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La agricultura tradicional en el Valle de Tehuacán-Cuicatlán se mantiene pese a la presión de la agrícultura intensiva y el éxodo de población

Fuentes: Rebelión

Un estudio publicado en la revista Ecosistemas, de la Asociación Española de Ecología Terrestre, desvela que los usos del suelo para prácticas agrícolas tanto tradicionales como convencionales del Valle de Tehuacán-Cuicatlán en México, reconocido por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad, se mantienen a pesar de sufrir cambios constantes en el periodo que va desde 1995 a 2012.

Un estudio publicado en la revista Ecosistemas, de la Asociación Española de Ecología Terrestre, pone en evidencia los cambios constantes sufridos en el uso del suelo en el Valle de Tehuacán-Cuicatlán de México, donde en los últimos años la superficie destinada a la producción agrícola intensiva ( Sistemas Agrícolas Convencionales – SAC) como tradicional (Sistemas Agroforestales – SAF) se mantiene o aumenta al mismo tiempo que existen parcelas que se abandonan, debido esto último en gran parte a las migraciones del campo a la ciudad, principalmente hacia Tehuacán y a Estados Unidos.

El objetivo de este estudio científico, llevado a cabo por Mariana Vallejo, María Isabel Ramírez, Alejandro Casas, Alejandro Reyes y Jairo López-Sánchez de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido identificar y examinar evidencias de cambios en el uso de suelo agrícola y agroforestal en su distribución y extensión durante las dos últimas décadas (disminución o incremento de los SAF y SAC), en cinco núcleos agrarios representativos del Valle de Tehuacán-Cuicatlán. «Lugares sobre los que ya existe una preocupación recurrente, expresada en estudios anteriores, acerca de la presión de prácticas agrícolas intensivas que han dado como resultado la pérdida de cobertura arbórea de los SAF y en algunos casos la pérdida del sistema completo», explican los y las autoras del estudio .

Un hecho que, según apuntan en esta investigación, pone en riesgo la conservación de la biodiversidad de la zona, que cuenta con una de las mayores concentraciones de cactus columnares en el mundo, y de sus tradiciones culturales ancestrales, reconocidas como claves en el desarrollo cultural de la agricultura en Mesoamérica. Tal y como detalla la investigación, «la posibilidad de acceder a insumos agrícolas modernos y a programas gubernamentales de financiamiento y subsidios están fomentando el abandono de prácticas agrícolas tradicionales por sistemas agrícolas convencionales en los que predomina la agricultura intensiva».

Las prácticas agrícolas tradicionales (SAF) se mantienen e incluso aumentan

Los resultados de esta investigación, al contrario de lo esperado, apuntan a que el área destinada a la producción agrícola en forma de SAF en el Valle de Tehuacán, se ha mantenido e incluso se ha incrementado. «Este resultado es muy importante porque rompe con la idea que los Sistemas Agroforestales tradicionales (SAF) en el Valle de Tehuacán Cuicatlán están siendo abandonados o transformados, y les otorga la potencialidad necesaria para tenerlos en cuenta en estrategias de producción sustentable y conservación de biodiversidad», explican en la investigación . Según las cifras obtenidas, en el periodo de 1995 a 2012, se registró de media un aumento de 131 hectáreas en el área destinada a la producción agrícola en forma de SAF frente a una pérdida de 77 hectáreas, y en el caso del SAC el aumento fue de 80 hectáreas frente a una pérdida de 131 hectáreas.

El problema constatado en esta investigación, es que el Sistema Agrícola Convencional (SAC), es decir, la agricultura que depende cada vez más de insumos externos como maquinaria o agroquímicos, muy costosos para las condiciones económicas de la región, está en pleno crecimiento restando importancia a l os SAF, sistemas agrícolas de pequeña escala propios de regiones campesinas tradicionales y comunidades indígenas cuyos productos son destinados al autoconsumo y donde se encuentran distintos niveles de tecnificación que dependen menos de insumos externos, lo que implica bajos niveles de uso de agroquímicos y una baja o nula utilización de maquinaria. Según señala esta investigación, las presiones económicas y productivistas de los últimos 30 año s han restado importancia a los Sistemas Agroforestales tradicionales (SAF) los cuales «se ven como un sistema de subsistencia de baja productividad, lo que en muchos casos pone en riesgo la permanencia de los mismos».

La conservación de la biodiversidad en áreas bajo fuerte presión humana

México es el tercer país del mundo con mayor número de reservas de la biosfera según la UNESCO, en total 42, ya que como indican las y los autores de este estudio » en países como México aún se encuentran paisajes representativos que siempre han significado el cuidado y la conservación de la biodiversidad forestal, principalmente de animales y plantas silvestres».

En concreto el Valle de Tehuacán-Cuicatlán fue declarado Reserva de la Biosfera en 2012 y Patrimonio de la Humanidad en 2018 por la UNESCO. Localizado al sureste del estado de Puebla y al noroeste de Oaxaca, esta zona tiene una extensión aproximada de 10.000 km2, con una gran heterogeneidad ambiental y una alta diversidad biológica en donde se han identificado 37 tipos de asociaciones vegetales y se han registrado más de 3.000 especies de plantas, de las cuales 365 son endémicas de la región. También es una región muy rica culturalmente ya que cuenta con la presencia de ocho grupos étnicos: nahuas, mixtecos, popolocas, chochos, ixcatecos, mazatecos, cuicatecos y mestizos. Es una región famosa por los estudios arqueológicos sobre la prehistoria, los cuales revelaron que es una de las áreas con las prácticas más tempranas de agricultura en el continente americano.

Esta investigación se ha centrado en el estudio de cinco núcleos agrarios del Valle de Tehuacán-Cuicatlán con tenencia de tierra ejidal, propiedad de uso común por un grupo de campesinos/as, donde la principal actividad productiva es la agricultura . Dos de ellos, San José Axusco y Santiago Quiotepec se encuentran localizados en la parte baja del Valle de Tehuacán-Cuicatlán, un ecosistema dominado por la fuerte presión de las actividades humanas; un tercero San Luis Atolotilán situado en la parte intermedia, con una alta riqueza de bosques de cactus columnares; y dos más en la parte alta del valle, Santa María Ixcatlán y San Lorenzo Pápalo, con presencia de bosques templados en los que predominan árboles de hoja caduca.