes del MAS”. En la misma línea continuó, Ernest Urtasun, de Izquierda Plural. Se dirigió a Longaric con las siguientes palabras: “Usted ha venido hoy y nos ha dado un “meeting” (reunión pública para hacer propaganda política), y nosotros no queríamos eso. Nosotros estamos preocupados por el respeto a la legalidad constitucional en Bolivia. Y queremos saber qué va hacer usted para garantizar unas elecciones libres. Usted se ha equivocado francamente en su exposición. Además, no hace falta que nos explique lo que ha ocurrido en Bolivia porque lo sabemos perfectamente. Usted representa a una oligarquía que jamás aceptó que un 30 por ciento de pobres pasaron a ser clase media. Y, pues, organizaron un golpe de Estado contra Evo Morales. Eso es lo que ocurrió y lo sabemos perfectamente. No hace falta ir atrás, habrán otros que tendrán otra opinión”. Así fue acorralada, la canciller ultraderechista, por su grave “metida de pata”.
Longaric realizó estudios de posgrado en la Universidad de La Habana, Cuba. Es totalmente contradictorio que haya estudiado en un país socialista, ya que su universo interior está impregnado de ideas y conceptos fascistas. En conclusión, Longaric es inexperta en temas referentes a la diplomacia, es mentirosa en grado superlativo, y no conoce la verdadera misión de un canciller que representa a un país en su totalidad. Por eso, se aplazó en el Parlamento Europeo.
Nota:
- Discurso de Longaric en el Parlamento Europeo: https://www.youtube.com/watch?v=7RmV6xcGRMA
Javier Claure C. es sociólogo