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Textos de Arturo Kemchs, Subcomandante Marcos, Rigoberta Menchú Tum, Ángel Escudero de Paz y Carlos Monsiváis *

La caricatura periodística y la paz

Fuentes: Sala de Prensa

¿Hacer un libro sobre la paz? ¡Va! Para qué, si las guerras continuarán, si la injusticia continuará, si la deshumanización es permanente. ¿Para qué…? ¿Para qué…? Creo que todos los seres humanos venimos a cumplir una función social en el planeta: los campesinos, a cosechar alimentos; los arquitectos, a construir viviendas; los médicos, a curarnos; […]

Arturo Kemchs... desde otro lugar de la Selva Cachondona.¿Hacer un libro sobre la paz?

¡Va! Para qué, si las guerras continuarán, si la injusticia continuará, si la deshumanización es permanente. ¿Para qué…? ¿Para qué…?

Creo que todos los seres humanos venimos a cumplir una función social en el planeta: los campesinos, a cosechar alimentos; los arquitectos, a construir viviendas; los médicos, a curarnos; los camioneros, a transportarnos; los maestros, a enseñarnos; los poetas, a sensibilizarnos. ¿Y los caricaturistas? ¿Los caricaturistas para qué están? Pienso que los caricaturistas formamos parte de este grupo de individuos que escribimos la historia, nuestro trabajo es la referencia que le permitirá a la humanidad situar nuestro paso por el mundo. Nosotros, al igual que los historiadores y los periodistas, escribimos… sólo que, en nuestro caso, dibujamos la historia del planeta, con nuestro trabajo dejaremos testimonio de lo ocurrido en nuestra estancia por la vida.

Muchas referencias históricas se han tomado con base en grabados, esculturas y dibujos, incluso hallazgos gráficos han dado claridad a la historia universal. Pues igual las caricaturas, son un testimonio más de nuestra historia; quizás por ello pensé en hacer este libro, simplemente como precedente de este momento histórico.

Cuando empecé a contactar con mis compañeros e invitados a este loco proyecto, la respuesta fue inmediata; pronto comenzó a saturarse mi correo electrónico, se terminó el papel del fax y empecé el recorrido por los estudios de diferentes caricaturistas para recopilar el material. Revisé minuciosamente mis archivos y en pocos días pasaron por mis ojos miles de caricaturas por seleccionar; al final, la recopilación fue de más de mil trabajos, de los cuales sólo tuvieron que ocuparse una pequeña parte, misma que usted tiene en sus manos.

El material aquí publicado no son caricaturas hechas a propósito por o para una guerra, estos cartones son una propuesta echa por los caricaturistas del mundo con respecto a la paz universal en diferentes épocas.

Este material es una muestra de lo que han elaborado los caricaturistas durante muchas guerras. Aquí veremos caricaturas que fueron publicadas en la época de los grandes enfrenamientos entre potencias, la guerra de Vietnam, la guerra del Golfo y hasta guerras religiosas.

En mi experiencia como jurado internacional, he percibido que el tema de la paz es permanente para todos los caricaturistas del mundo, tan es así que algunos cartones de este libro son caricaturas premiadas internacionalmente.

El tema de la paz ya forma parte de la temática reiterativa e inevitable de nuestro trabajo como creativos. El propósito de este libro es mostrar cómo la caricatura pacifista ha estado presente en todas la épocas, en todos los países y en todas las circunstancias. Para los caricaturistas, hablar de paz es prácticamente un deber.

Es imposible pensar que exista en el mundo un solo caricaturista editorial que no haya tocado el tema.

Con este trabajo me imagino a los colegas con sus plumillas bien afiladas resguardando el ave blanca, los imagino enfurecidos recargando sus plumillas contra los tanques; a muchos de ellos, con sus instrumentos de trabajo ya achatados, desgastados por el tiempo y el trabajo cotidiano en el que se han manifestado por años en contra de los movimientos armados mundiales.

Muchos de nosotros tal vez estaos cansados de tanto insistir en los reclamos contra el holocausto, pero desgraciadamente aún falta mucho papel por utilizar, mucha tinta por derramar y muchas ideas que exponer en contra de la destrucción de la vida.

Nuevamente con este trabajo quiero hacerle un homenaje a todos aquellos creativos que con su trabajo han aportado ideas para este modesto trabajo.

Arturo Kemchs
Presidente de la Unión Iberoamericana de Humoristas Gráficos

PILOZO / ECUADORDesde algún lugar de la selva…

Hay en el mundo un espejo. Él nos permite saber qué somos, que fuimos y que podemos ser. La imagen primera no es nada agradable, la segunda nos explica y la tercera nos promete.

El problema está en saber encontrar el espejo. No es fácil, pero lo realmente peligroso es atreverse a mirarse en él.

Un poco de distancia de uno mismo, ayudado por una sonrisa, facilitará las cosas.

Es claro que cuando ésta guerra termine, me dedicaré a la caricatura. Los caricaturistas son los únicos seres de la sociedad moderna capaces de verse en un espejo y reírse.

Ojalá aprendieran los políticos de ellos.

Subcomandante Marcos
Ejército Zapatista de Liberación Nacional

BARTEK BROSZ / POLONIAEl poder de la caricatura

La caricatura tiene el poder de visualizar y la habilidad, mediante unos cuantos trazos, de enseñarnos, de describirnos, de valorar y de denunciar, con energía, la realidad de nuestro tiempo. Nos permite tomar partido, como en esta oportunidad. En un momento en que los intereses belicistas de la potencia norteamericana ponen en peligro a toda la humanidad, los caricaturistas del mundo nos hacen recordar que la humilde paloma de la paz, con sus plumajes blancos, blancos, representaba la esperanza de una mejor calidad de vida para todos los habitantes del planeta.

Con ilustraciones nos enseñan que mientras unos nos empecinamos por demostrarle a la paloma de la paz nuestra esperanza por construir un mundo ideal, armonioso, digno, justo, con el bienestar social y con respeto mutuo, otros se empecinan por la devastación haciendo de la guerra su mayor fuente de riqueza y su insaciable deseo de destrucción. Si la paloma de la paz tuviera que optar por elegir, sin duda alguna diría: «No a la industria militar, no más guerras en mi nombre», como muchos de nosotros decimos: «No a la guerra, no más guerras en nuestro nombre».

Gracias a Kemchs, gracias a todas y todos los caricaturistas del mundo por unirse a la lucha por la paz y por defender con su magia y su talento el honor de la paloma de la paz.

Rigoberta Menchú Tum
Premio Nobel de la Paz

Manifestación gráfica de los caricaturistas

La historia de los dos últimos siglos nos demuestra que la caricatura ha sido y es una expresión cultural que combina el arte, el humor y la crítica para analizar los aspectos de interés general.

En nuestros días la caricatura se ha convertido en un lenguaje universal, un género que tiene plena vigencia en todos los continentes, ya que exalta la creatividad artística y contiene valores culturales transmitidos a través del humor gráfico.

Ante la grave crisis que enfrenta la humanidad a causa del conflicto iraquí, el Presidente de la Unión Iberoamericana de Humoristas Gráficos, Arturo Kemchs Dávila, ideó un proyecto de gran relevancia. Una convocatoria a caricaturistas del mundo entero sobre el tema de la paz universal.

La respuesta por parte de los caricaturistas del mundo entero fue muy positiva. Se recibieron cientos de trabajos. Por ello, Kemchs decidió hacer una publicación en la que recopila una selección de caricaturas procedentes de distintas parte del mundo. Además del valor artístico y cultural de este libro, Kemchs ha logrado la integración de los caricaturistas por medio de sentimientos de paz, amor, solidaridad y conciliación.

Por otra parte, estos trabajos artísticos en favor de la paz del mundo permiten conocer ideas, sugerencias y planteamientos de gran interés para la humanidad. Estos trabajos pueden también ser motivo de reflexión para los líderes que toman decisiones sobre la seguridad mundial.

En conclusión, yo señalaría que todas estas obras son una expresión de esperanza y anhelo de que otro mundo es posible para la humanidad y constituyen una autentica manifestaron gráfica de los caricaturistas de diferentes países del mundo a favor de la paz mundial.

En nombre de las Naciones Unidas y del mío propio, quisiera manifestar nuestro profundo agradecimiento a todos los caricaturistas que han participado en ese proyecto y en especial a Kemchs por haber hecho la convocatoria y haber logrado la publicación de este magnifico libro que sin lugar a dudas constituye un valioso aporte para la humanidad.

Ángel Escudero de Paz
Naciones Unidas
Director del Centro de Información para México, Cuba y República Dominicana

PEDRO / CUBAVanguardia sonriente

¿Qué tanto smog disipa el poder de un caricaturista? ¿Qué puede el dibujo contra la inversión térmica? El drama ecológico que vive el mundo entero ¿admite el sentido del humor? ¿Hay en el desastre elementos para la risa?

A propósito de lo anterior, los «moneros» -sintetizadores por excelencia del punto de vista de la sociedad- han ejercido largamente sus ideas; cada dibujo es una reflexión, cada cartón con árboles talados y pajaritos muertos es un dar fe de lo que se padece y de lo que se avecina, cada trazo es una idea memorable concretada.

La defensa de la vida en el planeta (y la frase, antes tan estrenduosa, es hoy urgencia cotidiana) es asunto de todos, desde luego, pero la responsabilidad se acrecienta -si los interesados así lo quieren- cuando se dispone regularmente de un espacio de publicación. Los «moneros», testigos ubicuos, testigos profesionales, testigos que se vuelven actores al rehacer con ironía nuestra visión de los que sucede, intervienen con brío y belicosidad en la política, la cultura, la economía, y -como ratifica en la presente muestra- en la protesta contra la devastación de la naturaleza. No son ya profetas desoídos, porque su posición es ampliamente compartida; son, sí, ciudadanos y artistas que desean añadir su indignación y su ironía melancólica a la conciencia ecológica que es, y cada vez más, la manifestación de humanismo. Si es extraordinario el avance de la depredación, y son tan gravosas la debilidad y la irresponsabilidad o la complicidad destructora de los encargados de evitar la catástrofe, es también notable (aunque, por lo pronto, claramente insuficiente) el crecimiento de la respuesta pública, a cuyo desarrollo tanto contribuyen los «moneros», vanguardia sonriente, y felizmente inmisericorde, de la sociedad civil.

Carlos Monsiváis


* Arturo Kempchs publicó el libro Haz el humor y no la guerra (Editorial Cartón, 2003) recopilando cartones y textos, de los cuales el monero mexicano seleccionó unos cuantos como su primera colaboración para Sala de Prensa.