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La derecha boliviana avanza en su proyecto de «autonomía» que es puro separatismo

Fuentes: Argenpress

La Corte Electoral de Bolivia consideró ilegal el referéndum de autonomía de Santa Cruz y hasta la OEA opinó en ese mismo sentido. Pero la derecha sigue viento en popa con su votación del domingo 4.Para los latifundistas, sojeros, mineras, trasnacionales del gas, exportadores de aceite, etc, y para los intereses políticos que los defienden, […]


La Corte Electoral de Bolivia consideró ilegal el referéndum de autonomía de Santa Cruz y hasta la OEA opinó en ese mismo sentido. Pero la derecha sigue viento en popa con su votación del domingo 4.

Para los latifundistas, sojeros, mineras, trasnacionales del gas, exportadores de aceite, etc, y para los intereses políticos que los defienden, la llegada al poder de Evo Morales en 2006 fue una pésima noticia.

Y en particular para las clases dominantes en la zona de oriente, de los cuatro departamentos de la ‘Media Luna’ (Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija), fue una señal de alerta para mostrar los dientes y mantener el status quo.

Esa gente no se quedó en palabras. Recientemente una comisión gubernamental encabezada por el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, fue recibida a tiros en la hacienda del estadounidense Ronald Dean Larsen, donde este se había atrincherado con su hijo boliviano Duston Larsen Zurita.

Ese incidente ocurrió en el Chaco boliviano, cuando el funcionario, acompañado de periodistas e indígenas guaraníes, quería cumplir su cometido de verificar títulos de los propietarios de tierras. Es que el gobierno de La Paz tiene decidido respetar los títulos legales, pero recuperar las tierras fiscales para entregarlas a comunidades de pueblos originarios. Y sobre todo en esa zona, donde ha comprobado la existencia de muchísimas situaciones de esclavitud laboral de los pueblos guaraníes.

El jefe del Centro Cívico de Santa Cruz e hijo de inmigrantes croatas, Branco Marinkovic, negaba en un reportaje al enviado de Clarín (27/4) la existencia de esa lacra. ‘Hay pobreza pero no hay esclavitud, los dueños de esas estancias también son pobres’, mentía Marinkovic, principal animador del referéndum separatista.

Si la nacionalización de los yacimientos de gas y la reformulación de los contratos que gobiernos anteriores habían firmado a total beneficio de multinacionales, había generado la oposición de Petrobras, Repsol, British Petroleum, etc, las medidas conducentes a cierta reforma agraria generaron la declaración de guerra de los grandes productores agropecuarios y exportadores. Hubo cortes de rutas de éstos, disgustados por las disposiciones oficiales de restringir las exportaciones de aceites hasta que bajaran los precios internos de los productos. Cualquier similitud con el lock out de la Sociedad Rural en Argentina no es pura coincidencia.

Marinkovic y el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, con el apoyo clamoroso del empresariado y la militancia de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), ratificaron la votación del 4 de mayo que decidirá la autonomía, más bien la ‘kosovización’ de Santa Cruz. El actual embajador norteamericano en La Paz, Philip Goldberg, fue antes diplomático en Yugoslavia y promovió el separatismo de Kosovo, que varios años después fue proclamado ‘país independiente’ y reconocido por Estados Unidos. ¿Acaso Goldberg fue designado por la administración Bush en el Altiplano con un plan similar?

Apoyo de los amigos

La derecha boliviana, como canta Roberto Carlos, tiene un millón de amigos y muchos amigos con millones de dólares. El titular del Senado, Oscar Ortiz, pertenece a ese extremo del espectro político, por la bancada del Poder Democrático y Social (Podemos), del ex presidente Jorge Quiroga. Ortiz salió de gira por Latinoamérica, para pedir que los gobiernos envíen observadores al referéndum, para tratar de darle visos de legalidad.

En tal misión ya estuvo en Colombia, donde fue recibido por el canciller Fernando Araújo, en Perú y México. También pasó por Argentina y Brasil, pero sin mucho suceso, que en cambio obtendrá en EEUU, donde seguramente lo recibirá el subsecretario del Departamento de Estado, Tom Shannon.

La Corte Nacional Electoral de Bolivia declaró inconstitucional en marzo último tanto el mencionado referéndum como el que promovía a nivel nacional el gobierno de Morales. Este último estaba orientado, según el resultado que hubiera, a validar o quitar los mandatos del propio presidente y los prefectos (gobernadores), a fin de destrabar la crisis política que se vive desde la finalización en Sucre de la Asamblea Constituyente en diciembre del año pasado. En esa ocasión se votó una nueva Carta Magna, una victoria del Movimiento al Socialismo (MAS, oficialista) y sus aliados, que la oposición no reconoció.

Frente al veto de la Corte, el presidente Morales aceptó levantar su plebiscito pero los prefectos rupturistas siguieron adelante con los suyos. Y el primero de la serie se celebrará el 4 de mayo.

El fallo del tribunal boliviano fue considerado correcto por la OEA, que fulminó como ‘ilegal’ la votación cruceña. Y otro tanto hicieron las Cortes Supremas de catorce países de la región, que adhirieron a esa resolución, entre ellas la CSJN de Argentina, el Consejo Electoral Andino y el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica.

Obcecada, la derecha boliviana desplegó todas sus velas para llegar a lo que considera ‘el amanecer de una nueva Bolivia’, según la definición de Marinkovic.

La OEA hizo ingentes esfuerzos para evitar esa votación. El sábado pasado reunió en Washington a los cancilleres de los países miembros, asistiendo por Bolivia David Choquehuanca. El secretario general de la entidad, José Miguel Insulza se quejó de que los prefectos no le habían contestado favorablemente una iniciativa para abrir con urgencia una negociación con Morales. El tiempo de un posible diálogo se agota y se teme que el plebiscito desate una ola de violencia, según advirtió el secretario político de la OEA, el argentino Dante Caputo.

La polarización

Frente al hecho casi consumado del referéndum opositor, los partidarios más radicalizados de Morales habían pensado en marchar masivamente hacia Santa Cruz y dificultar la votación. Al final prevaleció la tesis presidencial, más mesurada, de hacer manifestaciones masivas en las ciudades, a favor de la unidad nacional y en contra de la secesión.

Ese discurso de la unidad del país fue enarbolado enfáticamente por Morales en las últimas semanas. En particular, lo hizo en la ceremonia donde se festejaron los 45 años de la creación de la Escuela Naval, una forma indirecta de recordarle al mundo, y especialmente a Chile, que aún reclama la salida al mar.

La jefatura castrense dijo estar al servicio del país, lo que el MAS leyó como apoyo a la continuidad del gobierno. Pero, por la experiencia latinoamericana en la materia -la última comprobación fue en Caracas durante el golpe contra Hgo Chávez en abril de 2002-, de ciertas lealtades castrenses de palabra cabe dudar y aguardar el resultado práctico cuando las crisis estallan.

No es descabellado pensar que algunos bolsones autoritarios de las Fuerzas Armadas del altiplano se sienten más a gusto con el embajador Goldberg y los prefectos de derecha, antes que con Morales y sus amistades con Cuba, Venezuela e Irán.

El incidente armado en la hacienda del norteamericano Larsen podría ser un poroto al lado de los que se vienen. La Unión Juvenil Cruceñista, que ya actuó como fuerza de choque contra los campesinos, anunció la creación de una ‘Guardia Civil’ de hasta 15.000 hombres. Se está entrenando como fuerza paramilitar bajo la jefatura del ex comandante de la policía del departamento, Wilfredo Torrico.

El presidente de la UJC, David Sejas, confirmó a los medios que están formando esa ‘Guardia Civil’. Aunque Torrico explicó que se están reuniendo ‘por las noches en las canchas polifuncionales para entrenarnos sobre las movilizaciones y la propia vigilia de los recintos electorales’ (Página/12, 25/4), habría que ser muy ingenuo para creer en esa finalidad. El ex comandante policial y sus muchachos no emulan precisamente a Mahatma Gandhi.

En el otro extremo del arco político, antiimperialista, Chávez organizó una cita del ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas) adonde concurrieron, además de él y Morales, el presidente nicaraguense Daniel Ortega y uno de los vicepresidentes cubanos, Carlos Lage.

El comunicado, difundido por Prensa Latina (23/4), sostuvo que las naciones vinculadas al bloque ratificaron ‘el apoyo incondicional’ al gobierno de La Paz ‘en los esfuerzos que realiza para derrotar los planes desestabilizadores y a favor del proceso de transformación histórica de Bolivia en paz y democracia’.