La nueva tecnología, que habría sido desarrollada por empresas tabacaleras de los Estados Unidos, transforma la planta a un tamaño dos a tres veces más pequeña de lo normal -de 3 metros, a 1,20 o 1,50 de la nueva especie- y la hace más potente que otros tipos de cannabis, y le provee resistencia a […]
La nueva tecnología, que habría sido desarrollada por empresas tabacaleras de los Estados Unidos, transforma la planta a un tamaño dos a tres veces más pequeña de lo normal -de 3 metros, a 1,20 o 1,50 de la nueva especie- y la hace más potente que otros tipos de cannabis, y le provee resistencia a la acción de productos químicos defoliantes.
Según un estudio de la Coordinación Nacional de la Política de Drogas, con sede en Suecia, los niveles de THC (Tetrahidrocannabinol), el componente psicoactivo más importante del cannabis, que permite fabricar la ‘supermarihuana’, no superaban el 5 por ciento en 1961: actualmente, la cifra está por encima del 20 por ciento, es decir, cinco veces más potente en el presente.
Cada año se cultivan en los Estados Unidos 56.4 millones de plantas de marihuana al aire libre por un valor de 31.700 millones de dólares, y 11.7 millones de plantas en el interior de las casas por 4.100 millones de dólares, según lo afirmado en 2007 por Jon Gettman, el autor del estudio Producción de marihuana en Estados Unidos.
Las empresas tabacaleras en crisis, habrían volcado sus inversiones al lucrativo negocio de la marihuana transgénica con la protección del Estado norteamericano exportando la nueva variedad (no patentada aún) a territorio colombiano. Allí, las tabacaleras compran parte de la producción de supercannabis a partir de las semillas modificadas genéticamente por ellas mismas.
Por su parte, la agencia antinarcóticos estadunidense (DEA) acepta que la mayor parte de la demanda interna es abastecida por agricultores de California, Tennessee, Kentucky, Hawaii, Washington, Massachusetts, North Carolina, Florida, Virginia, Mississippi y Oregon, estados que casualmente eran antes cultivadores de tabaco. Sólo en los cinco primeros estados, la cosecha de marihuana alcanza los 1.000 millones de dólares anuales.
Estados Unidos no elabora estadísticas oficiales públicas sobre la producción y consumo de estupefacientes, pues se niega a incluirse en la lista de los principales productores mundiales que su propio gobierno elabora anualmente, sin embargo en un informe de los últimos años, la ONU señaló que de las 30,000 toneladas de marihuana que cada año se cultiva en todo el mundo, Estados Unidos consume las 2/3 (dos terceras) partes.