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La Bolivia de Morales

Fuentes: El Plural

Los gobiernos de Venezuela y de Bolivia tienen muy mala prensa en España. Los rotativos que tienen mayor difusión en el país publican con gran frecuencia artículos sumamente críticos de los gobiernos presididos por Hugo Chávez y por Evo Morales, acusándoles de todo, incluso de tener un deseo oculto por establecer regimenes semejantes al cubano. […]

Los gobiernos de Venezuela y de Bolivia tienen muy mala prensa en España. Los rotativos que tienen mayor difusión en el país publican con gran frecuencia artículos sumamente críticos de los gobiernos presididos por Hugo Chávez y por Evo Morales, acusándoles de todo, incluso de tener un deseo oculto por establecer regimenes semejantes al cubano. Tales rotativos hacen constante referencia a una supuesta reducción de la libertad de prensa en aquellos países, ignorando que existe y continúa existiendo mayor libertad y diversidad de prensa en aquellos países que en España, realidad que es fácil de ver por aquellas personas que conozcan bien tales países. Sólo un ejemplo. Cuando el Rey de España insultó al Presidente Chávez en la reunión de dirigentes de América Latina en 2007, la prensa venezolana estuvo dividida, mientras algunos medios defendieron a Chávez, otros defendieron al Rey de España. Había, y continúa habiendo, diversidad de opiniones. No así en España. Todos los medios de mayor difusión aplaudieron al Rey, y ni uno solo (repito, ni uno) defendió a Chávez. Existe mucha menos diversidad informativa en España que en Venezuela o Bolivia. No se ha publicado ningún artículo en aquellos medios favorables a la situación en Bolivia.

En realidad, Bolivia es uno de los países que, últimamente, ha estado creciendo económicamente más rápidamente en América Latina. El crecimiento promedio anual de su PIB es del 5,2% desde que el Gobierno de Evo Morales inició su mandato. Y es probable que este año tenga el mayor crecimiento económico de aquel continente. Esta situación es, como el informe sobre Bolivia del prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington indica, particularmente meritoria debido a la enorme crisis que está afectando a toda América Latina, incluyendo Bolivia, donde EEUU retiró gran parte de sus inversiones en aquel país, atravesando, además un periodo de gran convulsión política, resultado de las intentonas golpistas de la oposición, con el predecible apoyo del gobierno federal de EEUU.

Lo importante a señalar sobre este dato económico es que el gobierno Morales ha roto con las políticas neoliberales de sus antecesores, siguiendo políticas opuestas al Pensamiento Único que dominaba (y continúa dominando) gran parte de las instituciones internacionales, como el FMI y el Banco Mundial. Así, aumentó, en lugar de disminuir, su déficit fiscal pasando de tener un superávit de un 5% del PIB en 2008, a un déficit de 0,7 en 2009, añadiendo un estímulo económico de casi 6 puntos del PIB. Este déficit se utilizó para incrementar la inversión pública que alcanzó el 10,5% del PIB en 2009 (en 2005 había sido de un 6,3% del PIB). Este gran estímulo económico permitió que Bolivia no cayera en la recesión que han sufrido muchos países en Latino América.

Otro cambio que ha hecho el Presidente Morales ha sido el de controlar el gas natural, tanto su producción como los beneficios que derivan de su explotación. Como consecuencia, los ingresos al estado han crecido desde 2004, alcanzando un porcentaje, 20% del PIB, desconocido hasta entonces. Parte de estos ingresos han sido invertidos en el sistema escolar, en servicios de atención a la infancia y a sus madres (en un programa extenso que tiene como objetivo reducir la mortalidad infantil) y en aumentar las pensiones para prevenir la pobreza entre los ancianos. Estos gastos benefician sobretodo a las clases populares y muy en especial a los sectores más desproveídos de recursos, lo cual ha contribuido a que las desigualdades sociales (medidas por el índice Gini) se hayan reducido. También hubo un notable incremento en servicios de saneamiento (la recogida y tratamientos de basuras), pasando de cubrir el 68% al 80% de la población. Ni que decir tiene que Bolivia continúa siendo uno de los países más pobres de América Latina. Pero, por primera vez, desde hace ya muchos años, los cambios introducidos por el gobierno Morales han supuesto un cambio de rumbo muy importante.

Es paradójico que medios y fuerzas políticas que dicen estar preocupadas por la enorme pobreza que existe a nivel internacional, movilizándose para proveer ayuda humanitaria a los países pobres -como ahora en Haití-, se opongan tan violentamente a aquellas fuerzas que están disminuyendo exitosamente la pobreza.

Fuente: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=43608