La CIA, contrainsurgencia, narcotráfico y caciquismo: Entramado esencial para la formación del narcoparamilitarismo

«Los gringos te hacen y los gringos te deshacen», es una de las frases más frecuentes de los narcotraficantes.

Introducción

En el estado de Veracruz, como venimos indicando en la entrega anterior, una vez concluida la revolución mexicana, las relaciones de poder se mantuvieron casi intactas, pese a que fuera en dicho estado donde se desarrolló uno de los conflictos obreros determinantes para el estallido de la insurrección, la huelga de Río Blanco.

De manera que, igual que ha ocurrido en el resto del país, el campo veracruzano ha sido dominado por caciques y terratenientes, quienes han logrado construir verdaderos feudos. Cimentando su poder en base a la violencia ejercida por sus pistoleros y guardias blancas. Toda vez que dichos grupos han teniendo la capacidad de asolar regiones enteras y de hacer desaparecer a todo individuo que represente un estorbo a sus intereses.

Al respecto cabe mencionar, la región cafetalera de Misantla-Yecuatla-Juchique de Ferrer, que estaba compuesta también por tierras agrícolas y pastizales para ganado. Porque fue motivo de codicia y apropiación del cacique Manuel Parra, quien daría forma a La Mano Negra, desde la Hacienda de Almolonga, estando apoyado por el gobernador Gonzalo Vázquez Vela (1932-1936) y por el gobierno federal^¹.

Y mediante esas relaciones políticas a nivel nacional, sería como Parra lograría el apoyo militar de Pablo Quiroga Escamilla, quien era subsecretario de la Secretaría de Guerra y Marina y de militares como Heriberto Jara Corona. Siendo que este último estaba interesándose en el control y la represión de las organizaciones campesinas veracruzanas, y para lo cual promovería la creación de sindicatos blancos en ciertos ingenios como el Modelo de Cardel, donde a partir de ahí tendría enfrentamientos armados con campesinos de la Liga Roja y de la Confederación de Trabajadores de México^².

Así como Parra, mediante la Mano Negra, también apoyaría a la liga Blanca, la cual estaba relacionándola con los hermanos Armenta, quienes eran guardias blancas de Juchique de Ferrer. Y derivado de lo cual, La Mano Negra tendría un gran poder desde el norte de Almolonga, municipio de Naolinco, hasta la costa del Golfo de México^³.

Pero más todavía, a partir de la Mano Negra, a lo largo del siglo XX y XXI se han desprendido otros grupos similares, como: La Sonora Matancera^⁴ y la Columna Volante. Grupos donde a su vez han destacado personajes como: Tomás Sánchez Vitorero “Tomasín”, Toribio Gargallo, Cirilo Vázquez y Felipe “El Indio” Lagunés^⁵.

Teniendo dichas agrupaciones como prioridad la labor de aterrorizar a los pobladores del campo, principalmente a los líderes y militantes de movimientos campesinos ajenos a la hegemonía política del PRI. Así como también han tenido como tarea principal, despojar tierras e introducir paulatinamente el tráfico de armas y de drogas, todo lo cual ha venido ocurriendo al amparo de las autoridades estatales y con la colaboración de algunos cuerpos de seguridad de nivel federal^⁶, por lo que, así se iría dando forma al actual narcoparamilitarismo^⁷.

Dentro de tal lógica, se sabe que las policías han funcionado con un plan diferente al de los ministerios públicos y jueces, por lo que han sido desplazados en los hechos por los pistoleros de caciques tales como Hugo Izquierdo, Toribio Gargallo, Felipe Lagunes y Cirilo Vázquez, quienes controlaban el territorio mediante un sistema de coadyuvancia.

De suerte que, los caciques de Veracruz, cuyos grupos de pistoleros controlaban amplias regiones del estado, han sido a su vez compadres o aliados de policías federales, por ejemplo, los hermanos Izquierdo estaban ligados a Félix Gallardo y Arturo Durazo. Mientras que los políticos tradicionales encabezados por “tecnócratas^⁸” como Agustín Acosta Lagunes y Patricio Chirinos, han negociado el control de aquellas regiones mediante pactos de cooperación para el control político social.

En tal sentido, Acosta Lagunes decía “ustedes cuiden allá que yo desde aquí les hecho la mano”. Funcionando el sistema caciquil implementando la seguridad pública como un mecanismo de protección para sus intereses, situación que se intentaría modificar con Fernando Gutiérrez Barrios^⁹, pero aún subsiste.

La CIA, contrainsurgencia y narcotráfico

La historia de la CÍA en México entre 1956 a 1968, así como la de su jefe de estación, Winston Scott^¹⁰, se destacará porque Scott incorporara a la nómina de la agencia de inteligencia a altos funcionarios del gobierno federal mexicano.

Toda vez que, Scott era el responsable de poner en funcionamiento en nuestro país la red llamada LITEMPO, mediante la cual se comprarían los servicios de funcionarios mexicanos y de otros países, para que estos trabajaran a favor de los intereses del gobierno de Estados Unidos.

Entre los servidores públicos mexicanos registrados en la nómina de la CIA estuvieron los ex presidentes Gustavo Díaz Ordaz («LITEMPO 2») y Luis Echeverría Álvarez («LITEMPO 8»), así como el jefe de la policía secreta Fernando Gutiérrez Barrios («LITEMPO 4»). Quienes tendrían como objetivo principal dentro del plan LITEMPO, la cooperación de dichos funcionarios y la CÍA para detectar a grupos «subversivos» y «comunistas».

Escenario dentro del cual, varios funcionarios mexicanos y el cártel de Guadalajara proporcionarían una importante ayuda a los Estados Unidos, en su lucha contra el gobierno sandinista, al colaborar con la contra nicaragüense.

Respecto a ello, entre 1985 y 1996 decenas de testigos revelarían que funcionarios del gobierno de México colaboraron con la CÍA para desarticular movimientos de izquierda en la región, apoyándose en narcotraficantes del cártel de Guadalajara. A partir de permitírseles traficar droga como pago por la ayuda a la política internacional de Estados Unidos^¹¹.

Pactos de la CIA con el clan de Félix Gallardo que también entablaría al sur del continente con Pablo Escobar Gaviria. Lo que llevaría posteriormente a que, gracias a la CIA, los dos capos se encontraran y entablaran relaciones. Fortaleciéndose así del narcotráfico durante la década de 1980^¹².

Y en adición a ello, se consolidaría la época en que el gobierno federal mexicano tendría un control casi total de la siembra y el trasiego de la droga. Por lo que, no había casi ningún cargamento que no pasara por el permiso y la vigilancia del Ejército mexicano, de la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial Federal. Consistiendo el control en estar «arreglado» con el Ejército, la PGR y la DFS. De manera que, bajo una estricta supervisión se podían sembrar 50 o 60 hectáreas, requiriendo el permiso del jefe de la zona o región militar^¹³.

Teniendo el Ejército mexicano la misión de vigilar los plantíos de droga; la PJF la responsabilidad del traslado de la mercancía, y la DFS la responsabilidad de establecer el contacto directo con los narcotraficantes, así como los controlaba. Trabajo por el cual a su vez os narcotraficantes estaban obligados a pagar una especie de «impuesto» al gobierno federal por dedicarse a esa actividad^¹⁴.

Impuestos cobrados a los narcos que crearían las fortunas de la noche a la mañana de funcionarios y empresarios en México. Mientras que otra parte del dinero, tal como ocurriera en Estados Unidos, era destinado para entablar la lucha contra los movimientos subversivos^¹⁵.

Ritual de la maleta que subsistiría también durante el sexenio de José López Portillo (1976-1982). Época en la que el procurador general era Óscar Flores Sánchez; en la Segob se encontraría primero Jeiús Reyes Heroles (1976-1978) y luego Enrique Olivares Santana (1979-1982); el secretario de la Defensa era el general Félix Galván López; el titular de la PJF era Raúl Mendiolea Cerecero, y a cargo de la DFS estuvo Javier García Paniagua, hasta 1978, cuando fue sustituido por Miguel Nazar Haro, uno de los hombres consentidos de la CÍA^¹⁶.

Narcotraficantes impulsados por la CIA y que introducirán drogas en México.

Alberto Sicilia Falcón^¹⁷, luego de que Fidel Castro tomara el poder en Cuba, éste se ira a Miami, donde estudió en una escuela religiosa, así como se enlistó en el ejército de Estados Unidos. Tras lo cual se enrolaría en una o más agencias de inteligencia estadounidense, incluida la CIA, todo con la esperanza de derrocar a la Revolución cubana en el poder.

De manera que, desde los Estados Unidos, Sicilia Falcón lograra tejer una importante red de tráfico de drogas. Estableciendo su centro de operaciones en Tijuana a comienzos de la década de 1970. A partir de que la frontera le permitía supervisar el tránsito de drogas hacia los Estados Unidos, así como mantenerse alejado de las investigaciones de las autoridades estadounidenses.

Y a partir de ahí, uno de sus contactos en México sería Gastón Santos, quien era cacique de San Luis Potosí^¹⁸, así como Alberto Barruetta, quien incluso intentó hacer negocios de manera independiente. Gastón Santos se encargaba de enviar cargamentos de mariguana producida en Guerrero a las casas de seguridad de Sicilia en Mexicali.

En tanto que, en Tijuana, Sicilia y Gastón Santos se reunían con James Morgan, quien era dueño de Morgan Arms Company, e intercambiaban armas por drogas, de manera que, Santos podía defender con dichas armas su cacicazgo en San Luis Potosí^¹⁹.

Sin embargo, Sicilia Falcón se vería afectado por la pugna entre la DEA y la CÍA, siendo que tal pugna llevaría a su detención en 1975, por Nazar Haro y a que fuera recluido en la prisión de Lecumberri. Prisión de la cual se fugaría mediante una espectacular operación a través de un supuesto túnel que había cavado él mismo.

No obstante, Sicilia Falcón sería recapturado días después por el comandante Florentino Ventura de la PJF por presión de la DEA. Y tras lo cual se señala que «bajo tortura, Sicilia confesaría trabajar para la CÍA en drogas y operaciones de armas intentando desestabilizar naciones latinas«.

Aspecto que resulta factible puesto que, cuando fue arrestado Sicilia se encontraría en posesión de documentación sobre transacciones de plata, mercurio, cemento, hierro y productos petroleros autorizados por Antonio Buch, por entonces representante personal de doña María Esther Zuno de Echeverría.

Así como se le encontraron tanto a Sicilia como a Gastón Santos, credenciales de agente especial de la Secretaría de Gobernación. Y en añadidura las investigaciones apuntaron hacia su complicidad con Mario Moya Palencia, entonces secretario de Gobernación, quien era señalado sucesor de Luis Echeverría Álvarez en la presidencia de la República.

Y su red de tráfico de drogas también contaría con el apoyo de Arturo Izquierdo Ebrard, quien importaba heroína francesa por el puerto de Veracruz. Además de que dicha red se ampliaría al convertirse Izquierdo en cuñado de Arturo Durazo, de “El Negro”, ex jefe de la policía de la capital del país^²⁰.

La CIA y la relación entre narcotraficantes colombianos y mexicanos

Los contactos entre narcotraficantes mexicanos y colombianos se darán después de la detención de Alberto Sicilia Falcón^²¹, dado que él tenía el control sobre varias de las rutas de drogas hacia los Estados Unidos.

Y, una vez arrestado Falcón, su socio, el químico hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros, alias El Negro, en 1977, creara la sociedad entre el cártel de Medellín y el cártel de Guadalajara. Presentando al colombiano Gonzalo Rodríguez Gacha^²² —uno de los fundadores del cártel de Medellín— con Miguel Ángel Félix Gallardo.

Entramado en el cual Rodríguez Gacha formaba parte de grupo de narcotraficantes como Pablo Escobar Gaviria, con Carlos Lehder y los hermanos Fabio, Juan David y Jorge Luis Ochoa. Y cuando conoció a Félix Gallardo, por ese entonces el cártel de Guadalajara solo se limitaba al trasiego de mariguana y heroína a Estados Unidos con una muy bien organizada estructura.

Pero Rodríguez Gacha le mostraría a Félix Gallardo un negocio más jugoso: la cocaína. Ya que, dicha droga representaba un menor volumen de mercancía, y las ganancias eran mayores. De forma que, Gallardo pasaría de policía judicial del estado de Sinaloa, a convertirse en el narcotraficante más poderoso de México durante los años ochenta. Calculándose para 1985, que Félix enviaba mensualmente una tonelada y media de cocaína hacia Estados Unidos, cuando el consumo anual en este país se calculaba en 100 toneladas^²³.

El narco más grande era de la CIA e introduce drogas en México

En tal escenario, en 1981 aparecería entre el cártel de Medellín, el cártel de Guadalajara y el grupo de Matta Ballesteros, el multifacético Adler Berriman Seal^²⁴, quien sería mejor conocido como Barry Seal. Y quien siendo agente de la CIA, se convertirá en el narcotraficante más importante. Toda vez que, Barry Seal contaría con una triple participación en el tráfico de drogas: trabajando como piloto del cártel de Medellín, como agente encubierto de la CÍA y posteriormente de la DEA^²⁵.

Apoyando en la CIA, Barry Seal, al igual que El Negro, a la contra nicaragüense. Existiendo una conexión entre ellos, así como vínculos de ambos con el cártel de Medellín y Guadalajara, promovidos por la CIA.

Conforme a ello, en 1972 Seal sería detenido en Nueva Orleans en un avión DC4 acusado de enviar explosivos a los cubanos anticastristas que operaban en México. Y trece años después, ese mismo avión sería el vínculo entre Matta Ballesteros y Seal^²⁶.

Al respecto, el 31 de marzo de 1984, agentes de la DEA informarían a sus superiores que en el aeropuerto de Mérida, Yucatán, había un avión DC4, propiedad de la empresa Hondu Carib, tripulado por Frank Moss, quien tenía una conocida reputación de traficante de armas y droga.

Y dentro de su itinerario de vuelo destacarían viajes de Estados Unidos a Honduras o Guatemala y de allí a Mérida. Moss salía de Florida con armas para la contra, las desembarcaba en Honduras y regresaba a Estados Unidos con drogas, haciendo escala en Mérida, donde cargaba pescado congelado para distraer la atención de la aduana estadounidense.

Mientras que, respecto a su trabajo realizado con el cártel de Medellín, Barry Seal, éste sería oficialmente su piloto en 1981. Pasando de dirigir en poco tiempo avionetas que cargaban 100 kilos de cocaína a un avión que podía transportar hasta una tonelada.

Actos que contaban con la ayuda de la CÍA, dada la premura que tenía dicha agencia para conseguir más recursos para la contra. A la vez que, Seal se volvía muy importante para la organización de Pablo Escobar, hasta ser remunerado con 1.5 millones de dólares por viaje^²⁷.

Sin embargo, en 1983 Barry Seal sería detenido cuando transportaba cocaína de Colombia a Florida. Y la CÍA lo dejo a su suerte, ya que no quiso poner en riesgo toda su operación por defender a Seal, así que el piloto del cártel de Medellín recurrió a la DEA. Ofreciendo información de la organización con la condición de que se le brindara inmunidad. Información con la que la DEA tuvo la oportunidad de conocer internamente las operaciones del cártel colombiano^²⁸.

Caciquismo y narcotráfico. De Sinaloa a Veracruz

Respecto a los hermanos Hugo y Arturo Izquierdo Hebrard, debe recordarse que ellos formaron parte de los elementos de la seguridad personal de Miguel Alemán, así como eran parte de la Mano Negra en Veracruz con el cacique Manuel Parra.

Y aunque posteriormente serían aprehendidos por agentes Dirección Federal de Seguridad, el 17 de febrero de 1948, por haber asesinado al senador tlaxcalteca Mauro Angulo Hernández^²⁹.

Al contar con una importante carrera delictiva, Hugo Izquierdo Hebrard sería sacado de la cárcel de Lecumberri, por el entonces gobernador de Sinaloa Leopoldo Sánchez Celis (1963-1968)^³⁰. Quien lo pondrá a trabajar para él en Sinaloa, bajo el nombre de “José Chávez”^³¹.

Y una vez estando en Sinaloa, Hugo Izquierdo, conocería a Félix Gallardo, quien como agente de la Policía Judicial del estado, se desempeñaba como guardaespaldas de los hijos del gobernador, además de que simultáneamente trabajaba para el grupo de Pedro Avilés^³², así como para la CIA.

Motivos por los que, Félix Gallardo se convertiría en el más importante narcotraficante en México durante las décadas de los 70s y 80s^³³. Lógica dentro de la cual también participarían los Izquierdo Hebrard, al convertirse en socios de Félix Gallardo, tras venderle el rancho “Camino Real”^³⁴ ubicado cerca de su pueblo natal, en Veracruz.

Se dice que, fue Arturo Izquierdo Hebrard quien le vendió el rancho a Miguel Angel Félix Gallardo por medio de sus prestanombres Mario Domínguez Hernández, Nicolás Esquerra, José Angel Gil Gamboa, Ramiro Murrieta Silva y Fernando Ramos Ramos. Así como otros prestanombres de Félix Gallardo en la adquisición de otros ranchos serían Alfonso Pacheco López y Arnoldo Fabela García^³⁵.

Operando a partir de entonces Félix Gallardo desde el rancho Camino Real, aprovechando que el rancho se encontraba a orillas de la carretera, la cual serviría como una pista clandestina donde avionetas llenas de droga, provenientes de Sudamérica y con destino a Estados Unidos, pasaban a cargar combustible^³⁶.

Actividades tras las cuales, Arturo Izquierdo Hebrard seria conocido en Veracruz como El Padrino de la Droga durante la primera mitad del decenio de los ochenta. Y siendo empleado del gobernador Patricio Chirinos Calero, llegaría a ser uno de los principales operadores del cártel del Golfo, que en ese momento se encontraba dirigido por Juan García Abrego, de acuerdo con información proporcionada por el delegado de la Procuraduría General de la República (PGR), José Antonio González Báez Cardoso^³⁷.

Finalmente, dentro de tal escenario también se verá involucrado Arturo Durazo Moreno, el “Negro Durazo”. Tras haberse casado con Graciela Izquierdo Hebrard, quien era hermana de Arturo y Hugo Izquierdo Hebrard.

Relación entre el sonorense Arturo Durazo Moreno y los hermanos Izquierdo que se entablara después de que Arturo Izquierdo fuera apresado por el asalto a una camioneta de dinero del Departamento del Distrito Federal^³⁸.

Hemerografía

El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). Tesis del programa de Maestría en Desarrollo Regional. Poder regional y caciquismo: un estudio de caso en el centro de Veracruz (1928-1943). Por: Ledesma Arronte Mayra. 1994-01-01.

La Mano Negra

www.codigodiez.mx › cronicas › lamanonegra

La violencia en Veracruz, histórica – Proceso

https://www.proceso.com.mx › la-violencia-en-veracruz-historica

www.proceso.com.mx › arturo-izquierdo-hebrard-empleado-de-chirin…

ARTURO IZQUIERDO HEBRARD (EMPLEADO DE … – Proceso

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De la cocaína al huachicol, del “negro Durazo” a Romero …

Notas:

1 Grupo de guardias blancas dirigido por el terrateniente Manuel Parra Mata, financiado por otros terratenientes y poderosos empresarios de diferentes municipios de la zona centro del estado y la ciudad de Xalapa, quienes estaban en contra de la reforma agraria pues esta amenazaba sus intereses. La Mano Negra se cobró la vida de cientos de campesinos que exigían su derecho a la tierra, y la desarticulación de los latifundios.

La Mano Negra”, entre los que conformaron dicho grupo estaban Carlos Ramírez, de Naolinco; Francisco Salas, Sebastián González y Nicandro Sánchez, de Alto Lucero; Manuel Alonso, de Miahuatlán; Magdaleno Mejía, de Los Frailes; Macario y Pedro Parra, de Soledad de Doblado; El “Negro” Malgano, de la colonia Enríquez; Toribio Díaz, de Cerrillo de Díaz; José Rodríguez, de Blanca Espuma; Félix Osorio, de Tierra Blanca; Miguel Márquez y José Caiceros, De Tepetlán; Gonzalo Lagunes, de Cardel; Pedro Palmeros y Crispín Aguilar, de Actopan; José y Manuel Viveros, de la Sierra de Chiconquiaco; Rodolfo Lozada, de Úrsulo Galván.

Otros más eran Marcial Montano Segura, de Xalapa; de Plan de las Hayas, Rafael Cornejo Armenta, Emilio, Manuel y Miguel Armenta; y del mismo Almolonga, José Acosta, Delfino Montero, Pablo Huesca, Marcos Arreola, Cleto Barradas, Narciso Salas, Toribio López, Ángel Rebolledo, Pedro Herrera, Carlos Espedilla, Ignacio Márquez y Rafael Gómez.

Otros integrantes de La Mano Negra eran Gildardo Alemán Lobillo y Rodolfo Vélez, “El Gitano”. Cuando fueron desarmadas las guerrillas campesinas, al terminar el mandato del gobernador Adalberto Tejeda, los sicarios de Parra asesinaron a más de 2 mil campesinos.

Uno de los socios de Parra Mata era el secretario de Guerra y Marina en el gabinete de Lázaro Cárdenas, el general Pablo Quiroga Escamilla.

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2 Durante el lapso que comprende de los años de 1932 a 1944, el poder ejecutivo en Veracruz correspondió a tres gobernadores: Gonzalo Vázquez Vela (19321936), Miguel Alemán Valdés (1936-1940) y Jorge Cerdán (1940-1944). Éste fue un período de enconadas luchas agrarias, especialmente en el centro de la entidad veracruzana, sobre todo porque mientras la organización campesina continuaba creciendo con la participación decidida y comprometida de la Liga de Comunidades Agrarias, los propietarios se organizaron para tratar de frenar la acción agraria que ahora provenía directamente del gobierno federal.

En ese lapso, la actividad agrarista en Veracruz iría en declive. Diversos fueron los factores que incidieron, sobresaliendo cuatro componentes fundamentales y relacionados. Uno de ellos fue la centralización de la conducción y organización de los procesos agrarios que redujo considerablemente la intervención de los estados al convertir la reforma agraria en un asunto federal. Otro fue el desarme de las milicias campesinas, en 1932, y el retiro de apoyo financiero a los líderes campesinos de filiación tejedista por parte del gobierno estatal. Acto seguido al desarme, se propició la división del movimiento campesino mediante la fragmentación de la Liga Campesina Veracruzana (LNC) para, finalmente, ser dividida en dos fracciones: la Liga Blanca y la Liga Roja. La primera encabezada por Sóstenes Blanco, acusó de comunistas a los tejedistas y a los líderes campesinos de la Liga Roja que mantenían fuerte presencia en algunas regiones, como fueron los casos de Carolino Anaya en la sierra de Misantla, Juan Pastián en San Andrés Tuxtla, Higinio Melgosa en Ixcatepec y Leandro García en Gutiérrez Zamora. Esta división se agudizó cuando los Blancos apoyaron la candidatura de Lázaro Cárdenas a la presidencia, en tanto los Rojos mantuvieron su lealtad a Tejeda. Desarmados y divididos los campesinos, se dio rienda suelta a la represión antiagrarista, otro de los factores que incidieron en la desaceleración agrarista veracruzana. Los propietarios terratenientes reclutaron pistoleros para amedrentar a los núcleos de población que solicitaban reparto agrario. Estos ―pistoleros‖ que hoy definimos como grupos ―paramilitares‖, fueron conocidos como ―guardias blancas‖, y se caracterizaron por generar terror, amenazar y asesinar a líderes campesinos.

El grupo más famoso fue el armado y dirigido por el coronel Manuel Parra, dueño de la hacienda de Almolonga. A este grupo de guardias blancas se le conoció como la ―Mano Negra‖. Parra y su brazo armado reprimió brutalmente a los ejidatarios en la región de Naolinco, Alto Lucero, Actopan, Jilotepec y Xalapa durante toda la década de 1930 y principios de 1940. Mantuvo fuertes lazos con los gobernadores Gonzalo Vázquez Vela (1932-1935) y Jorge Cerdán ((1940-1944), quienes no escatimaron esfuerzo para visitarlo en su hacienda de Almolonga; incluso el propio Heriberto Jara, cuando fue comandante de la vigésima sexta zona militar en 1935, frecuentaba a Parra en su hacienda. También estrechó amistad con los hermanos Manuel y Maximino Ávila Camacho.

Revista del CESLA, vol. 2, núm. 13, 2010. Reforma agraria y movilización campesina en Veracruz (México) durante el siglo XX. Por: VELASCO TORO, José.

3 Universciencia – año 15 – núm. 46 – 2018 – issn 1665-6830. Los Pistoleros como sistema de control del Régimen en Veracruz, 1930-1960. Por: Osvaldo Arturo Romero.

4 “La Sonora Matancera” creció en tierra fértil en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes, cuyo padre fue asesinado por un campesino empleado de su rancho una mañana en la madrugada cuando se trepara en un árbol frondoso enfrente de su casa y lo esperara para cazarlo a tiros.

“La Sonora”, el nombre en referencia a “La Sonora Santanera”, estaba integrado por bandas encabezadas por caciques de norte a sur y de este a oeste, aun cuando el epicentro estaba en la región Veracruz-Boca del Río con Felipe “El indio” Lagunes.

Escenarios: Políticos y malandros – Crónica de Xalapa

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Felipe “El Indio”Lagunes Castillo. Fue asesinado el 13 de mayo de 1985, durante el sexenio -1980-1986- de Agustín Acosta Lagunes, su pariente, a manos de agentes de la Dirección de Seguridad Pública de Veracruz, por entonces a cargo del general Mario Arturo Acosta Chaparro, militar de oscura memoria éste, participante en el llamado periodo de <la guerra sucia> en México para combatir a la guerrilla durante los años setenta y destacado en el estado de Guerrero en la 27ª Zona Militar combatiendo a la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, de Genaro Vázquez Rojas, y a la Brigada de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, de Lucio Cabañas Barrientos. Sería acusado Acosta Chaparro de torturar y asesinar personas durante su actuación, así como de nexos con el narcotráfico, y de ambas saldría exonerado (por fallas en el procedimiento y por desvanecimiento de ellas, respectivamente), baleado en la Colonia Roma del Distrito Federal y finalmente asesinado en la Colonia Anáhuac el 20 de abril del 2012.

Caería abatido el jefe de la llamada “Sonora Matancera” (apodado así por ser matones o matanceros este grupo delictivo asoló y controló el territorio de la costa cercana a la conurbación Veracruz-Boca del Río y hacia la Cuenca del Papaloapan, así como los municipios cercanos al puerto rumbo a Xalapa por la carretera federal; sus subalternos principales fueron Ignacio Mora y Víctor Rodríguez “La Jaiba”, quien moriría en una balacera poco después que su jefe Lagunes; de Mora nunca más se supo nada) luego de haber sido secuestrado de su finca/rancho “El Cocal”, cerca del puerto de Veracruz,

Veracruz en la historia del narco (1922-2013) VII – Plumas …

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5 Lagunes nació pobre y trabajó desde muy chico en el campo No tuvo la oportunidad de concluir la primaria Surgió de la nada como peón y luego como caballerango. Ya desde entonces mostraba su pasión por los caballos, era buen jinete.

Con un préstamo de 20,000 pesos se inclinó en el comercio de ganado, antes repartía leche, cuando su tío Antonino, padre de la que después fue su esposa, lo cobijó Don Antonino era entonces, allá por los años 60, el principal cacique de Veracruz. Y Felipe se convirtió en su lugarteniente. Por ese tiempo conoció a un querido amigo de su tío, Arturo Izquierdo Hebrard, con quien se formó como pistolero.

A la muerte de su tío, él fue la cabeza.

Y fue secuestrado violentamente la madrugada del domingo 12 de mayo, junto con Angel Jácome Trujillo, José Abad Quevedo, Alfredo Chaparro y el hijo de éste, de 13 años de edad. Los dos primeros fueron acribillados y sus cadáveres descubiertos en la ranchería denominada El Trópico, municipio de Angel R Cabada, a 120 kilómetros de este puerto De los dos últimos, hasta el cierre de edición, se desconocía el paradero.

Dos pistas tienen en sus manos los investigadores policiacos una, es la declaración de la señora Minerva Lagunes, quien identificó a Roberto Acosta, jefe regional de la policía Bajo su mando iban alrededor de 75 hombres armados, algunos encapuchados y los rostros cubiertos con paliacates, quienes derribaron el portón de la entrada del rancho a culatazos. Llegaron hasta la recámara del matrimonio Lagunes, de donde sacaron a Felipe bañado en sangre, descalzo y sin camisa Según esa versión, los secuestradores iban a bordo de unas camionetas de la Dirección General de Seguridad Pública del Estado.

un jefe policial y vehiculos oficiales, en el asesinato de lagunes

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6 Vista de La guerrilla en Veracruz y la lucha por la memoria …

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7 Junto con las disputas por la tierra y las luchas intrasindicales, el régimen local veracruzano gestionaba las zonas ilegales, de manera que obtenía rentas que se distribuían entre los distintos grupos policiacos y las autoridades administrativas y políticas. En tiempos del proteccionismo comercial se encontraban regiones como, por ejemplo, el puerto de Veracruz, donde el contrabando, la salida de cargamentos de droga y la entrada de armas eran gestionados por la policía aduanal y las autoridades portuarias. Este tráfico ilegal en el puerto no era nuevo, tenía sus antecedentes en el periodo colonial y prosiguió durante todo el siglo XIX, prolongándose hasta el régimen posrevolucionario.

Universciencia – año 15 – núm. 46 – 2018 – issn 1665-6830. Los Pistoleros como sistema de control del Régimen en Veracruz, 1930-1960. Por: Osvaldo Arturo Romero.

8 El esfuerzo por reorganizar las fuerzas campesinas no estuvo desligado de la política económica que a nivel nacional se estaba impulsando para lograr que el país fuera productor de bienes manufacturados, y no sólo exportador de materias primas. Para conseguir la industrialización se requería no sólo capital y tecnología, sino también, entre otros factores, producir suficientes alimentos para mantener niveles salariales bajos en la clase obrera e incrementar el nivel educativo. La estrategia que se instrumentó fue buscar la creación de condiciones que propiciaran el crecimiento de la economía a partir del mercado interno, razón por la cual se le conoció como modelo de desarrollo hacia adentro. Éste descansó en un intenso proceso de industrialización para fabricar bienes de consumo y manufacturas exportables, así como en la ampliación de la base de productores de alimentos básicos que garantizaran una suficiencia alimentaria a bajo costo. Para ello fue necesario ampliar la base campesina cuyo sistema de producción descansaba en la unidad familiar, garantizando baja inversión a cambio de productos alimenticios que fueron canalizados al mercado local y regional. De ahí que la reforma agraria recibiera un fuerte impulso hacia finales de la década de 1930 y los primeros años de los cuarenta, a la par de la creación de mecanismos institucionales para financiar la agricultura, la inversión federal para construir infraestructura hidráulica en apoyo al sector agropecuario exportador y la búsqueda de estrategias políticas para consolidar el orden social en el campo mexicano, lo que se logró corporativizando a los campesinos a través de la CNC y el departamento Agrario. En ese contexto de orden nacional, en Veracruz la administración de los gobiernos de Miguel Alemán y Jorge Cerdán, se orientó hacia la promoción del crédito agrícola. Si bien incorporaron en su esquema el apoyo a ejidatarios, la prioridad crediticia fue orientada hacia el beneficio de los pequeños y medianos propietarios de corte empresarial. En buena medida, ambas administraciones actuaron como intermediarias entre los productores y la banca oficial para canalizar a los campesinos y propietarios, tanto crédito de avío (para financiar los cultivos) como refaccionario (para inversión). El crédito para los ejidatarios fue fundamentalmente de avío y se realizó a través del BANJIDAL; en cambio, para los propietarios, la institución que habilitó cultivos y refaccionó para infraestructura y maquinaria agrícola, fue el Banco Nacional de Crédito Agrícola. El apoyo crediticio para los ejidatarios no fue general y muchos campesinos quedaron al margen de todo apoyo institucional.

Revista del CESLA, vol. 2, núm. 13, 2010. Reforma agraria y movilización campesina en Veracruz (México) durante el siglo XX. Por: VELASCO TORO, José.

9 En esas circunstancias, se creó la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en 1991 como un dispositivo de legitimidad de las patologías policiacas; no obstante, en su función moral, no vinculante, ha narrado desde entonces encadenamientos, homicidios dolosos, torturas, extorsiones, hostigamientos y otros casos, la galería negra de la violencia policiaca y militar en Veracruz.

Por otro lado, las organizaciones no gubernamentales y civiles, tales como la Comisión de Derechos Humanos Asociación Civil (CDHAC) y la Comisión de Derechos Humanos de Huayacocotla, defendieron durante el periodo a indígenas y mestizos pobres, quienes fueron despojados de tierras comunales, acusados bajo tortura de delitos contra caciques y encarcelados por su activismo político en los movimientos campesinos.

ULÚA 26/JULIO-DICIEMBRE DE 2015. ISSN: 1665-8973.

La modernización de las policías de Veracruz, 1980-2004. Por: José Alfredo Zavaleta Betancourt

10 En junio de 1969, Winston Scott recibió una de las más altas condecoraciones entregadas por la CÍA: «la medalla de inteligencia distinguida»; en aquella ocasión se dijo que el programa LITEMPO había sido «uno de sus más grandes logros». El 26 de abril de 1971, Scott murió de un infarto.

En la investigación de Morley no se señala qué pasó después con el programa LITEMPO.