Así aclaró el embajador de Bolivia en Suecia Milton Soto, al iniciar su charla con Liberación, respecto a la decisión del gobierno de Evo Morales de acudir a la Corte Internacional de la Haya, en su reivindicación marítima. Según el embajador Soto, una comisión de juristas bolivianos se trasladará a la Corte Internacional de La […]
Así aclaró el embajador de Bolivia en Suecia Milton Soto, al iniciar su charla con Liberación, respecto a la decisión del gobierno de Evo Morales de acudir a la Corte Internacional de la Haya, en su reivindicación marítima.
Según el embajador Soto, una comisión de juristas bolivianos se trasladará a la Corte Internacional de La Haya, Holanda para plantear formalmente la demanda boliviana contra Chile, para obtener una salida soberana al Océano Pacífico.
El 23 de marzo reciente en Bolivia se celebró el Día del Mar, fecha en la que se conmemora la pérdida de la salida al océano en la Guerra del Pacífico, un conflicto armado acontecido entre 1879 y 1883 en el cual se enfrentaron la República de Chile contra las repúblicas de Bolivia y del Perú.
Señor embajador ¿cuáles son los primeros pasos que su gobierno emprenderá para buscar el acceso al mar con soberanía?
El día 23 de marzo el presidente Evo Morales anunció un paso importantísimo e histórico con respecto a nuestro derecho de retornar al Océano Pacífico con soberanía, expuesto en la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia que establece y ratifica la inquebrantable decisión de retornar al Pacífico como un derecho irrenunciable para integrarse con el mundo sin las restricciones que provocan su enclaustramiento actual.
De manera que la conmemoración del Día del Mar, nos recuerda esta herida y mutilación permanente de una patria (Bolivia) que nació a la vida republicana con acceso libre y soberano al Océano Pacífico y a través de una invasión, Chile le arrebató por la fuerza de las armas el litoral. Entonces lo que ha hecho el presidente -después de intensas y largas negociaciones de diálogos que no han llevado a ningún lugar- es comunicar al pueblo boliviano el establecimiento de una demanda jurídica en el Tribunal Internacional de La Haya.
Una comisión de juristas nacionales e internacionales va a estar presente en el tribunal de La Haya en los siguientes días y va a plantear formalmente la demanda boliviana.
Bolivia siempre buscó el diálogo, ¿por qué no se lograron avances en ese sentido?
Quizás para los lectores de Liberación hay que volver con los antecedentes históricos hasta el año 2010, cuando se conversó con el gobierno de la presidenta de Chile, Michelle Bachelett, sobre la base de una agenda de 13 puntos. Esta agenda incluía el debate del asunto marítimo y la última reunión, que fue en Bolivia, terminó con una declaración muy interesante que decía que «Chile debería presentar en la próxima reunión, una propuesta práctica, factible y viable que diera a Bolivia una salida al Océano Pacífico con Soberanía». Como cambió el gobierno y actualmente se encuentra el Sr. Piñera en Chile, la siguiente reunión no se efectuó porque no se hizo ninguna citación. Bolivia esperó más de un año a ser convocada y nos dimos cuenta que no iba ser posible, el mismo gobierno (de Chile) decidió congelar los debates. En tal circunstancia en 2011 el presidente boliviano anunció el 23 de marzo la búsqueda de otros caminos y este camino es el arbitraje internacional, el camino del derecho internacional y es por eso que se preparó en abril de 2011 «La Dirección de Reivindicación Marítima» DIREMAR.
Esta entidad estableció una estrategia, con abogados internacionales y nacionales, estudiando la situación, los diferentes acuerdos, por ejemplo el Pacto de 1904, y otros posteriores, analizando lo que se podría lograr. El resultado del trabajo de dos años, 2011 – 2013, es esta nueva posibilidad: una demanda contra Chile en la Corte Internacional de La Haya.
¿Este reclamo se ha interpretado desde diferentes ángulos con diferentes argumentos?
Esta es una demanda centenaria, nunca el Estado boliviano quedó convencido del «Tratado de 1904», del «Tratado de Paz y Amistad»; porque además este Tratado de 1904, con el libre tránsito de mercaderías bolivianas, este tratado de 1904 proponía que nosotros los bolivianos abriéramos aduanas en puertos chilenos, especialmente en la región de Antofagasta. Por este puerto se transportaba el guano y el salitre y también el mineral, plata, de las minas de Potosí u otras, de Bolivia, pero lamentablemente nunca ocurrió; en otras palabras, no se cumplió esa parte del tratado.
Fue un tratado que sirvió para que se cumplieran las partes que favorecían a Chile, particularmente, por el hecho de haber redibujado la línea fronteriza sobre la cordillera, quitándonos absolutamente todo el Litoral. Es decir, el mutilado nunca va estar contento con su mutilación, siempre extraña su miembro, la parte de su cuerpo que ha sido cercenada y siempre estará buscando solución.
A pesar de verlo desde diferentes perspectivas, otros gobiernos han intentado solucionar, utilizando a veces el tema -como el caso del bancerismo- como bandera para su legitimación ante la sociedad boliviana, porque estaba absolutamente desligitimado. Ha habido momentos en que, efectivamente gobiernos y sobre todo dictaduras, han utilizado el problema del mar como una muletilla para fortalecer su política interna desprestigiada.
Este no es el caso, porque el presidente Evo ha sido prudente al convocar a 5 ex presidentes y consultar con ellos la estrategia que Bolivia estaba planteando. No es una improvisación, se ha discutido con los cancilleres y se ha consensuado con todos.
Según los antecedentes históricos ¿quiénes han fabricado esta guerra?
La ambición del Imperialismo, británico sobre todo hasta 1840. Pero la república de 1925 se funda sobre las bases de los Territorios de Charcas, que tenían costa. Acá quiero puntualizar un punto importante. Ya no está en discusión si teníamos o no costa a la hora de nacer como República. Alguna vez se ha utilizado este argumento falaz para desvirtuar la legitimidad de una demanda, diciendo que «Bolivia nació sin mar, entonces de qué están hablando»; y eso no es cierto, existen los antiguos mapas de la época de la colonia y la Constitución chilena, las instituciones chilenas (de la época) lo reconocen históricamente: Bolivia nació con mar.
En el territorio boliviano, antes de la guerra, se descubren el guano y el salitre y Europa requería del guano para sus tierras de cultivo, y las empresas que se establecen ahí a partir de la década de 1840 con su ambición e intereses económicos transnacionales terminan modificando el mapa de Sudamérica, provocando la guerra.
Otra causa es el descubrimiento de una mina de cobre en el distrito de Caracoles. El cobre aún no era tan valioso en la tradición minera de la época de la colonia. En la colonia se explotaba la Plata para tener contante y sonante, fabricando monedas que servían de valor de intercambio.
El cobre no se usaba en una forma intensiva entonces, como sí se hizo en el Siglo XX.
Hoy muchos dignatarios chilenos manifiestan que el cobre es el salario chileno, en muchas ocasiones, ese cobre viene del Desierto de Atacama, que era de Bolivia. Estos intereses económicos son los que desatan la guerra. Por supuesto otro elemento fue el oportunismo, no nos olvidemos que Bolivia y Perú habían conformado la Confederación Perú-Boliviana, que fue representada por Andrés de Santa Cruz durante 10 años y que fue en definitiva una poderosa Unión y Chile tenía que conspirar contra esa Unión y lo hizo. Se cumplió «Dividir para Reinar» terminamos separándonos.
Ante tales consecuencias que siempre afectan al pueblo, vivimos hoy la globalización económica y la sistemática agresión imperialista, ¿no considera usted que es hora de unir pueblos, sin fronteras, para construir una integración regional?
Bien lo dices, esa es la perspectiva y ese es el espíritu que se mueve en nuestra proposición. La región ha dado ejemplos importantes a todo el mundo donde la unidad y la solidaridad son los proyectos bolivarianos que han surgido y aquí hay que señalar la señera voluntad de Hugo Chávez que interpretando el deseo de Bolívar, lanzó el Proyecto del ALBA.
Este es una forma de cooperación horizontal de complementariedad de las economías; no es una unión comercial, es la unión de los pueblos. Por eso el segundo título es TCP (Tratado Comercial de los Pueblos) donde los pueblos son protagonistas, no es un tratado de libre comercio de las multinacionales.
El otro tratado es la UNASUR y el más reciente es la CELAC. La CELAC es la OEA sin EEUU ni Canadá y es en ese espíritu que se está moviendo toda la región; todos los presidentes han estado favoreciendo salidas de unidad con el espíritu del Abya Yala.
Ciertamente esta demanda que Bolivia plantea, no es un problema con el pueblo chileno, de ninguna manera. Es más, del pueblo hemos escuchado respuestas extraordinarias, como cuando la ex presidenta Bachelett estuvo dirigiendo el país el acercamiento del pueblo chileno a la demanda marítima; una integración de pueblos. Es interesante cómo se ha visto. Ustedes recordarán que el año pasado durante la celebración del 23 de marzo en Gotemburgo, los bolivianos fueron acompañados por la comunidad chilena y peruana. Se manifestaron con bailes y un grupo chileno «LecheBurré» estuvo presente acá en Estocolmo para tal fecha. Es más, el nieto de un ex embajador llamó a la embajada chilena y me hizo entrega simbólica del mar. Quiero decir que con estas actitudes positivas, se ve que el pueblo chileno entiende nuestra demanda y está de nuestro lado.
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