Sombreros fuera, que hablamos con un dios. Ramón Martínez Palomares, alias Rampa, alias EnderWiggins, alias el sexto apóstol y lo que no sabemos, nos da acceso a su red casera de VoIP para explicarnos la parte de su vida que es historia de Internet. Estamos ante un hacker total, con claras inclinaciones «phreakers», que a los 20 hacía «blueboxes» y ahí sigue, jugando a llamar con el móvil por el morro. Su voz, amable, apasionada a ratos, tímida, suena en mis cascos. Es todo lo que «veré» de él en casi dos horas.
-¿Hola?
-Muy buenas.
-¿Me oyes bien?
-Perfectamente.
-¿Vamos a ello?
-Venga.
-Dame la información personal que quieras que se sepa.
-Tengo 39 años, 3 hijos y trabajo en informática, en redes, de toda la vida.
-Tu aventura más conocida ha sido Encomix.
-Fue el primer proveedor de Internet desvinculado de la universidad.
-Bueno, había Goya…
-Goya utilizaba recursos de la Politécnica de Madrid, era goya.dit.upm.es. Encomix no podía tener un .es porque estaba reservado a la comunidad educativa. Me lo dejaron tener 3 años más tarde, después de pelearme mucho con ellos. Así que Encomix.com fue el primer dominio punto com español.
-Siempre me dio la impresión de que Goya era para ricos.
-Sí. Cobraban a peseta el Kilobyte de correo nacional, a 10 el europeo y a 22 el de allende los mares, o sea a los .com, incluído Encomix.
-Debió ser complicado ser el primero.
-Bastante. El primer dominio lo tuve en Estados Unidos y después en Alemania. Por allí me encontré con Armando Ramos, que fue mi socio. Él tenia un dominio .org. Juntamos esfuerzos y por fin dejamos de tener direcciones extrañas UCP y entramos en Internet.
-Encomix fue antes una BBS.
-Sí. La palabra Encom viene de la empresa que hace los videojuegos de la película «Tron». Monté la BBS en el 87-88 y el proveedor, como empresa dada de alta, el 1 de febrero del 93.
-¿Cómo se te ocurrió?
-En aquella época, el ISP sólo era news y correo. El web estaba en mantillas. No había tanta necesidad de estar conectado continuamente, pero sí teníamos una necesidad de correo y acceso a grupos de noticias. Yo soy de Monóvar, en Alicante, un pueblo pequeñito. Era un vicioso de la informática y tenía avidez de leer libros. El «Sistemas operativos, desarrollo e implementación» de Tannenbaum, donde estaba el código fuente del Minix, me costó 14.000 pesetas de entonces, trayéndolo de EEUU.
-Buf…
-Me gustaban mucho los Unix y los Vaxes. El mejor libro que se ha escrito sobre VMS era gratuito, de la Universidad de Oregón, pero había que conectarse a esa universidad para bajarlo. Ahí empiezas a conocer Internet, Compuserve, las redes y ves que hay una necesidad. Cuando me junto con Armando, nos juntamos dos locos, empezamos compartiendo las llamadas de UCP para bajarnos el correo suyo y mío, después el de otro amigo…
-De repente no te oigo bien. Espera, que cambio de ordenador…
-¿Hola?
-¿Me oyes bien ahora?
-Estupenda.
-Viva Debian, abajo Ubuntu.
-Jojo. La verdad es que un poco sí. No… también puede ser cualquier problema de codecs en tu Ekiga o el que uso yo.
-Decías que detectasteis una necesidad.
-Bueno, más que detectarlo es que nosotros teníamos una necesidad y nos salía carísimo porque ya había muerto la «bluebox» y no se podía llamar gratis a Estados Unidos. Empezamos compartiendo nosotros, después haciendo «bridge» de correo de Fidonet a Internet y, al final, lo abrimos a empresas. Les decíamos: lo que pagas de fax internacional, lo podrías mandar prácticamente gratis por email. Era nuestra política comercial.
-Ajá.
-Y por el acceso a los grupos de noticias, porque cualquier cosa que quisieras programar, en el 87-88 yo programaba en Pascal, en C y en Cobol, tanto profesionalmente como vicio, sobre todo como vicio, y era imposible encontrar documentación en España a un precio asequible. Sin embargo, los grupos de noticias estaban llenos de gente que exponía código, podías preguntarles. La misma brecha digital que ahora, pero a lo bestia.
-¿Encomix fue el primer proveedor con tarifa plana?
-Nosotros inventamos el término, es una mala traducción de «flat rate». La llamamos plana por las curvas: Telefónica tenía su tarifa normal, reducida y super reducida. Lo habían copiado de las tallas de preservativos de los norteamericanos, que está la grande, la super grande y la jumbo.
-Jaja.
-Telefónica me tenía investigado porque pensaban que había montado un locutorio, porque tenía mucho tráfico internacional, y un locutorio era super ilegal. El tema Internet no lo veían como competencia, era cosa de cuatro frikis. Hasta que empezó Al Gore a mover el tema de las autopistas de la información. Luego ya se pusieron como proveedor, hicieron Ibernet, que ya no hizo falta tener líneas internacionales, y vino el «boom» de los proveedores en España.
-Cualquiera montaba uno.
-Es que te lo ponían muy fácil. Yo siempre he tenido nodos locales, mis líneas y las x25 para llegar donde no podía, con RDSI, con un poquito de todo. Ellos te daban un «kit»; te daban Internet, el acceso, ponían los módems, Infovía, todo a la puerta de tu casa con «frame relay», todo montado y con un lazo.
-Hasta que un día hizo pluf. ¿Qué pasó?
-Te puedo decir lo que me pasó a mí. Armando y yo nos habíamos unido con Intercomputer, que daba servicios bancarios. Teníamos mucho usuario porque fuimos con el cuento a los bancos: meta a sus clientes en Internet y ahorre en oficinas. Las primeras bancas online, Caixa Catalunya, Caja de Navarra, Ibercaja, se hicieron en Intercomputer.
-Caramba.
-Entonces, me encontré con 250.000 usuarios y un anuncio graciosísimo: que Telefónica iba a sacar una cosa llamada ADSL. Ahí nos habrían dejado fuera de juego. Y, justo en ese momento, el mayor proveedor de Internet del mundo, PSINET, hizo una oferta que no podía rechazar.
-¿Cuánto?
-No se puede saber. No se debe.
-Sé de uno que con las ventas de aquella época se compró un Ferrari. ¿Qué te compraste tú?
-Un edificio… y unos ahorrillos. Me quedé trabajando con PSI, con un contrato que si los dejaba tenía que pasar cinco años sin trabajar en informática.
-¿Y?
-Seguí allí hasta que me cansé de multinacionales, hubo una pelea y me despedí con un matasuegras en un despacho.
-¿Estuviste cinco años sin trabajar?
-Sí. Fue gracioso porque debían un 30% del pago y, en ese tiempo, la acción de PSI bajó de los 60 dólares a menos de uno, con lo que no pagaron lo que adeudaban y nos quedamos la empresa, que ahora es TB Solutions, aunque ya estoy desvinculado de ella.
-¿Y qué hiciste esos años?
-Monté un estudio de grabación en mi edificio y me dediqué a grabar discos, que era mi afición. En 2005 volví a dar la lata, monté un proveedor wifi con cobertura total en Monóvar y Elda. Era una red abierta, cualquiera se podía conectar pero no salir a Internet, que era de pago, con lo cual tenía su vidilla interna.
-¿Sigue aún?
-Lo cerré por discusiones con mi socio. Ahora trabajo en temas de gestión de ancho de banda y seguridad en Oqotech, una consultora de Alcoy.
-¿Por qué ya no hay más pequeños y medianos ISP?
-Porque no hay nada que dar. El proveedor de Internet es el operador de telefonía, que tiene el ancho de banda y hace todo el negocio: pone las ADSL, llega a su central y está empezando a dar servicios de IT total.
-Yo me siento una rehén de Telefónica.
-Sí, lo somos. No es que sean buenos, es que el resto son muy malos. Y todo intento de liberalizar la red queda silenciado. El día de Internet, los de Red.es montaron una carpa y tenían una wifi con un ADSL de 2 megas y la gente les preguntaba: ¿No hay wifi para tal cosa? Y decían que la wifi no les parecía prioritaria. ¡Ja! Van de la mano unos y otros.
-También la CMT y Telefónica.
-Sí. Jugando con temas de telefonía IP y viendo tarifas entre proveedores, ves el negocio que tiene esta gente y es increible. Yo voy con mi teléfono móvil dual, tiene wifi, VoIP y GSM, y el 95% de llamadas las hago por VoIP, porque tanto en la oficina, como en mi casa, como en el camino tengo puntos con cobertura wifi. He bajado la factura de 60 euros a uno y medio.
-Pero tú eres un hacker. ¿Qué hacemos el resto?
-La lucha en qué estoy ahora, que quiera hacer empresarial con la compañía que he inventado, Morrotel, es el tema de wifi, puntos de acceso libres y voz por IP: ir con teléfonos de voz por IP, que ya comienzan a ser baratitos, y poder estar en cobertura por todos lados. De momento lo estamos usando beta a beta y puedes llamar a cualquier parte del mundo.
-¿Con el Ekiga?
-Sí. Estamos trabajando con teléfonos por software, que es gratis, con el protocolo SIP, pero mi idea es la interconexión total, porque en la voz IP hay un montón de proveedores que dicen: yo quiero el mismo negocio que tiene el otro. Y no, señores, esto es Internet, la voz IP es como el correo, tendríamos que poder llamarnos entre todos los proveedores y no querer cobrar a los otros por las llamadas de tu red.
-Veo que estás muy metido.
-En Internet empezó igual, con el hacking para llamar gratis y todo el problema era eso y los datos gratis. Ahora estamos en la misma. Se han arreglado algunas cosas, pero otras han aumentado desde que tenemos los móviles.
-Pero ya no hay hackers que nos provean el acceso…
-Están por ahí, lo que pasa que el término está prostituido y hay mucho script-kiddie, de esos que prueban todos sus scripts contra tu máquina, a ver cómo pueden hacer daño. Yo eso no lo he hecho en la vida. Los que conozco de esa época entrábamos en las máquinas para aprender. Todos están ahora trabajando en temas de comunicaciones y sin un reconocimiento, se lo llevaron los políticos, Telefónica…
-Tú eres un hacker de software, de hardware, de phreaking… ¿Fuiste a la universidad a aprender?
-No. ¿Que raro, verdad? Mi madre era muy aficionada a la radio, ahora lo es a Internet. Yo era muy pequeñito, en el 78, y por mi casa siempre había libros de electrónica. Me empecé a montar cosas, radio, televisión, inventos para putear a los amigos, como un grillo que lo pones debajo de la cama y cuando apagas la luz, canta.
-Jaja.
-En el almacén de mi padre pusieron un IBM S/34 y ahí íbamos los críos en vacaciones. Cuando venían los de IBM, como sabía electrónica, me fijaba en lo que hacían, tomaba nota de todo. Al mismo tiempo, me monté un ordenadorcito, con un 6502 que se programaba en ensamblador.
-¿De cero?
-Sí. Tenía un teclado a base de palanquitas, de interruptores metálicos, hexadecimal, y un «display» de barras, super friki. Podías hacer operaciones simples pero, claro, yo tenía el ojo echado al grande. Al año siguiente, como me había fijado en el usuario y password con el que entraban en la biblioteca de desarrollo, hice un programa que, obviamente para ser el primero, no tenía ningún comando de salida ni nada por el estilo y hizo un bucle, en un sistema con 16 Ks de RAM, 16 personas facturando, un bucle cerrado imprimiendo cosas en la pantalla. Tuvieron que venir los de IBM, que se me quedaron mirando, tenía yo 8 o 9 años, y le dijeron a mi padre que a ver si me compraba un ordenador.
-Simpáticos.
-Luego ya vino mi primer ORIC-1 y ordenadores como dios manda. Allí ya empecé la guerra de la informática, pero al revés: no la empecé con BASIC, como todo el mundo, sino con ensamblador. A los pocos años trabajaba y estudiaba y, en la empresa, trajeron un módem de 1.200. Madre mía. Yo tenía uno de 300, pero no había conseguido conectarme con nadie, era de esos con orejeras que metías el teléfono dentro, un Heraldo, porque otro no entraba.
-Como en «Juegos de Guerra».
-Sí. Y eso que trajeron un 1.200 y se me ocurrió probarlo. Ahí ya me entró el vicio de las comunicaciones, hacerme programas, descubrir las BBS, encontrar que hay más gente como tú, que no estás solo.
-¿Cuál fue la primera BBS en la que entraste?
-Crisis Mundial, de Fernando de Elzaburu, un señor mayor, periodista científico. Era un BBS dedicado a su último libro.
-¿Y la primera máquina?
-El «mainframe» de la Universidad de Alicante.
-¿Con permiso?
-Sin. La descubrí haciendo «wardialing» con un marcador que me hice. Dije, a ver en mi rango de números qué hay y contestó un módem. A la tercera cuenta que probé entré dentro.
-¿Qué sentiste?
-Es una especie de… no lo sé… pero no se me ha pasado aún, ya te digo, aún me dura.
-¿Que hacíais en las BBS?
-Había un área hacker, con poco nivel pero conoces gente. Yo andaba dando vueltas a los enlaces Sokotel y me encontré con otros dos: uno que ya lo tenía solucionado, Jordi, «ThePhreaker», a mí me faltaba sólo un tono, y Michel, «DepecheMode».
-Y a jugar.
-Hacíamos una «party line»: yo llamaba con «bluebox» a Michel y él, que tenía dos líneas, llamaba a Jordi «blueboxeando». Entonces Michel cogía un cable de cobre, unía las líneas y teníamos llamada a tres. Hasta las 6 de la mañana hablando.
-¿Qué significa «blueboxear»?
-Hacerte pasar por una central. Los teléfonos de tonos marcan, la central se entera de lo que has marcado y selecciona la línea por donde tiene que salir, por un enlace gordo, y llega a otra central. Este enlace estaba señalizado dentro de banda con sonido que era audible. Cuando el enlace estaba libre, hacía un pitido de 2.500 hertzios. Cuando cesaba el pitido, el enlace sabía que tenía que esperar marcación. Lo que hacías era establecer una llamada gratuita, a Información por ejemplo, y tal como te respondía la operadora soltabas el tono de 2.500 hertzios. El enlace interpretaba que volvía a estar libre, dejabas de dar los 2.500 y el enlace esperaba marcación. De forma que estabas marcando como si fuese una central llamando a otra, no había tarificación de usuario.
-Je.
-Lo descubrimos gracias a que algunas señoras de la zona de Gerona, cuando decían «digui» (diga) al descolgar, el tono era tan agudo que llegaba a los 2.500 hertzios y cortaba el enlace. Ahí tuvimos la inspiración: ¡Narices, es sokotel!
-¿Cómo cómo?
-Sokotel era el tipo de enlace que señalizaba el dentro de banda. Los americanos señalizaban en 2.600, que lo habíamos probado 20.000 veces y en España no funcionaba.
-¿Os lo sopló alguien de Telefónica?
-La persona que lo explicó no sabía el por qué.
-Hace un rato que ya no hablas individualmente sino como grupo. ¿Estamos con los Apòstols?
-Sí. Bueno, alguno no lo era. Empecé con las «bluebox» con otra gente, con Juan Ignacio, gente de Sevilla. Pero en eso ya conocí el otro lado y hicimos un grupo más fuerte, Los Apòstols.
-Entonces escribiste el «Manual del Novicio al Hacking», que firmas como el sexto apóstol.
-Sí. Un día, en un sistema de la Universidad de Baleares, le saltó el Phone al operador, que en el VMS es como el Talk de Unix: «Ave María hermano, los apóstoles están contigo». Y ya siempre nos presentábamos así.
-Qué follón.
-Imagina, a las 3 de la mañana, que te salte esto en una consola. Hay que decir que Jordi no sólo entró sino que les ayudó a cerrarlo.
-Jordi estuvo contando batallitas aquí, en «@rroba», de cuando jugábais por las redes x25.
-Y cuando le pillamos a Telefónica el password global de todos los nodos x25: ORTSAC, que era el apellido del tío que lo había hecho, Castro, puesto al revés. Lo pilló José Ridel, «Horserides», líder de los Glaucoma, también conocido como IDLC (inglesito de los cojones), en Zaragoza. Se hizo pasar por un inglés que venía a vender «time-sharing». Cuando se conectaban, el tío miraba el ID y el password, se lo aprendió de memoria y ya lo tuvimos.
-También os paseasteis por el ordenador de «El huevo del cuco».
-Y por muchos lados. Yo paseaba mucho por VISA, que tenía Unix en aquel momento. Entraba por un hotel en Barcelona y saltaba a la red de VISA. Estuve así un par de años. Todas sus máquinas estaban conectadas por x25 y tenían el mismo password. Pero nunca rompimos nada. Somos la generación que no rompió.
-¿Y qué aportasteis a la red?
-El compartir código, tener BBS dedicados a la programación, la interconexión de Fidonet con Internet… El traer aquí lo que hacían fuera.
-¿Antes de vosotros hubo otros grupos?
-Glaucoma, un año antes. Bueno, alguno fue común. Eran de Zaragoza y fueron los primeros en España. Hasta que uno se dedicó a amenazar a los del CPD de la Universidad de Zaragoza y se pelearon entre ellos, porque nadie quería ir a la cárcel. Depeche pasó a Apòstols y al poco entré yo.
-¿Cuántos apòstols erais?
-6. Después hubo una segunda tanda, Apòstols-Toxyn, en la que prácticamente no estuve porque estaba enfrascado con mi ISP.
-¿Cuánto tiempo duró el grupo?
-Nace a finales del 89 pero el dominio lo registramos más tarde, cuando ya eran otros apòstols, en 1996, que hubo un segundo resurgimiento porque Jordi sacó Queso y Neped y, muy poco después, fue lo de Toxyn. Ahí ya éramos todos chicos de Linux, habíamos encontrado nuestro sistema operativo y era otra guerra, la del software libre. Con Queso hubo un incidente, el Mossad decía que había traspasado sus «firewalls» y nosotros, que era imposible. Todos los CERTs nos pusieron a morir, decían que un grupo con una página tan negra no podía ser bueno.
-¿Por qué acabó Apòstols?
-Oficialmente nunca hemos acabado. Nos hicimos mayores, nos casamos. Hace mucho que no sé de Jordi, a Michel sí lo llamo de vez en cuando, y de Enric, «PetaVax», y Marcial, «El Maestro», nada, perdidos.
-¿»El Maestro»?
-Sí, el primero. Lo llamábamos así por la puntería y la suerte que tenía, no he visto un tío que llega delante de un ordenador: username, password y dentro. Que lo haga una vez, vale, per a la de tres…
-Entonces el grupo no está muerto…
-No. En la última época ya lo definimos como club de amantes del Unix y, como no vamos a dejar de ser amantes del Unix en toda la vida, no creo que muera.
-¿Nunca te dio miedo la policía?
-No, porque no hacíamos nada malo. Ahora es delito entrar en máquinas, pero entonces no. Si no robas ni rompes nada, no me parece que sea malo entrar en un ordenador.
-Hacía siglos que no oía eso.
-Es que ya estamos con la seguridad, como la gente que te pregunta qué cortafuegos usas. Y yo: ninguno. Y él: entonces si te entran… Y digo: lo que intento es no tener nada que me puedan destruir en la máquina que tengo conectada. Si es tan importante, no la tengas conectada y vive feliz.
-Sip.
-En el primer Encomix, las cuentas que daba eran de shell, directamente te estaba abriendo la puerta. ¿Cómo me va a parecer mal? Internet es interconexión de redes. En el momento que le pones puertas al campo te estás cargando el concepto. Yo le abro una cuenta shell en mi máquina a quien me lo pida, te lo aseguro.
-Olé.
-Hace poco estuve en el laboratorio que tiene INTECO en León, para la seguridad de las comunicaciones, del gobierno también, que se han gastado una pasta, aquello está precioso. Ahora bien, te das cuenta que lo han puesto para las empresas grandes, no la pequeñita ni el hacker. Y te dicen que es por la seguridad. Pero, vamos a ver… no quiero hablar mal de Microsoft porque lo hago todos los días pero, ¿qué problema tienen? ¿los virus? ¿a que tú con Ubuntu no tienes problemas de virus?
-No
-Pues yo tampoco. Y para vivir así ¿cuánto has invertido en seguridad perimetral? Cero. Yo también. Lo que no voy a hacer es que la seguridad me impida navegar o me incomode. Mi wifi está abierta; mi disco, compartido, no tengo nada que esconder.
-Es como el fallo del OpenSSL de Debian, que para tener seguridad se ha acabado más inseguro.
-Todos los hackers buenos que conozco son tecnología «keep it simple, stupid». No nos hemos preocupado nunca porque el código sea perfecto. El fallo de las claves de Debian ha sido que han comentado una línea para que el «purify», que es una línea para purificar código, ¡¡no diera un «warning»!! Y por eso han generado el follón, porque a un pijotero no le gustaba que saliese una línea de «warning», porque no es «cool».
-Después de Apòstols aparecieron otros grupos. ¿Hubo relación con ellos?
-Con La Vieja Guardia sí, con alguno. Y con Hispahack, algún otro.
-Había mucha competencia y agresividad entonces…
-Es lo de: yo no sé de qué vais, tirar vosotros pa’lante que no me gusta lo que hacéis. Aquí es cuando empiezan a hacer de script-kiddies, el vamos a ver qué rompemos y qué página web cambiamos. Una competición unos con otros sin sentido, contrario a lo que hacíamos nosotros, que era toda la información compartida y, cuando uno entraba en un sistema, abría una cuenta para todos.
-¿En ese mundo de egos, cómo se hace para seguir vivo?
-Hace poco, en la televisión aragonesa, entrevistaban a Miguel Ángel, que trabajó en Encomix, y le hacían esta pregunta. Y decía: Mis socios se hacían cruces cuando mi orden era colaborar con todos los proveedores de Internet, hacíamos enlaces, hicimos IRC-Hispano entre todos… Parecía que la competencia era ser mejor que los demás y llegaba Ramón Martínez y decía que había que colaborar con todos.
-El término hacker se ha devaluado. ¿Te sientes mal por ello?
-Me siento mal porque la gente dice hacker cuando quiere decir cracker. Pero hackers han existido, existen y existirán.
-Pues dicen que la comunidad está casi muerta…
-El otro día, en la red Tor, encontré en sus nodos propios un montón de sistemas al estilo de los BBS hacker antiguos, con documentos sobre bombas, drogas y hacking, todo mezclado.
-Pero hay una persecución.
-A raíz de Mitnick. Que enjuiciaran a alguien y le cayera tanto como le cayó, fue allí cuando hubo una variación.
-Hablabas hace un momento del IRC-Hispano.
-Yo me fuí hace mucho tiempo. Cuando vendí la empresa tuve la excusa ideal, justo fue cuando hubo una reunión en Lérida y decían que nos íbamos a constituir como asociación y a mí me tocaba de tesorero. Es otra vez poner puertas al campo. La brecha digital no se combate con millones puestos por el estado sino con un cambio ideológico de la gente.
-¿Y cómo se hace esto?
-Es difícil. Las redes wifi: ¿crees que Telefónica va a estar por eso? Telefonía IP: los operadores móviles se te tirarán encima. La CMT se pondría contentísima de las ideas que tenemos por aquí. Repito: Internet es compartir. Si yo tengo mi red en mi casa y tú tienes la tuya y las unimos, pues ya hemos hecho una pequeña Internet. Si convencemos a muchos, tendremos una Internet grandísima. Cuando Vinton Cerf y Kahn propusieron hacer una red abierta para que hasta los rusos se pudiesen conectar, los llamaron locos. Si ellos lo hicieron en plena guerra fría, no es imposible.
-Antes teníamos grandes sueños sobre la red…
-La revolución está creada, pero ahora que ha llegado el consumo no avanza porque el usuario final no se da cuenta de que es parte de Internet. Él no se conecta a Internet, es Internet que es parte de él y así se va esparciendo. Debería darse cuenta de que, dejando el punto wifi abierto y teniendo conectividad con el del vecino, porque el vecino tienen un proveedor y él, otro, podrán tener «backup» si se les cae una línea. Es dejar de pensar en esa Internet tan global y pensar en la de mi bloque, de mi barrio.
-Por cierto que a esa Internet se le acaban las direcciones.
-Yo ya hace 11 años que conecté mi máquina con IPv6.
-¿Lo vamos a tener todos algún día?
-Sí y cada vez corriendo más. Hasta ahora hemos sobrevivido con la gran trampa del NAT, del cortafuegos que yo tengo una red privada y salimos con una IP pública. Pero se les ha muerto con la entrada de China porque ya sí te aseguro que no hay espacio. La última fecha de implantación del v6, que creo que no se retrasará más, es el 2010. A nivel de «cores» ya está implementado, todos los proveedores gordos lo tienen. Otra cosa es que te lo entreguen en casa del usuario, que te lo pueden entregar, pero te hace falta un router.
-¿Cambiamos de routers y ya está?
-Sí, se configuran solos y ya cogen su dirección.
-¿Y por qué no se ha hecho aún?
-Porque, hasta hace un par de años, Microsoft no tenía pila integrada en el sistema operativo.
-En fin… Acabamos aquí. Ha sido un placer. Y un honor.
-Qué va. El placer es mío.
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Copyright 2008 Mercè Molist.
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[Publicado en el número 130 de la revista @rroba]