La «Cruzada Axel», como se denominó al reclamo por justicia en el secuestro y posterior asesinato del joven Axel Blumberg, desencadenó primero en una Fundación de legalidad y financiamiento dudoso para deformarse después en un movimiento sectorial cuyas presiones buscan desestabilizar el gobierno de la principal provincia argentina y al poder legislativo nacional, sin ahorra […]
La «Cruzada Axel», como se denominó al reclamo por justicia en el secuestro y posterior asesinato del joven Axel Blumberg, desencadenó primero en una Fundación de legalidad y financiamiento dudoso para deformarse después en un movimiento sectorial cuyas presiones buscan desestabilizar el gobierno de la principal provincia argentina y al poder legislativo nacional, sin ahorra esfuerzos contra la administración de Néstor Kirchner
Lanzado contra el gobierno del la provincia de Buenos Aires -con casi el 40 por ciento de la población del país- y contra el Congreso Nacional -de quien pretende se voten leyes sin planificación ni debate democrático-, Juan Carlos Blumberg, padre de Axel, responde a los intereses de la clase media alta y reproduce los dictámenes de la derecha más recalcitrante que lo tiene como referente comunicacional.
El caso de Axel, secuestrado y asesinado en marzo de este año, fue el más resonante de los 132 secuestros denunciados en el año 2004. Al momento del crimen, la familia Blumberg tenía domicilio en San Isidro, un municipio que compone la Región Metropolitana Norte del superpoblado conurbano bonaerense, con el mayor nivel adquisitivo de la provincia y un pronunciado desequilibrio social como consecuencia de la desigual distribución de las riquezas.
Más de la mitad de los secuestros registrados por el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires hasta el mes de agosto tuvieron lugar en la zona Norte del conurbano. Sin embargo el número de secuestros es significativamente menor con relación al número total de delitos registrados en la provincia -más de 24 mil -, la diferencia radica en la repercusión que tienen este tipo de hechos cuando afectan a la clase media alta, con llegada a los medios masivos de comunicación.
El pedido de justicia por el asesinato de Axel catapultó a Carlos Blumberg al centro de la escena pública. Éste organizó una primera marcha en Abril pasado, en la que reunió a 150 mil personas, una segunda movilización en el mismo mes en la que congregó otras 90 mil y una tercera marcha la última semana de Agosto en la que -según la Policía Federal- se movilizaron 70 mil ciudadanos.
El descenso en la convocatoria de Blumberg se corresponde con la sensación en la sociedad de una creciente politización de su causa y su discurso. A su vez, esta caída tiene una correlación diametralmente opuesta con el efecto político y mediático que motivó la última marcha.
En el primer petitorio enviado al Congreso, Blumberg y su equipo de asesores se centraron en cuestiones referentes a una reforma penal que incluía, entre otros temas, el aumento de las penas y una baja en la edad de imputabilidad de menores. En el segundo acto masivo, esta vez frente a la Corte Suprema de Justicia, en nombre de la Fundación se solicitaron algunas reformas en el sistema judicial tendiente a la agilización de los trámites y los procesos. Finalmente en la última movilización la Cruzada dio un vuelco al reclamar frente al Congreso una reforma política que incluye la eliminación de las listas sábanas y la implementación del voto electrónico.
Pero lo más relevante fue que en la reciente movilización Carlos Blumberg centró su ataque en el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, y contra su Ministro de Seguridad, León Arslanián. Este último fue el presidente del tribunal constitucional que condenó al ex dictador Jorge Videla y al resto de comandos militares del régimen de ipso y genocida establecido en el país en 1976. Además en el acto se cuestionó a los organismos de derechos humanos. Este hecho desencadenó un una escalada de acusaciones que encontró al gobierno provincial aislado por el silencio de la administración nacional de Néstor Kirchner y el rápido acople detrás de Blumberg de la derecha encarnada en Ricardo López Murphy -del partido Recrear- y Mauricio Macri -de Compromiso para el Cambio-.
El ministro Arslanián practica desde su cartera la estrategia de «saturación» del espacio público con fuerzas de seguridad, pretende formar una fuerza de 60 mil policías sumada a 45 mil agentes privados que trabajen en coordinación con la seguridad pública y pidió refuerzos a Gendarmería y Prefectura de la Nación para crear un cuerpo interfuerzas. El principal responsable de la seguridad en la provincia de Buenos Aires acusó a Blumberg de desconocer el oficio y repetir discursos que le «dictan» y que buscan «desestabilizar».
Por su parte, el gobernador bonaerense Felipe Solá recibió a Blumberg el mismo día de la movilización y le dio explicaciones, literalmente, de su gestión en materia de seguridad. Pero este no es un caso aislado, tanto en la provincia de Buenos Aires como a nivel nacional los poderes legislativo y ejecutivo vienen dando luz verde a las iniciativas de «mano dura» que plantea Blumberg.
En este sentido, en Buenos Aires se construyen nuevas cárceles, se estudian reformas judiciales y penitenciarias, se crean unidades de inteligencia criminal y se forman cuerpos antisecuestros, que serán instruidos por la Escuela que ha instalado Estados Unidos en Colombia en el marco de su plan militar en ese país. En el ámbito de la Nación, por otra parte, el Ministro de Justicia, Horacio Rosatti, adelantó recientemente que el gobierno impulsará el sistema de juicios por jurado y tiene en estudio la redefinición del rol de las fuerzas federales de seguridad y la ley de la baja en la edad de imputabilidad de los menores.
Pero queda por ver si el verdadero interés de Blumberg, y sobre todo de los sectores que están detrás de él, es el tema de la seguridad como «política de estado» o si el ataque centrado en la figura de Felipe Solá y León Arslanián tienen como objeto debilitar al gobierno de la mayor provincia argentina. Un distrito donde siempre tuvieron cabida figuras ligadas a la dictadura de las fuerzas de seguridad como el ex gobernador de la provincia Carlos Ruckauf, el Coronel retirado y ex Ministro de Seguridad de la provincia, Aldo Rico, y el ex intendente y comisario de la ciudad bonaerense de Escobar, Luis Patti. Todos estos vinculados a la última Dictadura Militar en Argentina y candidatos a gobernador de la provincia que en últimas elecciones obtuvieron interesante cantidad de votos.
Un artículo de la revista argentina Noticias da cuenta del viaje de Juan Carlos Blumberg a Nueva York, los primeros días del mes de junio. Según la nota, el empresario recibió una invitación -pasajes y estadía incluidos- del Manhattan Institute, un centro de investigaciones que se especializa en políticas de seguridad. El mismo Blumberg reconoció en esa oportunidad que suele visitar a directivos policiales y de la inteligencia estadounidense, como así también a connotadas figuras del mundo financiero y corporativo del Wall Street, en Nueva York.
Este instituto, alineado con el pensamiento liberal y republicano del presidente de Estados Unidos George Bush, financia publicaciones sobre educación, seguridad y política. Fue, además, quien asesoró al ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani en su plan de seguridad bautizado Tolerancia Cero. Este plan fue importado por distintos países. Según Noticias, en España se llamó Policía 2000, en México Plan Sérpico, y en Brasil Seguridad sin Tolerancia. Se basó en una instalación masiva de efectivos en la ciudad, dirigida especialmente contra las comunidades más empobrecidas.
En los últimos días han circulado insistentes versiones, no desmentidas por Blumberg, en el sentido de que, como empresario textil, estuvo vinculado a varias quiebras fraudulentas, entre ellas la de la empresa Brukman, finalmente, y después de una larga lucha, recuperada por sus trabajadores. También llama la atención la virtual desaparición de la escena de la esposa de Bulmber y madre del asesinado Axel, después que su marido dijo ante una emisora radial que su cónyuge tiene «menos sentido común que una sirvienta»
Ese no fue el único exabrupto discriminatorio pronunciado por Blumberg: en una de sus últimas apariciones públicas -los canales de televisión mayoritariamente ligados a la derecha más recalcitrante- abogó por un sistema electoral de voto calificado y hace dos meses, al referirse a la victima de un asesinato policial, dijo que el caído «algo habrá hecho». Se trataba de un joven trabajador que fue baleado por efectivos de seguridad sin motivo alguno, que luego se dieron a la fuga.
En otro frente, el encono que se generó entre Blumberg y los organismos de derechos humanos está ligado a una actitud rencorosa de éste con dichas instituciones por supuesta falta de solidaridad con su causa. «El problema es que acá (en Argentina) hay derechos humanos para los delincuentes, no para los ciudadanos como ustedes», dijo Blumberg en su última movilización frente al Congreso. Los representantes de los derechos humanos, por su parte, le recriminan a Blumberg haberse acordado de la materia recién ahora, a la vez que otros referentes de la militancia contra la impunidad de los crímenes ligados al poder, como la monja Marta Pelloni, acusan al padre del fallecido Axel de apuntar a la represión y criminalización de la pobreza.