Declaración de la Liga de Unidad Socialista
La detención y encarcelamiento el 26 de febrero pasado de la cabeza de la burocracia sindical del SNTE, la lideresa Elba Esther Gordillo, es un acto político del gobierno de Peña Nieto directamente vinculado con la promulgación hace unos días de la «nueva reforma educativa» por la Cámara de Diputados con mayoría priista. Es igualmente un golpe para reordenar las fuerzas en el propio priismo y más allá en el régimen político dominante en su conjunto a favor de Peña Nieto. Es un acto de poder que implementa el recién inaugurado gobierno de restauración priista después de doce años de presidencialismo panista. Su impacto incide en la situación actual y su futuro inmediato.
Pugnas interburocráticas
Por la importancia del liderazgo del SNTE, el sindicato más grande de la república con más de un millón de afiliados, pieza fundamental del dominio tradicional del régimen del Zócalo-Los Pinos , la operación policiaca para detener a Gordillo y sus secuaces tuvo características parecidas a las operaciones políticas realizadas por el gobierno en los espacios sindicales. La opinión pública compara esta operación con la realizada en 1989 por Carlos Salinas de Gortari contra la otra poderosa burocracia sindical de PEMEX, conocida como «El Quinazo». Se trata de pugnas interburocráticas que se traducen en operaciones políticas en donde los grupos dirigentes de los diferentes aparatos del estado entran en purgas en sus propias filas para llevar a cabo sus planes.
En este caso se trata de la transformación radical de la educación pública dentro de las llamadas «reformas estructurales de la segunda y tercera generación» promovidas por el FMI y el Banco Mundial, consistente en una drástica disminución de la planta de maestros, la restricción de los derechos sindicales, la introducción de métodos educativos directamente vinculados con las necesidades de las empresas capitalistas, el énfasis desmesurado en las disciplinas técnicas y la injerencia cada vez mayor de los capitales de la educación, privatizaciones, en la SEP tal y como dictan las mencionadas agencias financieras imperialistas.
La dirección de la Gordillo fue eliminada por la cúpula priista de sus planes «reformadores» de la educación no porque la lideresa pudiera ser un obstáculo importante en la puesta en práctica de la «nueva» reforma de Peña. Muchas «reformas» anteriores con los gobiernos priistas y panistas se han efectuado después de un entendimiento entre ella y la SEP. Su caída se debió más bien a su desgaste ya evidente y el gobierno consideró que el precio por pagar quitándola era menor que dejándola. Así como en 1989, después de otro golpe contra el desprestigiado líder Jongitud del SNTE, Salinas consideró, ante el descontento y la movilización de los trabajadores del SNTE, que era necesario eliminar al viejo líder y poner como lideresa a la Gordillo, ahora Peña Nieto la quita por las mismas razones.
También del mismo modo que sucedió con «La Quina» y Jongitud hoy vemos repetirse la misma historia con la Gordillo. Estos líderes impuestos por el gobierno con apariencias de ser todopoderosos y contar con la adhesión de decenas y cientos de miles de sindicalistas, a la hora que el gobierno los defenestra no hay ni una docena de militantes que salen a apoyarlos en la calle. Los días siguientes de la detención de la Gordillo del más millón de afiliados al SNTE ni uno solo ha protestado frente a la SEP o frente a cualquier autoridad gubernamental en defensa de la lideresa. El espectáculo aún más grotesco es el de los «líderes» de la cúpula sindical que antes la alababan con los elogios más grotescos, no tardaron ni 24 horas en abandonarla a su suerte y elegir a su sucesor en la presidencia del SNTE.
Es cinismo puro la propaganda del gobierno de Peña Nieto cuando dice que el presidente conoció el caso de las operaciones de lavado de dinero y de delincuencia organizada efectuadas por la Gordillo «sólo hace unos días». Es doble cinismo cuando el propio presidente declara que el encarcelamiento de Gordillo se trata de un caso legalmente fundado para «la defensa del patrimonio de los maestros y la defensa de los derechos magisteriales». El desfachatado proceder con que la lideresa manejaba los miles de millones de pesos de las cuotas sindicales de los maestros del SNTE, que suman 140 millones de pesos mensuales, para comprar mansiones en México, Estados Unidos y Suiza, para ejercer compras con tarjetas de crédito de millones de dólares en la forma en que cualquier capitalista maneja sus capitales era un verdadero escándalo no desde hace unos días, sino desde hace lustros. Todos conocían los descarados manejos de la corrupción de Gordillo, igual que lo hacen los gobernantes y los funcionarios de todo plumaje de los gobiernos federal y estatales. Elba hacía exactamente lo que sus pares priistas y funcionarios gubernamentales hacen. Su cloaca se destapó porque así conviene a los gobernantes y para mayor gloria de la restauración priista.
Otra de los ejes subyacentes en la operación contra Gordillo es la venganza política. Gordillo en el final de su etapa como dirigente priista (primero como presidenta de la CNOP y después como secretaria general) en 1999 traicionó descaradamente al PRI enviando subrepticiamente recursos financieros importantes de las arcas de ese partido a la campaña de Fox a la presidencia de la república. Zedillo y Labastida conocieron los hechos y por oportunismo político no los hicieron públicos, lo mismo sucedió con Madrazo, quien como presidente del PRI, tampoco la denunció por estos hechos a pesar de su salida del PRI para aliarse con Fox convirtiéndose así en un aliado del panismo en Los Pinos con derecho a picaporte. Después fue una pieza clave del triunfo de Calderón en las elecciones del 2006. Como recompensa en su sexenio el panista la premió colocando a sus incondicionales en lugares estratégicos, destacándose entre ellos el ISSSTE y la Lotería Nacional.
La subordinación de los trabajadores
Este papel clave del SNTE como operador de las victorias presidenciales, primero priistas y después panistas constituye el otro factor político fundamental que pesa en la situación actual.
La ignominiosa forma en que el aparato estatal mexicano ha subordinado a los trabajadores de México a sus designios desde los tiempos post-revolucionarios, se materializo en el surgimiento de esa capa parasitaria de la burocracia sindical que dentro del movimiento obrero se conoce como «el charrismo». La crisis del SNTE como de los demás sindicatos, petrolero, telefonista y electricista se debe a la situación impuesta por el charrismo. El derrumbe de las organizaciones sindicales encabezadas por estas burocracias -o bien una pérdida substancial de su fuerza, como en el caso de los mineros- no es sino la consecuencia lógica del papel que han desempeñado como apéndices del estado, con toda la antidemocracia y la corrupción que ello acarrea. Apéndices del estado, y no sólo cómplices o socios a nivel del gobierno o administración en turno. Vale señalar que el caso del SME fue algo diferente pues la tradición de este sindicato, el más antiguo de la república que surgió en los años revolucionarios, le permitió conservar algunas tradiciones verdaderamente proletarias pero finalmente, debido a que no logró independizarse de la tutela política del Estado, su burocracia prácticamente dejo desprotegido a la organización cuando vino el golpe terrible de Calderón en el 2009 que liquidó a la compañía Luz Fuerza del Centro, quitándoles su materia de trabajo y convirtiéndolo en un militante movimiento de desempleados.
Las complejas consecuencias
Lo que se abre no es una oportunidad para que los trabajadores pasen a formar nuevas organizaciones, sino más bien una extensión del actual periodo de enorme confusión y debilidad. La clase en el poder está destruyendo importantísimos pilares de la estabilidad de su sistema. No se atisba ninguna oposición importante de clase que pueda por el momento detener este tren devastador de conquistas y derechos de los trabajadores y del pueblo en general.
La tragedia del «llamado sindicalismo independiente» sujeto a los faldones del PRD lo hace impotente para reaccionar ante este golpe. El «Pacto de México» entre los tres partidos obliga al PRD a apoyar la operación de Peña sin ofrecer alguna alternativa a los cientos de miles de trabajadores del SNTE.
Es imposible pensar que la burocracia del SNTE. Después de este golpe pretenda ejercer cierta autonomía con respecto a Peña Nieto. El aterrorizamiento de las direcciones sindicales burocratizadas se ha profundizado. Seguramente los líderes petroleros, electricistas, telefonistas serán aún más obedientes.
Por lo que toca a la oposición política como la de López Obrador y su MORENA, no se han distinguido precisamente por la defensa de causas proletarias, por lo que los trabajadores del SNTE no verán ninguna alternativa aparecer en esos dominios.
Una de las tareas más importantes que realizó la lideresa para el régimen fue la de dividir y corromper a importantes sectores de la oposición de masas que surgió en el SNTE desde el arribo de Gordillo, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. La CNTE está hoy en la mejor situación para iniciar la organización de una contraofensiva a la embestida del PRI que significa el descabezamiento de Gordillo. Deberá recomponerse también y lanzarse a un sendero de independencia de clase si quiere restaurarse como la oposición beligerante y masiva que fue en sus orígenes. Una de las condiciones fundamentales para el rearme de la CNTE es la toma de consciencia de los maestros rebeldes de que deben construir su propia alternativa y dejar de ser subordinados políticos del PRD o del PRD bis que e s MORENA.
Los sindicatos controlados por los charros se han convertido en cascarones burocráticos sin ninguna legitimidad en la base de los trabajadores. Es necesario reconstruirlos, es necesario una estrategia de independencia y democracia sindicales que se inicie desde abajo con comités de escuelas y de lugares de trabajo en general para que surjan las nuevas direcciones sin ningún vínculo con el aparato de Estado y sus partidos.
Es necesario que los golpes contra los trabajadores comiencen a impulsar la consciencia de clase ausente hoy en amplísimos sectores de las masas explotadas. Sólo aprendiendo hasta lo más profundo las lecciones de estos tiempos tan difíciles se comenzará a vislumbrar la contraofensiva de los trabajadores en la perspectiva de una línea de independencia, de democracia, de lucha anticapitalista y antiimperialista por el socialismo, de internacionalismo con los pueblos de América Latina para que los trabajadores sean los protagonistas del nuevo México soberano, libertario y socialista que es la única meta capaz de conducir a la verdadera liberación y emancipación del pueblo de México.
¡DEFENDAMOS LA EDUCACIÓN PÚBLICA CIENTÍFICA Y POPULAR!
¡POR UN SNTE DEMOCRÁTICO E INDEPENDIENTE!
¡POR LA INDEPENDENCIA Y LA DEMOCRACIA SINDICAL!